¿Una disminución en el costo de transporte podrá ampliar el conjunto de opciones educativas, especialmente en las zonas residenciales de personas con bajos ingresos? Pareciera que es posible, conoce más sobre la más reciente investigación del BID
Escrito por René Cortés, Laureen Montes y Gustavo A. García
Existe innumerable evidencia de que la calidad educativa es un factor clave para el crecimiento económico y el bienestar. A pesar de la importancia generalizada que tiene la educación de alta calidad para mejorar las condiciones individuales y de la sociedad, todavía un porcentaje muy alto de estudiantes asisten a colegios de baja calidad, especialmente aquellos de menores ingresos.
El estrato socioeconómico de las áreas residenciales está, por ejemplo, significativamente correlacionado con la calidad de los colegios cercanos a ellas, lo que implica que las familias con limitaciones económicas serán segregadas en barrios apartados de las mejores instituciones educativas. Los altos costos de viajar a un colegio lejano implican que los estudiantes de bajos ingresos no tengan acceso a las mejores instituciones educativas, pues residen en sectores con oferta educativa limitada y de baja calidad.
Surge la pregunta evidente, ¿Una disminución en el costo de transporte podrá ampliar el conjunto de opciones educativas, especialmente en las zonas residenciales de personas con bajos ingresos?
En una reciente investigación hecha por el BID, en conjunto con la Universidad EAFIT, se analizó características socioeconómicas y ubicación geográfica de estudiantes y colegios de instituciones públicas en Medellín, y se concluyó que hay una correlación directa entre una disminución total o parcial en los costos de transporte sobre la elección de colegios de mejor calidad.
En el gráfico 1, llamado Distribución espacial de los colegios públicos de Medellín, distinguiendo por la calidad del colegio, podemos observar la distribución geográfica de los colegios públicos en Medellín, clasificados por su calidad educativa. Además, en una escala de grises, podemos distinguir los barrios según su estrato socioeconómico.
Para el año 2019, los colegios de menor calidad se ubican en las zonas periféricas de la ciudad. Y de igual manera, en los estratos más bajos ubicados en las zonas centro-oriental y nororiental se observan también colegios de baja calidad. Por otro lado, la mayoría de los colegios de calidad alta se encuentran ubicados en la parte suroccidental y norte de la ciudad, donde también predominan hogares de ingresos altos.
Esta distribución espacial de los colegios evidencia cierta segregación escolar en Medellín, en donde las familias de bajos ingresos están apartadas de los barrios con los colegios de mejor calidad.
Los resultados principales muestran que los subsidios en transporte escolar contribuyen a que las familias accedan a una educación de mejor calidad. En particular, se encontró que los subsidios parciales de transporte asociados a bus y el sistema Metro tienen efectos positivos sobre la elección de colegios de mayor calidad. Esto sugiere que la reducción en los costos de transporte escolar está incidiendo positivamente sobre un mayor acceso a oportunidades educativas de las familias, lo cual permite que los estudiantes pueden acceder a una educación de mejor calidad.
En el caso de subsidios de transporte que ofrece un descuento del 100%, dependiendo de la metodología del análisis, no se encontró efectos significativos sobre la calidad del colegio o se observó que este tipo de subsidio no presenta efectos positivos en la elección de colegios de buena calidad.
No obstante, este resultado debe ser interpretado con precaución ya que este tipo de subsidio se encuentra más dirigido a estudiantes que residen en las zonas rurales de Medellín. Esto implica una menor flexibilidad en el desplazamiento de las familias, con lo cual en muchos casos la decisión termina siendo si inscribe o no al niño o la niña a la institución educativa más cercana, más que consideraciones sobre la calidad de esta.
Existe, por tanto, esta limitación asociada al análisis del subsidio total de transporte, pero también, al mismo tiempo, es una oportunidad para estudiar más a fondo aquellas políticas de reducción de costos de transporte en zonas rurales, la cuales presentan características muy diferentes a las zonas urbanas. En este caso, futuras investigaciones para este tipo de subsidios podrían estar inclinadas a analizar otras variables de resultado, tales como accesos a la educación, retención y deserción estudiantil.
Subsidios para la igualdad de género
Finalmente, cuando se distingue por género, los resultados muestran que existen importantes diferencias en los efectos de los subsidios. En particular, se encuentra que los subsidios de transporte bus y metro incrementan en mayor grado la probabilidad de elegir colegios de calidad alta para el caso de las mujeres, aunque en los hombres con este tipo de subsidio los ubica con mayor probabilidad en colegios de muy alta calidad.
Este resultado en las estudiantes mujeres indica como políticas que generen mayor accesibilidad pueden ayudar a mitigar procesos de exclusión social sobre poblaciones vulnerables, dando la oportunidad de acceder a más y mejores servicios y amenities de las ciudades.
* El estudio estará disponible en la página web del Banco a partir de la tercera semana de febrero de 2022.
Autores externos
Gustavo A. García. Profesor Asociado en el Departamento de Economía de la Universidad EAFIT (Colombia). Economista con un doctorado en economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Fue Investigador Postdoctoral en la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes (Colombia). Ha sido consultor para el Banco Mundial y el BID en temas de mercados laborales, efectos de las intervenciones en transporte público y desigualdad intraurbana. Sus principales áreas de investigación incluyen economía urbana, economía laboral, evaluación de impacto y analítica de datos espaciales.
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