La creciente variedad de fondos y facilidades de financiamiento para el clima, agua y la biodiversidad tienen el potencial de aumentar la complementariedad. En la práctica, esta creciente fragmentación se está convirtiendo en una barrera sistemática para el acceso a un financiamiento local.
Por Mónica Altamirano*
La creciente variedad de fondos y facilidades de financiamiento para el clima, agua y la biodiversidad tienen el potencial de aumentar la complementariedad. En la práctica, esta creciente fragmentación se está convirtiendo en una barrera sistemática para el acceso a un financiamiento local.
Se requiere el desarrollo de novedosas estructuras de gobernanzas para inversiones colectivas en el nivel de las cuencas hidrográficas, así como en estrategias innovadoras de adquisición para hacer frente a las demás barreras sistemáticas en la participación del sector privado.
Se requiere un enfoque programático público-privado que permita la combinación de múltiples flujos de temática financiera junto con asociaciones locales-globales no tradicionales que aporten la experiencia necesaria para eliminar el riesgo de manera efectiva y reducir significativamente los costos de transacción para inversiones a escala de cuencas hidrográficas.
Acompáñenos en el Seminario “Financiamiento climático para una recuperación verde post-COVID19” durante la Semana Mundial del Agua, del 23 al 26 de agosto, en donde expertos de todo el mundo discutirán este tema.
Tal como se indica en el Reporte sobre adaptación de brechas 2020 de UNEP, el déficit financiero para la adaptación no se está reduciendo, a pesar del aumento disponible en el financiamiento. El sector privado se mantiene como una fuente de financiamiento y conocimientos técnicos sin explorar. La participación del sector privado en adaptación es crucial, no solo para cerrar brechas de implementación y financiamiento en los Planes Nacionales de Adaptación (PNAs), sino, más importante, para asegurar la sostenibilidad financiera a largo plazo de estas inversiones.
Los impactos del Cambio Climático se canalizarán principalmente a través del ciclo del agua (Banco Mundial 2016). Esta superposición agrega desafíos y abre oportunidades. Debido a que soluciones resilientes al clima como los retos vinculados con el agua requieren acciones e inversiones colectivas a escala de sistema o cuenca, la participación del sector privado es compleja. Sin embargo, la financiación climática también abre oportunidades para la creación de nuevos mercados que aborden la crisis climática mundial y la del agua.
Se ha previsto que el financiamiento climático permita un cambio hacia un nuevo paradigma inclusivo y más resiliente en el desarrollo económico. Por lo tanto, en términos operativos, la financiación climática debe tener como objetivo la eliminación de las barreras sistemáticas que dificulten la adopción creación de modelos creadores de valor más regenerativos, al igual que una transición hacia sistemas resilientes de infraestructura que adopten resistentes dividendos. En nuestro estudio, evaluamos los actuales y potenciales roles en la financiación climática para desbloquear las inversiones del sector privado en adaptación, además de lograr y ampliar esta transformación.
A fin de identificar palancas para desbloquear inversiones del sector privado, analizamos los flujos de la financiación climática mundial junto con la cartera de inversiones y la evolución de tres fondos multilaterales para el clima (FMCs) entre 2010 y 2020: el Programa Piloto sobre la Capacidad de Adaptación al Cambio Climático (PPCACC), que es parte del más grande de los Fondos de Inversión Climática (FIC); el Fondo de Adaptación (FA); y el Fondo Verde para el Clima (FVC). Los hallazgos se validaron a través de revistas con expertos en este tipo de fonos.
Adicionalmente, identificamos y analizamos proyectos pioneros y mecanismos financieros de Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMDs) y de inversionistas de impacto en África, América Latina y Asia. En nuestro informe, se presentan en gran detalle cuatro casos de adaptación financiados por el sector privado que respaldaron FMC y tres BDM. Además, la posible variedad de modelos de cooperación público-privado se ilustra a través de nueve proyectos de protección contra inundaciones en el Reino Unido, Holanda, Australia y Costa Rica; cada uno con una participación variable en el financiamiento privado.
Las restantes barreras sistemáticas
Observamos que la mayoría de las ventanillas de fondos climáticos del sector privado han enfocado sus esfuerzos en establecer medios de financiamiento para reducir el costo de capital para la adaptación (principalmente en el sector agrícola) y trabajar con intermediarios financieros.
Las barreras sistemáticas más importantes que aún no se han abordado, que van más allá del costo de capital, son las siguientes:
- Costos de transacción que derivan de la escala (cuenca hidrográfica y/o paisaje) necesaria para inversiones efectivas de adaptación.
- Riesgos de transición que derivan de la innovadora naturaleza de diversas tecnologías de adaptación y/o soluciones requeridas, como por ejemplo, soluciones basadas en la naturaleza.
Las formas más efectivas de reducir los costos de transacción son las estructuras de gobernanza y los sistemas de información y monitoreo que permitan a las empresas del sector privado, dispuestas a reducir riesgos relacionados con el agua, a diseñar e implementar efectivas medidas de adaptación más allá de sus límites.
