Si, en América Latina hacemos el 56% de viajes en transporte público. Y si, hemos avanzado en transporte masivo con BRTs y Metros en las ciudades más importantes. Pero no podemos ignorar los nuevos medios de transporte que trae el milenio: Carros autónomos, bicicletas eléctricas, hoverboards, motos casi-regaladas, entre otros. ¿Vale la pena mantener al transporte público en el centro de la estrategia de movilidad urbana?
La respuesta rápida es que SI, y es importante que no perdamos este norte en la conversación de la tecnología. El transporte público es el medio más eficiente para grandes ciudades y en América Latina tenemos la densidad requerida para hacer viable el transporte masivo. Sin embargo, el nuevo milenio trae avances exponenciales en robótica, inteligencia artificial y capacidad computacional. ¿Qué tiene que ver esto con transporte público?
Algunos expertos de la industria prevén un futuro donde flotas de autos Autónomos, Compartidos y Eléctricos (ACE) van a reemplazar al automóvil privado. Imagínese unos autos sin conductor, que transportan puerta-a-puerta y que cargan batería mientras están estacionados. ¡En unos años, esta puede ser su mejor alternativa de transporte! ¿Y por qué no? Del ACE, solo falta la “A”. Y aunque hoy tenemos autos con ayudas de conducción (estacionamiento paralelo, frenado de emergencia) los fabricantes estiman que entre 2020 y 2030 habrá autos que se harán cargo de todo el viaje (“Nivel 5” de autonomía)
Servicio de Uber Compartido y Eléctrico (CE) en Dubai
Foto: Catalina Ochoa (TW @cataochoa)
Hoy, las plataformas de autos compartidos pueden competir en precio con el transporte público. Un ejemplo es mi viaje diario a la oficina. Aunque es un viaje corto (3.2 km), me sale casi tan barato compartir un Uberpool con mi esposa ($4.86), que pagar dos tiquetes de bus ($4.00) o metro ($4.50). Algunos estudios estiman que en el futuro, los viajes en flotas ACE costarán entre $0.24 y $0.44 por kilómetro. ¡Un regalo! Siendo así las cosas, ¿para qué más transporte público?
La oferta de Uber en mi barrio en la mañana
Alguien puede decir que las flotas ACE son transporte público, pero veamos el rol que hoy cumple el transporte masivo: En Washington DC, los buses y trenes mueven más de 1.3 millones de viajes al día. Y esto es solo el 14% del total de viajes diarios! Según un análisis del Metro de Washington, si quisiéramos reemplazar la capacidad del transporte público Washington, tendríamos que construir nuevas autopistas por el centro de la ciudad. ¿Se imaginan el National Mall y los museos Smithsonian cruzados por más concreto? Y en ciudades como Lima o Bogotá, donde el transporte público se encarga de unos diez millones de viajes diarios, ¿cuáles serían las consecuencias urbanas?
Las consecuencias de apagar el transporte público en Washington
Imagen: Justin Antos (WMATA)
El punto es, que las ciudades densas dependen del transporte masivo, y su mejor alternativa para mover millones de personas al día es aprovechar la infraestructura exclusiva y dedicada de BRTs y Metros. Si estas ciudades abandonan el transporte masivo, y apuestan exclusivamente a flotas ACE, probablemente empeoren la congestión. Trancones de carros autónomos.Un estudio reciente de Mckinsey resalta que en ciudades densas, y en vía de desarrollo, las mejoras en movilidad vendrán de inversiones en infraestructura y soluciones limpias y costo-efectivas. En particular el transporte masivo y los servicios de movilidad compartida, restando protagonismo a los carros autónomos.
El transporte del futuro basado en la integración modal
Imagen: Renders proyectos Metro de Bogotá y Metro de Quito
Ahora, las agencias de transporte público NO deben confiarse. Es clave encontrar maneras de ser más competitivas y aprovechar la tecnología. Nuevos medios de transporte van a quitarles pasajeros (y con ello, el recaudo), de la misma manera que en los últimos 70 años lo hizo el auto privado. El avance exponencial de la tecnología hace difícil predecir el futuro del transporte, sin embargo, podemos hacer apuestas informadas.
