En el Día internacional de la mujer rural 2024, celebramos el papel esencial que desempeñan éstas en el desarrollo de sus comunidades. A pesar de los desafíos que enfrentan, las mujeres continúan liderando iniciativas que transforman vidas, especialmente en el acceso al agua potable y saneamiento
“El agua es vida”, como lo expresa una beneficiaria de Costa Rica. Por ello, es también un derecho humano básico, aunque más de 150 millones de personas en América Latina y el Caribe, no tienen acceso a este recurso. Las cifras esconden realidades que son aún más crudas en el contexto rural, donde las mujeres son quienes mayoritariamente se encargan de asegurar que sus comunidades tengan acceso a agua limpia y segura.
No queremos seguir contando la misma historia en la región, queremos cambiarla. Y para ello, desde 2009, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través del programa Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento en América Latina y el Caribe (FECASALC), ha trabajado en más de 15 países en proyectos que han permitido llevar agua potable y servicios de saneamiento a más de 4,4 millones de personas.
Muchos de estos proyectos están liderados por mujeres de comunidades rurales. Estas iniciativas no solo han mejorado la calidad de vida de estas personas, sino que también han empoderado a las mujeres, brindándoles las herramientas necesarias para liderar el cambio. Estas son algunas de las claves que han permitido el empoderamiento de las mujeres rurales a través del agua y el saneamiento:
1. Menor trabajo doméstico no remunerado:
Las mujeres rurales son las principales encargadas de buscar fuentes de agua y saneamiento cuando no hay acceso. Esto se traduce en tiempo y energía que podrían destinar a su desarrollo profesional, familia e incluso autocuidado. Como explica Sara López, del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA): “Contribuir a que las mujeres dejen de ser esclavas de acarrear el agua es un logro demasiado importante, sobre todo en la infraestructura del baño. Eso cambia la vida de todas las personas”.
2. Mayor participación femenina en sectores masculinizados:
En el contexto rural, muchas mujeres ven sus labores invisibilizadas o dejan su formación profesional de lado por dedicar tiempo a la familia. Sumado a esto, el agua y el saneamiento es un sector que sigue siendo altamente masculinizado. En el Fondo de Cooperación para el Agua y el Saneamiento, sabemos que el agua tiene género y por eso, gran parte de los proyectos incluyen componentes en los que se realizan capacitaciones técnicas para incrementar la participación femenina en el sector al mismo tiempo que se empodera a las mujeres. Como el Programa Multipropósito de Agua Potable y Riego para los Municipios de Batallas, Pucarani y El Alto (Bolivia) que permitió que las Umamamas se capacitaran en fontanería.
3. Mejora en los sistemas bajo el liderazgo femenino:
Las mujeres rurales también tienen mucho que ofrecer para mejorar el sector de agua y saneamiento. Su perspectiva ayuda a mejorar la gestión de los proyectos y organizar las comunidades de manera colaborativa. Así fue el caso de Adriana Acuña, presidenta de la Junta de Agua y Sierpe de Osa y empresaria: “Lo que yo quería era una comunicación abierta, donde todos se sintieran a gusto y confiados de expresar sus opiniones sin que nadie le pase por encima o lo obvie, como nos pasaba a nosotras antes. Brindar un entorno donde puedan expresar sus ideas, quejas y necesidades, para que no demos el 100% sino el 200% y sea recíproco, y ha funcionado”, comenta.
Este año, el Día Internacional de la Mujer Rural lleva el lema, “las mujeres rurales frente a la crisis global del costo de vida”, sin embargo, sabemos que las mujeres siempre han sido cruciales en gestionar las crisis y la falta de agua y saneamiento. Por eso, celebramos la integración de estas mujeres al sector de agua y saneamiento, ya que el agua no debería ser una aspiración; sino una realidad. Trabajando juntas, gota a gota, podemos asegurar que cada mujer, cada niña y cada comunidad rural tenga acceso a agua limpia y segura.
El BID junto a la AECID tienen el objetivo común de proveer servicios de calidad en agua y saneamiento en zonas rurales de la región. Conoce más de los proyectos ejecutados hasta al momento con el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) en esta publicación.
Para conocer más sobre “Mujeres aguas arriba” suscríbete a nuestro blog aquí.
Equipo de Mujeres aguas arriba:
Coordinación: Anamaría Núñez, María Augusta Olmedo y Leticia Ortega
Especialistas de género BID: Naiara Martínez
Contenido: Andrea Ortega Carreño y Paul Constance
Ilustración: Verónica Alvarado y Carolina Curbelo
Producción audiovisual: Adriana Loeff
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