¿Qué tiene que ver la cultura cívica de una sociedad con la modernización del Estado? El llamado “capital cívico” y la burocracia están más unidos de lo que parece a simple vista. El libro El fin del tramite eterno, de reciente publicación, ha dejado dos datos al descubierto:
• La ciudadanía desconfía más en sus conciudadanos que en sus gobiernos. Según las encuestas, el 27% de las personas se fía de su gobierno frente al 14% que declara tener la misma actitud con sus vecinos.
• Existe la percepción de que, a mayor burocracia, menor oportunidad de corrupción. El 62% de personas encuestadas cree que es necesario que el gobierno haga que los servicios sean de difícil acceso para impedir que las personas accedan a beneficios públicos que no les corresponden.
Esta percepción pública contrasta con la evidencia empírica que demuestra que mientras más burocracia y más personas haya implicadas en una transacción, el riesgo de corrupción aumenta. Es más: la percepción errónea de que la burocracia crea barreras a la corrupción podría estar creando un círculo vicioso de profecía autocumplida. Esto ocurre cuando la ciudadanía apoya la burocracia porque la percibe como una barrera contra la corrupción. Como en realidad la burocracia innecesaria facilita la corrupción, los niveles de corrupción de hecho aumentan, y como respuesta la ciudadanía exige aún mayor burocracia.
¿Cómo crear más capital cívico en nuestros países?
Parte de la ecuación para reducir la burocracia pasa por fortalecer la confianza entre los propios ciudadanos. Existen muchas teorías sobre la creación de capital cívico a través de programas de educación y campañas de comunicación. Desde el BID, estamos explorando cómo la tecnología cívica y los mecanismos de co-gobernanza pueden apoyar a crear más cohesión social y confianza entre ciudadanos. Recientemente convocamos el seminario virtual “Ciudadanía digital: La tecnología como herramienta para la cohesión social” en el que participaron representantes de gobiernos, ciudades y sociedad civil para compartir sus experiencias y opiniones.
Si quieres escuchar la sesión completa, te invitamos al siguiente podcast:
Se han identificado tres grandes principios que deben tomarse en cuenta a la hora de implementar esfuerzos destinados a la creación de capital cívico a través de tecnologías digitales.
• Fomento de la Participación ciudadana. ¿Cómo asegurarse que la diversidad de ciudadanos se traduce en una diversidad de herramientas para gestionar las tensiones que existen en la sociedad? Para Gabriella Gomez-Montt, Directora del Laboratorio para la Ciudad de México, un buen ejemplo es la experiencia del llamado Mapatón, un mapeo de las rutas de buses informales en los que se mueve aproximadamente el 70% de la población de la ciudad y de las cuales el gobierno de la ciudad no tenía mayor información. A través de una aplicación móvil, más de 4,000 voluntarios trazaron y geo-referenciaron estas rutas, sistematizaron datos de frecuencia, tarifas, recorridos… datos de gran relevancia para la gran mayoría de usuarios de este medio de transporte. Esteve Almirall, Director del Centro de Innovación de las Ciudades en ESADE, mencionó también que existen ciudades que promueven la participación de sus ciudadanos en la toma de decisiones a través de instrumentos digitales. En Barcelona, por ejemplo, estos esfuerzos se traducen en espacios de co-creación ciudadana de servicios públicos, normativa específica de protección de datos personales, uso de software de código abierto, entre otros.
• Proyectos de tecnología que transciendan a la tecnología. El uso de tecnología para la generación de confianza ciudadana busca ampliar la inclusividad y facilitar la participación. Sin embargo, a menudo es necesario mezclar intervenciones digitales con presenciales de manera que el acceso a la tecnología o el nivel del usuario no sea una barrera para la participación ciudadana. En la experiencia de Lucía Abelanda, Coordinadora del Fondo Acelerador de Innovaciones Cívicas ALTEC, las iniciativas que han generado mayor confianza son proyectos que articulan elementos on-line y off-line, que se van adaptando a cómo evoluciona la relación entre ciudadanía y gobierno. Según Paola Pollmeier, de Ruta N en Medellín, existen comunidades vulnerables y excluidas que requieren enfoques más analógicos para capturar sus ideas y necesidades. Claudio Orrego, ex intendente de la Región Metropolitana de Chile, también mencionó que la brecha digital también tiene componentes culturales y demográficos que en algunos casos requieren de la habilitación de espacios físicos que permitan recoger la opinión ciudadana de manera presencial.
