Latinoamérica es una región sumamente diversa en todos los sentidos. Con solo recorrer unos kilómetros, podemos encontrar montañas con cumbres nevadas, desiertos, bosques tropicales, playas, volcanes y ciudades antiguas, así como infinidades de historias que representan la riqueza cultural de nuestra región.
Al contar las historias (y la historia) de Latinoamérica a través de diversas producciones, la industria audiovisual, que abarca tanto a la televisión como al cine, no es solo una fuente clave de entretenimiento y representación cultural, sino también un motor del crecimiento económico en la región. Aunque se reconoce ampliamente la importancia cultural de esta industria, con frecuencia no se entiende por completo el amplio impacto económico que tiene.
La producción de series y películas juega un papel importante en la generación de beneficios económicos, ya que grandes cantidades de la inversión del sector audiovisual impulsan a muchas otras industrias. Muchas personas trabajan detrás de cámaras para deslumbrar a la audiencia con nuestras películas y producciones televisivas favoritas, desde los chefs que preparan la comida para el elenco hasta los diseñadores que se encargan de los vestuarios y los escenógrafos que crean los decorados y la ambientación, entre otros.
De hecho, entre Argentina, Brasil, Colombia y México, más de dos tercios del gasto total de esta industria se destina a otros sectores dentro de la cadena de suministro, como los servicios profesionales, la construcción, los textiles y la publicidad.
Los datos de un informe de difusión reciente encargado por Netflix con la consultoría de BID muestra que los legisladores y las partes interesadas de la industria pueden utilizar los multiplicadores calculados para Argentina, Brasil, Colombia y México para cuantificar la contribución económica total (es decir, los impactos directos, indirectos e inducidos) del gasto en la industria audiovisual.
Argentina, Brasil y México tienen las industrias audiovisuales más grandes de Latinoamérica, y los ingresos combinados de estos tres países aportaron, en 2021, unos USD 20.000 millones al sector, de los cuales USD 3000 millones provinieron del área cinematográfica. En los últimos años, se produjo un crecimiento en los países latinoamericanos con industrias audiovisuales emergentes, como Colombia. Entre 2009 y 2019, los ingresos de las industrias audiovisuales en Colombia aumentaron un 15 % y alcanzaron los USD 2.300 millones en 2021. Y esto también tiene implicancias fundamentales en materia de empleo. En esos mercados, por cada 100 personas empleadas en forma directa en la industria, se contratan de 50 a 70 más en otros sectores de la economía.
Datos destacados por país
México:
- Por cada MXN 200 millones invertidos en forma directa en la industria audiovisual, se generan MXN 127 millones en forma indirecta en la cadena de suministro.
- Por cada 100 personas empleadas, se contratan 66 personas más en otros sectores de la economía.
Argentina:
- Por cada ARS 10 millones invertidos en forma directa en la industria audiovisual, se generan ARS 19 millones en forma indirecta en la cadena de suministro.
- Por cada 100 personas empleadas, se contratan 73 personas más en otros sectores de la economía.
Brasil:
- Por cada BRL 10 millones invertidos en forma directa en la industria audiovisual, se generan BRL 29 millones en forma indirecta en la cadena de suministro.
- Por cada 100 personas empleadas, se contratan 54 personas más en otros sectores de la economía.
Colombia:
- Por cada COP 100 millones invertidos en forma directa en la industria audiovisual, se generan COP 170 millones en forma indirecta en la cadena de suministro.
- Por cada 100 personas empleadas, se contratan 50 personas más en otros sectores de la economía.
Perspectivas de cara al futuro
Los efectos de la derrama económica o spillover en otras industrias pueden tener un impacto económico adicional importante. Se pueden generar beneficios económicos adicionales derivados de la producción y el consumo de contenidos a partir de efectos spillover únicos, como el aumento del turismo a las locaciones de rodaje, el aumento de las ventas editoriales, la reimpresión de libros agotados y el aumento en la descarga y el streaming de música.
Hoy más que nunca es necesario diseñar una estrategia transformadora donde podamos establecer una mejor cooperación local e internacional, un mejor acceso a financiamiento que entiendan las nuevas realidades de las producciones, una infraestructura de última generación, regulaciones que apoyen al crecimiento de la industria, y un modelo educativo donde se invierta en el capital humano para llenar los vacíos existentes.
La experiencia ha demostrado que las leyes de fomento para la industria audiovisual constituyen un factor importante, pero no el único, para impulsar el crecimiento de esta industria, y que los gobiernos de la región tienen la oportunidad de aprovechar el potencial impacto económico en otras dimensiones. Este informe es un paso significativo. Servirá de apoyo para desarrollar el sector audiovisual y diseñar políticas públicas ágiles orientadas a generar crecimiento económico y nuevos empleos que atiendan los retos locales y apunten a profesionales bien formados y de prestigio.
Para obtener más información sobre los hallazgos clave y las recomendaciones, se puede descargar la publicación completa aquí.
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