Las fatalidades y lesiones graves en las carreteras del mundo representan un problema de salud pública y de desarrollo. Cada año, alrededor de 1. 4 millones de personas mueren y hasta 50 millones resultan heridas, siendo la gran mayoría de las víctimas de países de ingresos bajos y medios, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, los accidentes de tránsito cuestan a los países entre un 3% y 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
La buena noticia es que se pueden prevenir una de cada cuatro muertes en carreteras rurales y urbanas —y ahorrar miles de millones de dólares— mejorando la infraestructura vial, con modificaciones simples y rentables.
Un proyecto donde cada vida cuenta
El Corredor Pacífico es la vía terrestre más importante de Centroamérica con una extensión de 3.241 kilómetros y es la ruta más corta entre México y Panamá, cruza siete países y seis fronteras.
Por su ubicación estratégica y para mejorar la seguridad de la ruta, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) evaluó el Corredor Pacífico en 2010 e identificó los tramos de alto riesgo que cruzan siete países: México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Para llevar a cabo esta inspección el BID invitó a colaborar al Programa Internacional de Evaluación de Carreteras (iRAP por sus siglas en inglés) y empleó su metodología, que se basa en datos de inspección de las vías para hacer una Clasificación por Estrellas del nivel de seguridad.[1]
Las clasificaciones por estrellas proporcionan una medida simple y objetiva del nivel de seguridad de una carretera para los ocupantes de vehículos, motociclistas, ciclistas y peatones.
Las carreteras de cinco estrellas son las que tienen el riesgo más bajo y las carreteras de una estrella tienen el riesgo más alto. También se pueden producir calificaciones con estrellas para los diseños propuestos, lo que da una buena indicación de los riesgos potenciales antes de que se complete la etapa de diseño.[2]
Es así que en 2010 se llevó a cabo el proyecto iRAP Corredor Pacífico y con base en su diagnóstico, se creó plan de inversión que resultara en una reducción de costos de accidentes. En los años que le siguieron, de 2011 a 2020, el BID invirtió alrededor de $1.76 mil millones de dólares para llevar a cabo 30 operaciones de logística e infraestructura vial en los siete países.
Tras una década de haber iniciado el proyecto, este 2020 el BID tomó la decisión de volver a evaluar el Corredor Pacífico con los protocolos de iRAP, ahora, en tramos de seis países*.
65 mil muertes y lesiones evitadas
El nuevo proyecto, iRAP Corredor Pacífico 2.0, consiste en la evaluación de 2.153 kilómetros del Corredor Pacífico, que van desde Guatemala hasta Panamá, para obtener una nueva Clasificación por Estrellas.
El objetivo es identificar los tramos viales de alto riesgo, se pueden seleccionar y priorizar medidas específicas para mejorar la seguridad vial, así como crear un nuevo plan de inversiones que ayuden a reducir significativamente las víctimas.
Utilizando vehículos especialmente equipados, software y analistas altamente capacitados, los equipos iRAP realizan inspecciones viales detalladas.
Estas inspecciones constan de topografía y codificación de atributos de carreteras.
Las inspecciones se centran en más de 50 características de diseño diferentes que se sabe que influyen en la probabilidad de accidentes y en su gravedad. Estas características incluyen diseño de intersecciones, secciones transversales y señalización de carreteras, peligros en las carreteras, senderos para peatones y carriles para bicicletas.
Además, al utilizar la misma metodología de hace 10 años, iRAP Corredor Pacífico 2.0 podrá establecer una comparación objetiva de los avances en los niveles de seguridad vial y comprender a detalle el impacto de los tramos de la ruta que tuvieron inversión en la infraestructura.
Con este proyecto y la implementación de las medidas respectivas se estima que se podrían evitar 65 mil muertes y lesiones graves, y generar ahorros de 265 millones de dólares por reducción de accidentes en los próximos de 20 años.
Los planes de inversión en carreteras más seguras se basan en unas 90 opciones probadas de mejora de carreteras para generar programas de obras asequibles que salvan vidas y que están optimizados para adaptarse a un presupuesto determinado.
Las opciones van desde marcas viales de bajo costo e islas de refugio para peatones, hasta mejoras de intersecciones de mayor costo y la duplicación de carreteras.
Los planes se complementan con consejos de mejores prácticas para ingenieros, planificadores, usuarios y otros, sobre la implementación de la metodología iRAP a través de soporte técnico, capacitación y acreditación.
En el mes de marzo de 2021 se tendrán los resultados de este ambicioso proyecto, los cuales servirán como una potente herramienta para dirigir esfuerzos en beneficio de los países centroamericanos y que la inversión en infraestructura vial se traduzca en la reducción de muertes y lesiones en el Corredor Pacífico.
[1] El Programa Internacional de Evaluación de Carreteras (iRAP por su sigla en inglés) es una organización internacional sin fines de lucro dedicada a salvar vidas mediante la promoción del diseño de vías más seguras. Se han desarrollado programas iRAP en más de 100 países en todos los continentes y el programa continua creciendo. Recientemente la autoridad de transportes de Brasil, DNIT ha anunciado la creación de un programa iRAP para el país, llamado BrazilRAP y la evaluación de más de 55,000kms de carreteras federales utilizando la metodología de iRAP.
[2] La metodología de iRAP se basa en la codificación de atributos de la infraestructura vial, que se recogen con un vehículo de inspección, o bien se analizan en la etapa de diseño, los cuales se procesan junto con otros paquetes de datos en el software de iRAP llamado ViDA, para crear Clasificaciones por Estrellas y Planes de Inversión para hacer las vías más seguras. Las Clasificaciones por Estrellas son una medida simple y objetiva que permiten mostrar el nivel de seguridad de un tramo de una ruta, y van de 1 a 5 estrellas, donde 1 representa el nivel más bajo de seguridad y 5 lo contrario. Los planes de inversión para vías más seguras se basan en poco más de 90 opciones de mejoramiento, que generan programas de obras que salvarán vidas en las rutas, y que se optimizan para adaptarse a un presupuesto determinado. Los atributos de la infraestructura que se analizan se describen en el Manual de Codificación de Datos de iRAP. La Clasificación por Estrellas así como las propuestas de mejoras se entregan georreferenciadas con sus coordenadas GPS cada 100mtrs y a través de ellas se pueden modelar distintos escenarios dentro del software. El uso del software es gratuito y se accede a él a través de una contraseña y nombre de usuario que se entrega una vez que se ha desarrollado un proyecto.
*(la sección que corresponde a México no será evaluada)
Paul Garnica dice
Me parece en extremo interesante su artículo sobre la evaluación de la infraestructura y seguridad Vial utilizando la metodología del IRAP. Tengo dos preguntas:
1. ¿Porqué no se va a evaluar la sección que corresponde a México?
2.. ¿Pueden las ciudades latinas gestionar recursos ante el BID para mejora de su seguridad vial?
Nosotros podemos apoyarlos en México con esas mediciones