• Institucionalización de esfuerzos por parte del gobierno. Rudi Borrmann, Secretario de Innovación Pública y Gobierno Abierto de Argentina, compartió como en su país la apertura y la correcta gestión de datos a partir de la estrategia nacional de gobierno abierto ha fomentado la construcción de confianza ciudadana. El fácil acceso a información fiable y actualizada ha permitido la construcción de inteligencia colectiva que está contribuyendo, a su vez, a una mayor “inteligencia social”. Por ejemplo, “Caminos de la Villa”, una iniciativa de la sociedad civil, realiza el mapeo de barrios, recoge reclamos ciudadanos y monitorea la ejecución de obras públicas, promoviendo el control y la transparencia a través de interacciones con los ciudadanos y el gobierno. El Mapa de Oportunidades Comerciales de la Ciudad de Buenos Aires pone a disposición de emprendedores información relevante para decisiones de negocio en las distintas áreas de la ciudad. Carolina Pozo, co-fundadora de Wonder.Lab enfatizó que la confianza ciudadana requiere de instituciones y esfuerzos que perduren en el tiempo. En ese sentido, compartió una iniciativa de coordinación entre las ciudades de Tel Aviv, Nueva York, y San José (Costa Rica) para fomentar redes de colaboración que permitan apalancar los esfuerzos que estas ciudades han realizado en datos abiertos, participación ciudadana e innovación para hacer más eficiente la gestión pública.
¿Cuánto le importa al ciudadano la corrupción?
La burocracia ineficaz y enrevesada es caldo de cultivo para la corrupción, pero paradójicamente los ciudadanos la ven como una herramienta para proteger al Estado del abuso y la deshonestidad de la población. La evidencia empírica indica que hay que acompañar toda acción de reducción de burocracia con una estrategia de comunicación clara, así como trabajar en actividades que ayuden a construir cohesión social y confianza entre los ciudadanos.
Está abierta la convocatoria 2018 para los premios “Eduardo Campos” del concurso Gobernarte: El Arte del Buen Gobierno del Banco Interamericano de Desarrollo, dirigida a gobiernos subnacionales de la región. Buscamos iniciativas innovadoras en gestión pública que tengan el objetivo de promover la participación ciudadana, la democracia y la ciudadanía digital. ¿Conoces algún caso interesante? Los equipos pueden postularse desde ahora y hasta el 30 de julio de 2018 en www.gobernarte.org.
Néstor Enrique Jiménez Roa dice
Es un gran aporte al conocimento!.
Jhonny Angulo dice
Excelente artículo para promover la formación ciudadana en sus derechos y deberes y exigir su cumplimiento mediante políticas públicas
Andres Lazo dice
Excelente articulo , un gran aporte , elaborado por Arturo Muente.
Saludos
Andres Lazo
Roberto Pereira Stambuk dice
La burocracia, en su concepto puro es necesaria e inevitable. Lo que hacemos con ella es la que te puede generar en una burocracia inoperante o en una que da resultados. La corrupción es una fase de transversal a la burocracia, donde corruptor y corrupto integran objetivos particulares para obtener un beneficio que generará un costo para el empresario, el estado y la sociedad como un todo.
Los proyectos que existen sobre integración tecnológica son importantes ya que favorecen a la transparencia en la gestión pero, cuantos de los ciudadanos de nuestra región tienen acceso a la tecnología?.
Considero que nos concentramos, muchos de los que estamos asociados al desarrollo de tecnología para facilitar el cumplimiento al ciudadano, en grandes proyectos y no regresamos a la base de la formación, que es la que esta deformada, la educación ciudadana, el respeto en el día a día, el orden y cumplimiento de las reglas de convivencia básica. Si no soy capaz de respetar las normas de tránsito elementales, como puedo respetar las reglas de control de gestión o de participación en mis actividades laborales?.
Como se menciona el el artículo debemos desarrollar “Proyectos de tecnología que transciendan a la tecnología” y retornen a desarrollar un espíritu colectivo de respeto ciudadano.
María del Rosario Bazalar Huamán dice
La utilización de las herramientas digitales, son la clave para lograr la real transparencia de los gobernantes hacia sus gobernados. Nos toca a los ciudadanos demandar la transformación de la gestión pública. Empezar por los gobiernos locales, primera célula de la democracia, sería el mejor comienzo para avanzar en la lucha contra la corrupción de alcaldes y gobernadores.