El ojo internacional de una tormenta llamada Economía Naranja tuvo lugar en la segunda edición del Mercado de Industrias Culturales del Sur 2016, Micsur en Bogotá. Creadores, empresarios, artistas, gobiernos y compradores de servicios creativos fueron parte de los 3.000 participantes acreditados provenientes de 12 países de Sudamérica. Compradores de Norteamérica, Europa, Asia y África, frente a frente en más de 500 ruedas de negocios, se dieron cita en medio de una centena de actividades que variaron entre conferencias, talleres y charlas, desfiles de moda, y eventos culturales como obras de teatro, conciertos y performances.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también estuvo presente con el Primer Diálogo de Políticas Públicas en Industrias Creativas realizado por el banco en la región. Este es un paso más en nuestro trabajo de promoción del impacto y oportunidad de desarrollar estas industrias en la región, desde el éxito abrumador del libro La Economía Naranja —con más de 136.000 descargas desde 2013—.
El principal objetivo de esta convocatoria fue sentar las bases de un debate teórico y estratégico que resultara de interés para la programación de nuevas políticas de fomento de la creatividad.
Sentados con representantes de diez gobiernos sudamericanos conversamos sobre el potencial de las industrias culturales y creativas y el desafío de instaurarlas en la agenda pública como motores de crecimiento económico. Y con ellos llegamos a puntos de trabajo para el futuro, las que definimos como las 7 necesidades:
- Definición compartida
Contar con una definición clara de las industrias creativas y de los sectores que contemplan, de manera que tanto los gobiernos como los actores involucrados sepan quiénes forman parte del ecosistema.
- Evaluación de impacto
Desarrollar proyectos que incluyan desde sus inicios evaluaciones de impacto, de manera que permitan seguir demostrando el valor de las industrias.
- Medición
Repensar cómo y con qué criterios estamos capturando datos de las industrias, si estos corresponden o no a su especificidad, y qué otras metodologías de recolección de datos podrían crear valor.
- Modelos
Compartir modelos de políticas públicas de manera que los países puedan tener opciones y claridad en sus futuras implementaciones,
- Intersectorialidad e interministerialidad
Producir encuentros y conexiones entre ministerios con el fin de poner en valor y potenciar las industrias desde diversos ángulos y entidades públicas.
- Exitos y fracasos
Compartir experiencias de lo que funciona y de lo que no.
- Inclusión
Incluir a los diferentes actores de este ecosistema en la conversación –sector público, privado, emprendedores, sociedad civil, etc.- hará más estratégicas futuras decisiones.
El desafío es generar una apuesta estratégica regional que analice el contexto de LAC y el potencial de la industria, identifique prioridades, y genere un plan de acción con políticas coherentes, que se concreten en proyectos tangibles y claros. Uno de los más claros y urgentes es diseñar nuevos mecanismos de medición de la economía naranja a nivel regional. Y por qué no, posicionar a nuestra región como un circuito integrado de creatividad con mayor alcance y escala Al fin de cuentas América Latina y sus industrias creativas están viviendo una fiesta fundacional.
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