La inclusión de género, la administración del sector público y la gobernanza son temas actuales. En las reuniones del G20 que se llevaron a cabo el 7 y 8 de julio en Hamburgo, tuvieron un papel clave y ofrecieron una oportunidad para llegar a un consenso en al menos uno de los temas propuestos. Por ende, la gobernanza y la igualdad de género, que generalmente son considerados “problemas delicados”, ocuparon un lugar protagónico.Con respecto a la igualdad de género, vale la pena mencionar dos iniciativas. La iniciativa #eskills for girls nos muestra que, hoy en día, hay una brecha grande entre la cantidad de mujeres y hombres que están en línea, teniendo estos últimos una cifra superior a 250 millones más conectados que las mujeres. La disparidad de género con respecto al acceso al Internet existe en todas las regiones y ha aumentado en los países en vías de desarrollo desde el 2013.
La división de géneros en materia digital persiste no solo en el acceso de mujeres y niñas, sino también en el uso efectivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y, en consecuencia, limita su capacidad para participar eficazmente en la vida económica y social de los países.
La otra pieza clave de información está relacionada con el establecimiento del servicio de mujeres emprendedoras, una iniciativa de US$ 1.000 millones dirigida por el Banco Mundial. Más interesante aún que esta iniciativa de financiación es la aceptación en términos de su organización, de que para abordar los problemas de las mujeres es necesaria la intervención tanto del sector privado como del sector público. Las intervenciones del sector privado se centran en mejorar el acceso al capital y a los servicios críticos relacionados, proporcionar asistencia técnica e invertir en otros proyectos y programas para brindar apoyo a las mujeres emprendedoras. La iniciativa también centra su atención en idear acciones complementarias con el sector público, fomentar reformas de gobierno, como la eliminación de barreras legales y normativas para las mujeres con espíritu emprendedor, y mejorar el entorno que favorece a las PYMEs a fin de poder aumentar la inversión en el sector privado.
Uno de los puntos culminantes en Hamburgo, fue precisamente el protagonismo del rol de la mujer en las reformas de gobernanza y colocarlas en el centro de la agenda mundial, económica, social y política. Desde 1997, los Bancos Multilaterales de Desarrollo se han enfocado en las instituciones públicas como impulsores claves del desarrollo económico y han respaldado una gran cantidad de operaciones centradas en el fortalecimiento institucional.
En todos los lugares donde la situación de la mujer ha mejorado, la condición económica general del país también ha mejorado. Hace tres años, en la Cumbre de Brisbane, el G20 dio un primer paso en esa dirección cuando se acordó reducir la brecha de género mundial en un 25 %. Para alcanzar este objetivo, es necesario crear 100 millones de puestos de trabajo nuevos para las mujeres antes del 2025. Hay un consenso cada vez más grande que afirma que incluir más mujeres en la toma de decisiones tendrá consecuencias positivas para la sociedad de forma integral, ya que mejora la eficiencia, legitimidad y transparencia. Un estado que incluye más mujeres en todos los niveles de gobierno tiene una mejor capacidad de respuesta ante las necesidades de la mujer en la sociedad. Esto implica programas mejor orientados, una mejor prestación de servicios y una mejor asignación de los recursos. Un gobierno más diverso tiende a ser un gobierno más legítimo. En ese sentido, el BID promueve intercambios y aprendizajes entre mujeres que ocupan o aspiran a posiciones de liderazgo en el sector público en Latinoamérica. (Prolid)
Existe una creciente evidencia que indica que los ciudadanos tienden a confiar más en el gobierno cuando su fuerza laboral se les asemeja. Esta perspectiva ha sido utilizada con éxito en varios proyectos del BID durante los últimos años para diseñar programas de policía comunitaria en zonas de riesgo y para crear programas de salud y educación. Por último, existe cada vez más evidencia de que la participación de la mujer en el sector público ya sea a nivel de representación política o de ejercicio de la política pública, tiene un impacto positivo en la transparencia gracias al aumento del intercambio de información entre el sector público y la población, con lo cual se reduce la incidencia y la percepción de la corrupción.
La División de Innovación para Servir al Ciudadano (ICS) del BID, ha tomado todo este conjunto de información y ha comenzado a trabajar para hacer operativos estos desafíos e incorporarlos a sus operaciones de préstamos. Nuestra actividad relacionada con la igualdad de género incluye identificar intervenciones de contexto específico. Un ejemplo concreto es el trabajo que venimos desarrollando con los ministerios de línea y sus respectivos Departamentos de Recursos Humanos a fin de garantizar la equidad de género en la contratación de personal.
Desde que asumí como punto focal en la temática de Igualdad de Género y Violencia contra la Mujer (VCM) en ICS, estamos trabajando en unas metas ambiciosas, por ejemplo: aumentar la cantidad de operaciones de ICS que incluyen un objetivo claro de igualdad de género del 30 % del total del portafolio (2016) al 43 % del total de la cartera de ICS. También lo hacemos en la dimensión de género interdisciplinaria en países como Argentina, Jamaica y Honduras. En los próximos meses, comenzaremos a exhibir en la región iniciativas piloto que estamos financiando y que podrían replicarse en otras zonas de la región. La próxima Cumbre del G20 del 2018 se realizará en Argentina. El BID, al ser el Banco de Desarrollo más grande de la región y su función clave en desarrollo institucional y administración del sector público, ciertamente tiene una función que cumplir con el fin de asegurarse de que el impulso que comenzó en Hamburgo en cuanto a la igualdad de género siga creciendo.
Como dicen en mi país “estás tocando carne” y por eso te felicito. Mucho se habla sobre la inclusión y la igualdad de género, pero en la realidad seguimos actuando sin mayor cambio trascendente. En gran parte debido a la debilidad institucional, pero sobre todo por la falta de capacidad para tomar decisiones fundamentales como el que tratas en tu artículo. Me parece muy bien que el BID, con especialistas como tú, financie iniciativas de desarrollo institucional, contemplando la inclusión y la igualdad de género y espero que sirva de ejemplo para nuestros países, en aras de lograr los objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
Felicitaciones Robert! muy buen blog
#Oportunidades.