Para establecer políticas públicas en la región, se debe analizar forma, dimensión y duración de la pandemia, así como cuales serán los países y poblaciones más afectadas. El FMI proyecta en América Latina y el Caribe, un decrecimiento de -5.2% en 2020 y un repunte en el 2021 de 3.4% en el PIB. Las crisis económicas tienen tendencias de recesión y recuperación del PIB denominadas por economistas como V, W, U y L. Lo ideal es una tendencia V, con una caída y salida igualmente pronunciada del PIB.
Lo que marcará la recuperación económica en América Latina y el Caribe dependerá de cómo se afectará la oferta: mano de obra, capital y el crecimiento de la productividad y de la demanda: el consumo. Es de suma importancia cuidar que no se rompa la cadena productiva de ningún sector y generar políticas públicas que apoyen a los eslabones de cadena de valor y protejan empleo formal.
En América Latina y el Caribe, se prevé una tendencia de la economía tipo “U” en la que recuperamos la mayor parte del shock, pero a una tasa de crecimiento menor porque no se recuperará en el 2020 la producción, el sector de los servicios, manufacturero e industrial, restaurantes, aviación, hoteles, entretenimiento y producción de commodities. La tendencia “U” dependerá de que los confinamientos se levanten y de las respuestas fiscales y monetarias de los gobiernos.

La duración de las medidas de confinamiento, las pruebas rápidas y las medidas de seguimiento de pacientes, es decisivo, para que las personas sanas produzcan y consuman. La recuperación económica peligra si tras la apertura, se tuviese otra fase de contagio que confine a la población nuevamente o que los gobiernos apliquen austeridad antes de tiempo, provocando una recesión con forma de W. El peor escenario es que no se reduzca la curva de contagios. no se tenga vacuna o tratamiento, y la vuelta a la normalidad no sea posible o pronta, con escenario de tendencia “L” donde la economía no se recupera.
La recuperación de América Latina y el Caribe dependerá en gran medida a la caída y recuperación económica (V, U, W o L) que tengan países desarrollados, (EE.UU., Europa, y China), para transferir préstamos, importar productos e inversión extranjera en LAC. Por un lado, la región tiene la “ventaja” de que sí llega al pico de pandemia “un poco más tarde”, se puede aprender experiencias de otros países. Por otro lado, tiene como desventaja que la crisis llegue después de prácticamente cinco años de crecimiento del PIB reducido, con finanzas públicas débiles e inestabilidad social y política en algunos países.

Momentos como los que vivimos hoy, los superávits primarios y la estabilidad de deuda pública en América Latina y el Caribe no son lo más importante y deben pasar temporalmente a un segundo plano. Una política fiscal y monetaria contra-cíclica para una recuperación “V” ó ‘U” será indispensable.
Políticas públicas sugeridas para recuperación tipo “V”:
- Pruebas rápidas masivas, seguimiento y confinamiento selectivo.
- Inversión en investigación y desarrollo fitosanitaria y protección al personal de salud.
- Proteger a compañías estratégicas que apoyen el crecimiento económico y cuyo “know how” sea difícil de replicar para evitar daño por su desaparición, llevándonos a un supuesto de tendencia “L”.
- Reforzar economía digital para brotes futuros de virus COVID y evitar una tendencia “W” o “L”.
- Apoyos a empresas exportadororas.
- Apoyos monetarios para financiamientos accesibles y asequibles a empresas estratégicas.
- Reestructuración de deuda y/o contratación de nueva deuda de Gobiernos por si se da el escenario “U, W o L” con una crisis más prolongada.
- Apoyar empresas de logística, agilizar aduanas y evitar cierre de fronteras para exportación.
- Evitar el desabasto de la población y por ende problemas políticos y sociales.
- Políticas públicas que promuevan aire más limpio para evitar la propagación de virus.
- Diversificación de vocaciones económicas de países primordialmente exportadores de “commodities” y turismo.
- Priorizar reapertura de industrias que generan empleo y crecimiento del PIB (construcción, vivienda, infraestructura y logística, etc.).
- Estímulos fiscales que protejan empleo formal
- Apoyos a gobiernos locales para imprevistos de la contingencia.
En América Latina y el Caribe, la tendencia de recuperación de la curva dependerá en gran medida de demanda de países desarrollados y medidas que tomen en el comercio global y de una vacuna o tratamiento para el COVID-19. Sin embargo, las políticas públicas, apoyos fiscales y monetarios que se están adoptando por los gobiernos de la región serán cruciales para lograr una recuperación con tendencia V, U, W y L. Lo ideal será entonces diseñarlos para que los acerquen a una tendencia V que a una L de recuperación económica.
Mucho que trabajar como sociedad y cómo gobierno