El pasado 13 y 14 de marzo, fui parte de los más de 150 participantes de 17 países de toda América Latina y el Caribe que se dieron cita en Buenos Aires para compartir las experiencias, logros, fracasos y desafíos que ha enfrentado la región en sus intentos por mejorar la seguridad vial y así lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible[1] (ODS) relacionados con esta tarea.
La gran mayoría de los exponentes fueron representantes de los países latinoamericanos acompañados por expertos internacionales que, a través de plenarias y mesas de discusión, compartieron evidencia internacional y reflexiones sobre el reto que nuestros países tienen para detener la epidemia que representan las lesiones de tránsito.
Como resultado de estas jornadas, se llegó a varias conclusiones y propuestas que servirán como insumos para la elaboración de políticas públicas sobre seguridad vial, y que ahora se enfrentan al reto de que sean tomadas en cuenta e implementadas por parte de las autoridades nacionales.
Entre los muchos desafíos que se discutieron, estas son las seis principales tareas pendientes que tienen nuestros países para lograr reducir los millones de lesiones y las más de 100.000 muertes que se producen en la región cada año por causa de siniestros de tránsito.
1. Implementación más rápida y efectiva de medidas
A pesar de los avances, muchos participantes expresaron la preocupación por la lenta implementación de medidas para lograr cumplir con las metas del Decenio de Acción para la Seguridad Vial a nivel regional, entre ellas el reducir en un 50% las fatalidades por lesiones de tránsito; y en lograr un compromiso formal y sostenido para mejorar las políticas públicas sobre seguridad vial. En este sentido, los países de la región con estructura federal manifestaron el gran desafío adicional al que se enfrentan, por ejemplo, al momento de coordinar las reformas con los diferentes niveles de las administraciones federales, estatales y municipales.
2. Necesidad de un enfoque integral que tenga en cuenta el diseño urbano
Tanto los expertos como los representantes de los países se refirieron a las limitaciones que presentan las actuales políticas de seguridad vial, ya que no cuentan con un enfoque integral que vaya más allá de aminorar los daños de los choques y las lesiones de tránsito y que por tanto disminuyan la exposición al riesgo. Los expertos coinciden en que es necesario apostar por políticas más ambiciosas que reduzcan las tasas de motorización (el número de vehículos privados por habitante) en nuestras ciudades y países. También destacaron como asignatura pendiente para América Latina y el Caribe el fomento de una nueva visión de ciudad centrada en los seres humanos (y no en los vehículos), que parta de un mejor uso del suelo, una mayor ‘caminabilidad’ y de un diseño de calles más seguras, no solo para los vehículos sino también para los ciclistas y peatones.
3. Más y mejores datos sobre seguridad vial
Otra debilidad identificada por los participantes fue la falta de mecanismos continuos de seguimiento, monitoreo y evaluación, así como de procesos consultivos constantes y eficientes con la sociedad civil. Se discutió nuevamente la necesidad de contar con datos fidedignos y oportunos, con base en los cuales se puedan tomar las decisiones y medidas adecuadas. Estos datos además permitirán medir con mayor exactitud el grado de avance de los países; para esto se solicita el apoyo a redoblar esfuerzos en la instalación de observatorios de lesiones y observatorios de seguridad vial, que cuenten con personal capacitado, financiamiento y un trabajo colaborativo con las instancias competentes.
4. Armonización de normativas y de señalización
Durante el taller también se discutió la utilidad de las normativas globales de la ONU respecto a la regulación vehicular, las cuales incluyen tanto aspectos de la seguridad activa (para evitar el choque) como la seguridad pasiva (durante el choque). Igualmente, se discutió ampliamente sobre la vigencia de las Convenciones de la ONU referentes a la Circulación Vial (1968) y la Señalización Vial (1968), las cuales buscan la armonización entre países usando como referencia normas internacionales. Esta armonización tiene el potencial de generar muchos beneficios, como el mutuo reconocimiento y entendimiento de las señales entre los usuarios de las vías de diferentes países, lo que podría además facilitar la movilidad internacional. En este sentido, se destacaron los avances que ya se han logrado en el camino hacia la armonización a nivel regional, aunque también se reconocieron los beneficios de migrar hacia una armonización global. Los países se comprometieron a realizar una revisión de su política institucional, así como su voluntad y capacidad de su implementación.
5. Trabajo más multisectorial e incluyente
Otro de los puntos clave de la discusión fue la importancia de trabajar de forma multisectorial, haciendo uso de la evidencia, pero sin dejar atrás la innovación y la creatividad, como por ejemplo en el uso de las redes sociales para la sensibilización y movilización de la población frente al problema de la seguridad vial. Igualmente, muchos expertos enfatizaron la importancia de tener sistemas de gobernanza más incluyentes sobre seguridad vial. Con ello se podrían compensar las actuales carencias en las políticas públicas de la región, además de reforzar y legitimar su campo de actuación, promoviendo intervenciones que se adapten a los retos actuales de transporte y movilidad sin olvidar la importancia de informar e involucrar a los diferentes actores.
6. Fomento del diálogo regional
Finalmente, todos los participantes recalcamos la necesidad de continuar con el diálogo regional, de forma que se continúen compartiendo las mejores prácticas regionales y globales a través del trabajo en red. En este sentido, los países participantes solicitaron apoyo a las organizaciones internacionales, incluyendo al BID, para dar continuidad a los temas discutidos a través de actividades de seguimiento y el establecimiento de una red regional de expertos en dichos temas.
Realmente, ahora que puedo analizar los resultados de estos dos intensos días de trabajo en equipo, creo que este taller resultó productivo y alentador porque, si bien permitió compartir las dificultades a los que los países se enfrentan, también sirvió para que todos los actores involucrados reiterarán su compromiso por aprender del presente y el pasado. Creo que todos -autoridades, sociedad civil y organizaciones internacionales- estamos comprometidos a mira al futuro con espíritu innovador para salir de nuestras propias zonas de confort y recordando que, en nuestra labor como funcionarios públicos dedicados a proveer seguridad vial, tenemos la oportunidad de crear entornos más humanos y seguros para todos y, por supuesto, de salvar cientos de miles vidas, y una función más noble que esta resulta difícil de encontrar.
[1] Para más información sobre los ODS, visitar el siguiente link: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Gustavo Alonso Cabrera Arana dice
Las conclusiones del evento apuntan a lo que el Modelo de Gestión en Seguridad Vial MOGESVI de la UdeA en Colombia señala hace varios años.
Andres Felipe Agudelo Ospina dice
Realmente Doctor Gustavo Cabrera comparto su posición respecto a lo que ocurre en América Latina ya que estas mismas soluciones se dialogan año tras año pero verdaderamente no se esta realizando un trabajo serio en este tema,es triste ver como los presidentes o ministros se hacen los ciegos a un problema tan serio como es la seguridad vial en nuestros días.
JUSTINO ALANOCA LLANOS dice
Después de sesudos debates e intercambios se llegan a las conclusiones, pero para la implementarlos se demoran una eternidad; después de la foto y firma ya se olvidaron o cambiaron de ministro. Sugiero publicar en web la velocidad de implantación de los acuerdos.
Aurelio dice
Más que pertinente hubiera sido sumar una séptima tarea pendiente, destinada a que el cine deje de promover y destacar – directa e indirectamente, liminal y subliminalmente – la velocidad en sus temas y escenas.