El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cree que sí. O por lo menos que la ley es una herramienta eficaz para aumentar la tasa de graduación de la secundaria. El Presidente Obama ha pedido que se haga obligatoria la asistencia a la escuela hasta que los estudiantes se gradúen o cumplan 18 años.
El debate está servido. Los partidarios de esta propuesta señalan que este tipo de medidas aumenta el número de estudiantes que se gradúan de secundaria, reduce la violencia y sobre todo ofrece muchas ventajas a los jóvenes a la hora de incorporarse al mercado laboral. La idea, como no podía ser de otra forma, también tiene detractores. Estos afirman que obligar a los estudiantes a ir a la escuela baja la calidad de la educación, puede causar masificación y además es una propuesta cara, a más estudiantes más necesidad de invertir en educación.
Un estudio reciente, financiado en parte por la Fundación Bill and Melinda Gates, afirma que hasta un 25% de los estudiantes se quedan en la escuela principalmente porque la ley les obliga. El estudio también afirma que en los estados en los que se puede dejar la escuela a los 16 anos, más estudiantes de esta edad deciden irse en comparación con los estudiantes de los estados que tienen que quedarse en la escuela hasta los 18.
¿Cuál es la situación en América Latina? A nivel regional el 55% de los estudiantes finalizan el primer ciclo de la educación secundaria, pero más de la mitad de los jóvenes de bajos ingresos y de zonas rurales no logran nueve años de educación, considerados como el umbral para adquirir las habilidades necesarias para una vida adulta productiva. Estos jóvenes tienen altas probabilidades de tener trabajos de bajo pago, con alta informalidad y con mayor posibilidad de no romper el ciclo de pobreza.
Si la educación secundaria fuese obligatoria ¿se graduarían más estudiantes? Es difícil saberlo. Sin embargo, el siguiente gráfico sugiere que existe una correlación entre los años de educación obligatoria y el número de estudiantes que completan 9 anos de educación en América Latina.
Todo parece sugerir que hacer la educación secundaria obligatoria no es una receta mágica (se ha constatado una importante conexión entre deserción y condiciones socioeconómicas de los estudiantes). Pero esta medida junto con un aumento en la calidad de la educación en la región si podría ser una herramienta importante para ayudar a parar esta peligrosa epidemia de deserción escolar que parece cebarse en los sectores no privilegiados de América Latina.
Estoy de acuerdo que no es posible mejorar la educaciòn con un decreto. No sé las razones que asisten al caso de E.U. pero en mi paìs ni siquiera se debia haber hablado de “democaratizar la educaciòn” pues eso trajo a las Universidades y colegios una poblaciòn enorme de personas que elevan el índice de deserción escolar. Y atascan el sistema universitario. La realidad que comenta la autora en E. U. es cierta en mi paìs tambièn donde el gobierno se empecina en incrementar la matricula escolar cada año y la medida para evitar la deserciòn es regalar la nota o ser indulgente con el joven que da problemas hasta con la justicia.
Creo que puede avanzarse en cobertura educativa; pero no asi en una mejora de la Calidad; considero importante promover la matricula escolar pero en un contexto integrado ajustando esta estrategia con otras polìticas de desarrollo social y econòmica. Ademàs conlleva un incremento significativo en el presupuesto educativo..