El 23 de mayo de 2014 la ciudad de Sao Paulo registró la congestión más grande de su historia: 344 km de atasco. Era jueves, día en el que buena parte de los paulistas viajan a la ciudad litoral de Santos, a 77 km, por el fin de semana. ¡La cola continua de coches empezaba en Sao Paulo y terminaba en Santos!
Ese episodio no fue una sorpresa. Era una tragedia anunciada que, lamentablemente, aún no ha tenido su capítulo final, previsto para cuando la ciudad vaya, literalmente, a parar. La situación de las grandes y medianas ciudades brasileñas no es distinta. En algunos casos el panorama es incluso peor al analizar el promedio de la velocidad que alcanzan los vehículos que circulan en ellas. Velocidad que, en algunas ciudades, es aún más baja que en Sao Paulo.
Las principales razones que llevan a las congestiones y a sus correspondientes impactos sociales, económicos y ambientales, son bien conocidas: ausencia de un transporte público de calidad y priorización de inversiones viales a favor de los automóviles. En Brasil, particularmente, esas cuestiones presentan una dimensión dicotómica. Paralelamente a los esfuerzos incipientes en las políticas y en las inversiones públicas para la priorización del transporte colectivo y de los modos no motorizados se ha puesto en marcha un incentivo por parte del gobierno para la compra de automóviles reduciendo de impuestos ya que la industria brasileña es bastante dependiente de este segmento. Esta forma de incentivo atrae al ciudadano que ve cómo los beneficios individuales se presentan de forma más interesante que los colectivos de dos maneras: por ser una opción frente a la baja calidad de los servicios de transportes colectivos y por la asociación directa entre la compra del automóvil y el ascenso en el estatus social.
Así, actuar en este escenario en el que las políticas públicas que dan preferencia al transporte colectivo aún se encuentran incipientes frente a los inmensos desafíos del sector a lo que se suma el estímulo, también público, para el uso del transporte individual. Estamos frente a un enorme desafío técnico. Si este escenario no cambia urgentemente y la sociedad no se concientiza sobre el efecto de sus opciones en la calidad de vida en las ciudades no será solamente Sao Paulo quien pare en los próximos años.
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Gustavo Cabrera dice
Vivi en Sao Paulo de 1997 al 99. Ya era complejo el tema de la movilidad. El lema era:”Sao Paulo nao pode parar”. Ya park y seguira parada. No tem jeito !
Humberto Negrão dice
De hecho tenemos que dar prioridad al transporte público o simplemente nos vamos a parar. Por primera vez, sin embargo, creo que estamos dando pasos en este dirección (al menos en la ciudad de São Paulo ). A continuación se presentan historias acerca de algunas buenas iniciativas. Abrazos
http://sao-paulo.estadao.com.br/noticias/geral,faixa-exclusiva-em-66-vias-faz-velocidade-de-onibus-crescer-68,1556831
http://g1.globo.com/sao-paulo/noticia/2014/10/sp-atinge-100-km-de-ciclovias-com-inauguracao-de-na-zona-leste.html
http://www.capital.sp.gov.br/portal/noticia/3525
http://viatrolebus.com.br/2014/10/5-terminais-de-onibus-em-sp-ganham-servico-de-emprestimo-de-bikes/
http://noticias.uol.com.br/cotidiano/ultimas-noticias/2014/09/18/90-dos-paulistanos-querem-mais-faixas-exclusivas-de-onibus-na-cidade.htm
http://spressosp.com.br/2014/10/12/6-da-populacao-de-sp-deixou-de-usar-carro-aponta-pesquisa/
Humberto Negrão dice
Prêmio concedido pelo Institute for Transportation and Development Policy à cidade de São Paulo por sua iniciativas relacionadas ao transporte público:
https://www.itdp.org/belo-horizonte-rio-de-janeiro-sao-paulo-win-2015-sustainable-transport-award/