*Por Dr. Joakim Harlin, Vicepresidente de ONU-Agua y Jefe de la Unidad de ecosistemas de agua dulce del PNUMA
Generalmente cuando nos referimos a la crisis de agua y saneamiento, pensamos en las carencias de quienes no cuentan con agua potable para beber o un retrete decente: dignidad, salud y, en particular para mujeres y niñas, seguridad.
Pero, ¿qué sucedería si nos enfocáramos en el potencial humano que podría surgir del suministro de agua y saneamiento, y en cuánto podrían beneficiarse los sectores público y privado cubriendo la inmensa demanda mundial de estos servicios básicos?
¿Podrá esta nueva narrativa ayudarnos a resolver asuntos pendientes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y abastecer de agua y saneamiento a todo el mundo? En ONU-Agua esperamos que la respuesta sea afirmativa.
ONU-Agua coordina los esfuerzos de entidades de la ONU y de organizaciones internacionales que se ocupan de agua y saneamiento, a la vez que organizamos el Día Mundial del Agua y el Día Mundial del Retrete.
Para ambos eventos, en 2016, el tema ha sido “empleos”, ya que además de cumplir con un derecho humano y salvar vidas, el acceso a agua y saneamiento tiene que ver con la generación de empleo y el desarrollo económico.
Entonces, como sabrán, para el Día Mundial del Retrete, el 19 de noviembre, hemos formado un equipo de personajes animados llamados “baños trabajadores” bailando en oficinas y fábricas, realizando milagros y permitiendo a la gente trabajar de manera segura.
Esta idea lúdica parte del muy serio punto, apoyado por copiosa evidencia, que los retretes y el agua potable en los lugares de trabajo aumentan la productividad, ayudando a mantener seguros y sanos a los empleados.
Hoy en América Latina y el Caribe, más de 31 millones de personas dependen de agua no potable, y 107 millones apenas cuentan con letrinas rudimentarias.[1] El gasto sanitario y las pérdidas en productividad por enfermedades producto de la carencia de saneamiento y malas prácticas higiénicas están calculados, en muchos países del mundo, en hasta el 5 por ciento de su PIB.[2]
Las compañías deben involucrarse en esta crisis. En todo el mundo están surgiendo empresas sociales respondiendo a las necesidades de la gente, ofreciendo servicios a través de toda la cadena sanitaria, desde retretes hasta tratamiento de residuos. Las oportunidades son realmente significativas: se calcula que la demanda mundial de servicios de agua y saneamiento equivale a más de US$50.000 millones.[3]
Este espíritu innovador y emprendedor puede jugar un rol significativo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que persiguen asegurar el acceso y gestión sostenible del agua y saneamiento universal en 2030.
Tenemos la oportunidad de empoderar tanto potencial humano mediante alianzas e intervenciones simples y rentables. Por favor, únase a nuestro festejo del Día Mundial del Retrete. Y recuerde el mensaje de los baños trabajadores: “¡Los baños hacen su trabajo!”
[1] OMS/UNICEF (2015): http://www.wssinfo.org/fileadmin/user_upload/resources/JMPreport_Spanish.pdf
[2] Hutton 2012
[3] Freedonia 2013
MAURICIO ALZATE dice
Debemos inventarnos un sistema diferente al tradicional que funciona con agua y para mitigar o eliminar el uso del agua para este sistema.
Se puede idear un organismo o bacteria que ataque todo la materia organica que nosotros producimos o idear otra cadena sanitaria mas eficiente.