Hacia un cambio estratégico en el diseño y planificación de calles
En los últimos años, las ciudades vienen cobrando cada vez más importancia en las agendas mundiales que buscan orientarlas hacia la sostenibilidad y priorizando a los grupos vulnerables a través de un diseño estratégico. Se estima que la cantidad de habitantes que prefieren vivir en la ciudad sigue en aumento y se pronostica que se duplicará para el año 2050.
En Perú, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), entre el 2007 al 2017, la población urbana aumentó en 17,3%, que representa un incremento de 1,6% anual (343 454 personas).
Por otro lado, en el mismo periodo, la población rural disminuyó en 19,4%, que representa una reducción del 2,1% anual (146 481 personas) (INEI, 2018). Estos datos muestran una creciente y continua migración del ciudadano del interior del país hacia las ciudades de mayor presencia, como, por ejemplo, Lima. Entre los principales factores que impulsan a la población a migrar hacia las ciudades se encuentran: la esperanza de un mejor futuro laboral, desarrollo de oportunidades de crecimiento para futuras generaciones, acceso a un mejor sistema educativo y de salud, entre otros.
Como resultado de este rápido y desordenado crecimiento poblacional dentro de las ciudades, los tomadores de decisiones dentro del gobierno se han visto en la obligada necesidad de considerar políticas públicas para un desarrollo urbano sostenible, amigable con el medio ambiente, accesible e inclusivo.
Sin embargo, en ciudades como Lima, capital de Perú, estas políticas, enfocadas en brindar al ciudadano un ambiente acogedor y seguro para sus actividades diarias, aún no se han convertido en la regla, sino en la excepción.
En la imagen de portada, se puede apreciar una calle típica donde se evidencian ciertas características propias del diseño de las calles peruanas, sobre todo, de la zona costera.
Dentro de estas características se pueden encontrar:
- Presencia de una gran cantidad de cables aéreos producto de instalaciones de telefonía fija, TV por cable y alumbrado público. Esta característica crea una desagradable y desordenada vista de la calle.
- Carencia de políticas de arborización que reflejan calles desérticas, víctimas de altas temperaturas y poco agradables a la vista. Es bien sabido que los árboles y plantas actúan como reguladores de CO2 y disminuyen la temperatura ambiental hasta en 8 ºC.
- Falta de depósitos de basura en la calle; la ausencia de contenedores de residuos sólidos invita a la población, con poca conciencia ambiental, a ubicar sus desperdicios en la vía pública. Esto provoca la contaminación del medio ambiente; genera enfermedades (infecciones respiratorias agudas, parasitosis intestinales, diarrea, dengue y malaria) sobre la población que habita y transita por la zona; además, que se perjudica la visión estética de la calle.
- Presencia de autos estacionados en zonas rígidas (áreas no permitidas). La falta de regulación y mantenimiento de la señalización de estas zonas, generan la ralentización del flujo de tránsito, provocando estancamientos en vías principales, contaminación por ruido y descontento en la población.
- Calles no señalizadas y no peatonalizadas. La ausencia de señalización en las intersecciones genera zonas inseguras para los ciudadanos; además, las esquinas cuentan con gradas y, en muy pocos casos, rampas mal diseñadas que dificultan la continuidad y la conectividad entre bloque y bloque para los grupos con movilidad reducida.
Si se tomara en cuenta dentro de las políticas públicas un adecuado diseño, pensado en el ciudadano, como suele pasar en ciudades donde el desarrollo sostenible es una tarea continua y obligatoria, la realidad de la misma calle podría cambiar de manera significativa como se aprecia en la imagen Nº 02. Si se lograra cumplir estas características mínimas de diseño y planificación urbana, la misma calle podría volverse símbolo de orgullo para quien la recorre o viva cerca.
Dentro de los cambios mínimos necesarios se han podido identificar los siguientes:
- La implementación de alumbrado subterráneo incrementa la seguridad de los transeúntes ya que reduce la probabilidad de rotura y cortocircuito. Asimismo, aumenta la vida útil del cableado debido a que no se encuentra expuesto a desgastes producidos por el ambiente. Por último, es mucho más agradable una ciudad sin cables colgados.
- La incorporación de árboles a la arquitectura de la ciudad permite la absorción de hasta 150 kg de CO2 al año; actúa como filtro para contaminantes urbanos y partículas finas; impulsa el aumento de la biodiversidad urbana; mejora la salud de los habitantes; y regula la temperatura del ambiente (Palou, 2017).
- La presencia de depósitos de basura permite mantener la calle limpia, ordenada, y visiblemente estética; además, disminuye el riesgo de enfermedades y la contaminación del entorno. De igual modo, la implementación de los mismos podría incentivar el reciclaje por parte de los vecinos.
- El mantenimiento constante de la señalización de las calles regula el estacionamiento de vehículos en la vía pública; haciendo una calle más fluida y sin embotellamientos. Esta tarea debe ir de la mano de estrictas sanciones a quienes incumplan las normas por parte de la policía de tránsito.
- La necesidad de crear intersecciones inclusivas, bien conectadas y que garanticen al ciudadano un tránsito seguro y accesible. Aquí, resalta la necesidad de tener esquinas peatonalizadas (que toda la esquina baje al nivel del tránsito vehicular, con una pendiente casi imperceptible; el uso de adoquines podotáctiles en su borde más cercano a la pista debería ser obligatorio en todo diseño). La intersección debe estar bien señalizada. Ello refleja una reducción en la velocidad de los vehículos que transiten por la calle; y, así, cerciorarse de si existe presencia de peatones o ciclistas antes de cruzar.
Políticas públicas adecuadas y profesionales en puestos estratégicos, con conocimientos de sostenibilidad, es fundamental para transformar calles con diseños obsoletos, en calles que cumplan con los parámetros de sostenibilidad, accesibilidad, inclusión y seguridad haciendo énfasis en los grupos vulnerables.
Foto portada: Barr, K., (2021). Calle real – La Perla – Callao [Fotografía]. Autor
Blog del BID sobre Transporte
AUTORA INVITADA: Melanie Espinoza Ferro es estudiante de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima, enfocada en el área de Transportes y Geotecnia. Actualmente se desempeña como asistente principal de proyectos del Área de Investigación e Innovación en Ciudades y Transporte Sostenibles de Ficus (Perú).
Leave a Reply