Si eres viajero frecuente es muy probable que hayas experimentado problemas con algún vuelo, un overbooking, por ejemplo. Puedes preguntarte por qué las aerolíneas venden más cupos que los que pueden ofrecer. O cómo pueden poner un avión de 300 toneladas en el aire pero no pueden encontrar tu maleta que perdieron el último verano. Aunque no seas un usuario tan frecuente del transporte aéreo igual puedes preguntarte por qué todo es tan caro en los aeropuertos. Esas y otras cosas raras que a veces pasan con el transporte aéreo son consecuencia de las complejidades de un negocio que cada vez está más presente en nuestras vidas y cuyos errores nos molestan enormemente.
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La dinámica del transporte aéreo en Latinoamérica y el Caribe es aún más interesante y vibrante. La región viene creciendo a una tasa de 6%, cifra solo superada por Asia. Incluso hay potencial para crecer más. Para que tengas una idea, en países como Chile, que son campeones en nuestra región en la utilización del modo aéreo, se registra un promedio de 1 viaje/persona/año, mientras que en Estados Unidos el promedio es de 1.53 y en Reino Unido de 1.91.
Mientras los ingresos promedio de nuestra región crecen la tendencia es que viajemos más. Asimismo, la integración entre países de la región y con otras regiones depende de una conectividad efectiva y eficiente para el flujo de personas y bienes. Por eso el transporte aéreo tendrá un papel clave en el crecimiento y en el desarrollo de nuestras economías y en la integración de la región.
El sector ha evolucionado en Latinoamérica y el Caribe en diferentes frentes. Aeropuertos como el de Tocumen, en Panamá, se consolidan como hub regionales y globales. Brasil ha tenido el mayor programa de concesiones de los últimos tiempos en sus mayores aeropuertos y las aerolíneas regionales sudamericanas fueron extremamente lucrativas en los últimos anos. Sin embargo algunos retos permanecen.
Hay desafíos en términos de conectividad en regiones como el Caribe y áreas alejadas dentro de países con grandes extensiones territoriales como Brasil y Colombia. Queda mucho trabajo por hacer todavía en los aeropuertos en términos de eficiencia y sostenibilidad. Y en el terreno regulatorio todavía existen barreras a la inversión privada para expandir la infraestructura y se limita la oferta de servicios de alta calidad a los usuarios.
El BID tiene un profundo conocimiento del transporte aéreo en la región y ha apoyado y participado en las últimas décadas de los diferentes momentos de la aviación. En 2012 ese protagonismo se fortaleció en el marco del Diálogo de Políticas, donde ministros y directores de aviación de los países miembros acordaron un mandato para que el Banco apoye en temas como conectividad aérea, regulación e inversión en infraestructura.
Desde entonces, el BID ha realizado avances en temas importantes como por ejemplo:
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Conectividad en el Caribe. El Banco lidera el Diálogo con los países del Caribe para desarrollar acciones que mejoren el transporte aéreo en la región, una zona que tiene en el turismo un elemento fundamental de su economía y en la que la conectividad aérea es vital.
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Logística aérea en Sudamérica. En el contexto del fórum UNASUR-COSIPLAN, el Banco ha comisionado estudios y diálogos técnicos de expertos que han permitido a los países de Sudamérica compartir experiencias relacionadas con la logística de carga aérea y proponer políticas públicas para desarrollar infraestructura aeroportuaria.
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Apoyo al desarrollo y reformas de políticas aéreas y regulaciones. El Banco apoya por medio de préstamos y apoyos técnicos la implementación de políticas aéreas y regulaciones específicas en países como Bahamas, Colombia, Panamá y Brasil.
[1] Aviation Benefits Beyond Borders, Air Transport Action Group – 2014.
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