Estas barreras sólo pueden abordarse mediante enfoques programáticos público-privado. Un ejemplo de este enfoque programático sería el pionero propuesto por el PPCACC. El enfoque programático del PPCACC adopta una estrategia financiera mixta a largo plazo y combina intervenciones dirigidas por el sector público con instrumentos bien sincronizados y específicos del sector privado.
Dos de estos programas pioneros son el programa CLIMADAPT en Tayikistán y el Programa Piloto Estratégico de Zambia sobre la Capacidad de Adaptación al Cambio Climático (PPEZCACC). CLIMADAPT es una centro de resiliencia climática iniciada con fondos del BERD y PPCACC, que involucra a bancos locales e instituciones de microfinanzas en préstamos a pequeñas empresas y hogares. El programa facilita y acelera la adopción de tecnologías y prácticas que reducen la erosión del suelo y la presión sobre los recursos hídricos y energéticos. Desde el lanzamiento del CLIMADAPT, hasta finales de septiembre del 2018, las IFP financiaron más de 3,400 subproyectos, con un valor total de US $ 9,8 millones. De los subproyectos financiados hasta la fecha, el 62% se ha dirigido a la adopción de tecnologías energéticamente eficientes y de energía renovable, el 36% a promover la eficiencia del agua y el 2% a adoptar prácticas sostenibles de gestión de la tierra.
Este programa de PPCACC en Zambia está orientado en las subcuencas de Kafue y Barotse del río Zambezi, áreas habilitadas por comunidades vulnerables y propensas a inundaciones y sequías. El PPCACC de Zambia está estructurado en dos fases e incluye una subvención para la preparación de proyectos. El programa se basa en tres componentes estratégicos: adaptación participativa, infraestructura resiliente al clima y apoyo al programa. Es un ejemplo ilustrativo de un enfoque de financiamiento mixto que hace un uso estratégico de fondos públicos y concesionales para desarrollar gradualmente la capacidad y la conciencia tanto en el sector público como en el sector privado. Esto ayuda a crear un entorno propicio para aumentar la participación del sector privado mediante la adopción de asociaciones público-privada y la captación de innovadores modelos comerciales, como por ejemplo, seguros de productos paramédicos y microseguros.
La necesidad de co-creación en la inversión de vehículos de próxima generación
La comunidad del agua puede marcar la diferencia y potenciar una mayor proporción del financiamiento climático hacia la seguridad hídrica al tiempo que cataliza transformadoras inversiones del sector privado en adaptación al:
- Trabajar junto con los MCF, BMD y contribuyentes requiere intensificar la coordinación ascendente para eliminar las barreras de acceso sistemáticas y reducir los costos de transacción que enfrentan los actores locales públicos y privados.
- Desempeñar un papel catalizador aguas abajo al trabajar con los gobiernos nacionales y locales, las ONGs y el sector privado para fortalecer las capacidades de adaptación de proyectos en preparación.
- Repensar los procesos de planificación de los recursos hídricos para fortalecer la justificación climática de las inversiones propuestas, mejorar su potencial para impulsar el cambio sistemático y aprovechar todo el potencial de la participación del sector privado.
La comunidad del agua puede marcar la diferencia y aprovechar una mayor parte del financiamiento climático hacia la seguridad hídrica, mientras que la comunidad del agua es la más adecuada para trabajar de la mano con los MCF y BMD, apoyando a los gobiernos nacionales y locales en el desarrollo y prueba de las estructuras de gobernanza. Los arreglos de implementación que se ajustan a las condiciones socioeconómicas y locales institucionales son efectivos para alinear los incentivos entre los múltiples actores. Las estructuras de gobernanza que crean incentivos intrínsecos para la sostenibilidad ambiental y financiera aprovechan múltiples economías en escala y alcance. Por último, pero no menos importante, las estructuras eficientes para reducir los costos de transacción actualmente prohibitivos que enfrentan las empresas que desean ser administradoras del agua.
Se requiere de un enfoque programático público-privado que permita la combinación de múltiples corrientes financieras sectoriales junto con asociaciones no tradicionales que aporten la experiencia necesaria para eliminar el riesgo de manera efectiva y reducir significativamente los costos de transacción para inversiones a escala de cuencas hidrográficas.
Nota del editor: Este blog es una co-publicación junto a Water Science Policy.
*Mónica Altamirano es especialista en Deltares, asesora del Ministerio de Infraestructura y Gestión del Agua de los Países Bajos y socia de NOW Partners. Con 18 años de experiencia global en asociaciones público-privadas (APP), es una líder multidisciplinaria que ha asesorado sobre cómo catalizar las inversiones del sector privado en infraestructura, agua y adaptación al clima. Su trabajo tiene como objetivo hacer que la adaptación y la seguridad hídrica sean económicamente viables para los países en desarrollo. Tiene un doctorado en Economía de Infraestructuras y una maestría en Ingeniería de Sistemas, Análisis y Gestión de Políticas de la Universidad Tecnológica de Delft.
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