En 1987 se definió al desarrollo sostenible como una manera de “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”(WCED, 1987).
Escrito por Valeria Bernal Carvajal*, Laureen Montes Calero, Nicole Moscovich*
Tradicionalmente la sostenibilidad se ha comprendido desde tres pilares: ambiental, económica y social. Sin embargo, los dos primeros pilares han tenido mayor visibilidad especialmente en el desarrollo de infraestructura. Es decir, la sostenibilidad de los contextos físicos a través de menor contaminación, un uso eficiente y renovable de los recursos, energías no contaminantes, así como la promoción del trabajo formal con condiciones laborales justas y el crecimiento económico, entre otros.
En la publicación Atributos y Marco para la Infraestructura Sostenible del BID, la definición de infraestructura sostenible amplía el concepto a cuatro dimensiones:
- Económica y financiera.
- Ambiental y resiliencia climática.
- Institucional.
- Social.
Las últimas dos dimensiones, con menos visibilidad, tienen una importancia igual a la hora de asegurar la sostenibilidad. Por un lado, la dimensión social busca responder a las necesidades de inclusión, disminución de las desigualdades, incluyendo las inequidades en materia de género, y promoción de la plena satisfacción de los derechos de todos y todas. Por otro lado, la sostenibilidad institucional se basa en sistemas de gobiernos que cuenten con transparencia y consistencia (BID et al., 2019)
En términos de movilidad, la sostenibilidad, implica que los sistemas de transporte respondan a las necesidades y patrones de viaje de los diversos grupos poblacionales, para conectarlos de manera eficiente con las oportunidades de educación, salud y laborales que ofrecen los espacios urbanos. Por esto, las cuatro dimensiones de la sostenibilidad son los pilares en los Planes Integrales de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS).
Una solución
Los PMUS son instrumentos de planeación que le apuestan a poner en el centro a las personas y sus diversas necesidades de movilidad, satisfaciéndolas sin comprometer la capacidad de generaciones futuras, es decir, cumpliendo con los tres componentes básicos de la sostenibilidad (ambiental, económico y social).
En los últimos años cada vez más ciudades en la región se han preocupado por desarrollar sus PMUS buscando que las soluciones de movilidad sean acordes a las realidades de las ciudades pero que tengan en cuenta las visiones futuras y las tendencias mundiales.
A diferencia de planes de movilidad tradicionales, los PMUS hacen énfasis en la participación de actores clave, ciudadanos, y de coordinación entre diversos sectores: dentro de los diferentes niveles del gobierno; y entre el sector público y el privado.
La complejidad de los PMUS está en la diversidad de sus usuarios y usuarias. No es lo mismo planear los sistemas de movilidad para hombres, mujeres o población LGBTQ+. Algunos utilizan el transporte únicamente en horas pico, otros deben superar barreras físicas y culturales incluida la violencia de género.
Además, estos PMUS son los instrumentos que guiarán las inversiones en el sector. Por ello, los PMUS que no tengan una perspectiva de género seguirán reforzando las desigualdades ya existentes.
Transport Gender Lab (TGL) ha comenzado a trabajar en ello
Los enfoques para el desarrollo de PMUS pueden ser muy variados. Ejemplo de esto lo podemos ver desde los diferentes miembros del TGL que según su escala influyen en la definición de este tipo de Planes.
A nivel nacional, en Ecuador se están realizando la Política Nacional de Movilidad Urbana Sostenible (PNMUS) impulsada el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) con el apoyo de Euroclima+, la Unión Europea y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
A niveles estaduales, el Estado de Jalisco es un ejemplo con la definición del PMUS, el cual ha contado con sesiones participativas para alimentar sus instrumentos de planificación, este apoyado por Euroclima+ e implementado por GIZ.
La ciudad de Santo Domingo en República Dominicana también es un ejemplo de inclusión de la perspectiva de género en su PMUS. Apoyado en 2019 por la Agencia Francesa de Desarrollo y la Unión Europea (AFD-UE). En él se diagnosticaban brechas relacionadas a género y se sembraron las bases de un futuro Observatorio de Movilidad que incluye indicadores específicos de mujeres usuarias del sistema que participan de la fuerza laboral del transporte. El Banco ha complementado este trabajo con el desarrollo de un Plan de Acción de Género y capacitaciones a operadores públicos y privados, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales.
El decálogo
Para ayudar a todas aquellas ciudades que están iniciando el proceso de elaboración del PMUS, el TGL del BID desarrolló el Decálogo para planes de movilidad urbana sostenible sensibles al género. Un documento donde se presentan diez ideas clave para incorporar la perspectiva de género en la planeación integral de la movilidad de las ciudades latinoamericanas.
Cada punto cuenta con ejemplos tanto de las ciudades miembro como de la región. Esperamos que estos lineamientos sean útiles para garantizar que todos los PMUS en elaboración incluyan la perspectiva de género dentro de su ADN, y no como un apéndice al final del documento.
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Conoce en detalle los 10 puntos de decálogo en nuestra publicación:
Autoras invitadas
Valeria Bernal
Valeria Bernal es consultora externa del Transport Gender Lab del Banco Interamericano de Desarrollo. Arquitecta de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y Master en Planificación Urbana y diseño de políticas del Politécnico de Milán, su investigación ha estado enfocada en la gobernanza en los sistemas de transporte público de Colombia. Su experiencia profesional ha estado vinculada principalmente con el diseño y la planificación urbana. Anteriormente trabajó como arquitecta líder de proyectos en la Agencia para la gestión del paisaje, Patrimonio y las Alianzas Público Privadas (Medellín), y con el Departamento Administrativo de planeación (Medellín) donde participó en la formulación de los macroproyectos urbanos del Área de Intervención estratégica MEDRío y los planes parciales en su interior asociados al Plan de Ordenamiento Territorial, lo cual obtuvo mención de honor en la Bienal de Arquitectura de Colombia.
Nicole Moscovich
Consultora en políticas públicas, especializada en desarrollo económico, género y datos. Licenciada en Ciencia Política (UBA) y Publicidad (UCES). Con una Maestría en Políticas Públicas con orientación en desarrollo económico por la Universidad Torcuato Di Tella (tesis en proceso). Diplomada en análisis de datos aplicados al desarrollo de políticas públicas. Con vasta experiencia como consultora para gobiernos y sector privado. Ha trabajado temas como Big Data, género y mercado laboral, desarrollo productivo, análisis de datos para la elaboración de diagnósticos económicos y evaluación de impacto. Docente universitaria.
JAVIER V. CASTRO dice
EXCELENTE PUBLICACIÓN QUE ACABO DE VER.
YO ESTOY PRESENTANDO PROPUESTAS PARA EL TRANSPORTE INCLUSIVO EN EL ECUADOR.
EN LA CIUDAD DE AMBATO YA PRESENTAMOS UNA PROPUESTA, PERO LAMENTABLEMNTE LAS Y LOS INTERESADOS EN EJECUTARLA SE CANSARON DE ESPERAR.
DE TODAS FORMAS SIGO CON MI PROPUESTA