¿Qué cambios deberían verse en la agencia de transporte público del futuro?
- Datos abiertos: Toda agencia de transporte público debería compartir sus datos de programación y operación en tiempo real, de la misma manera que hoy lo hacen el transporte aéreo y de carga. Esto permitirá a terceros desarrollar servicios de información como Moovit o Transitscreen, entre otros. En América Latina es común ver agencias que no son las dueñas de los datos que genera. Esto debemos reversarlo en la próxima generación de contratos de recaudo y tecnología.
- Integración total: Para el pasajero es incómodo hacer transferencias entre medios de transporte. La agencia de transporte público deberá ofrecer conexiones atractivas con carros, motos, e-bikes, patinetas, etc. Es clave el rol de la infraestructura diseñada para priorizar comodidad y calidad. Será responsabilidad de la ciudad garantizar interoperabilidad para pagar todos los servicios con el mismo medio.
- Pagos digitales: Ya existe la tecnología para que nos olvidemos del efectivo en los buses. En la medida que la población se bancarice será posible abordar buses y trenes sin necesidad de tokens, monedas o tarjetas. El sistema reconocerá al pasajero y descontará automáticamente de una cuenta. En el largo plazo podremos ir más allá y pagar mensualidades por movilidad ilimitada (Mobility as a Service), de la misma manera que hoy pagamos por Netflix o Spotify
- Vehículos autónomos: En Estados Unidos la mano de obra (labor) es más del 60% de los costos operativos de las agencias de transporte público. En América Latina es menos, y probablemente valoramos más los trabajos que genera el transporte público. Sin embargo, es clave pensar cómo adaptarse a un futuro donde el mercado ponga en riesgo la profesión de conductor. Hay que ganar conocimiento de la tecnología a través de pruebas y programas piloto (Helsinki, Las Vegas).
- Sustitución de servicios: No es un secreto que las agencias de transporte público requieren ofrecer servicios de muy baja demanda, que requieren cuantiosos subsidios para ser viables. Este es un mercado donde la empresa privada puede eventualmente tener mayores eficiencias y servir estas rutas, con ofertas de vehículos diferentes, pero integrados al sistema. Ejemplos de esto vemos en San Francisco (Chariot) y en Ciudad de México (Jetty)
Nuevas tecnologías que podrán irrumpir los patrones de movilidad urbana:
Hyperloop, hologramas, taxis aéreos.
Reflexión:. Las tecnologías que hoy conocemos, pueden ser obsoletas en unos 20, 10 o quizás en menos de 5 años. ¿Qué tal que el hyperloop tenga viabilidad comercial? ¿Será que un holograma reemplazará nuestra persona en la oficina? ¿Y qué pasaría si los taxi-drones pudieran operar de manera eficiente y silenciosa? No tenemos las respuestas. Pero más allá de fijaciones ideológicas por uno, u otro medio de transporte, lo que vamos a necesitar son líderes obsesionados con mejorar la experiencia de viaje de los usuarios y dispuestos a aprovechar las nuevas tecnologías para el bienestar de sus pasajeros.
Jorge Pacora dice
Coincido,que las nuevas tecnologías habrán de permitir mejores soluciones al transporte público.
Lo que me preocupa un poco,es la adaptación de nuestros políticos en éste aspecto,pues muchas veces la búsqueda de bienestar para el publico,no siempre coincide con ellos.
Todas las posibilidades están abiertas,pero hoy por hoy creo,que el ferrocarril(en todos sus productos )ha avanzado muchísimo(por sus ventajas medio ambientales,espacio,seguridad,eficiencia energética) y avisoro un incremento exponencial en su aplicación.
No soy experto,pero me gustaría formular la siguiente pregunta :que variables se deben tomar en cuenta,para la evaluación e implementación ,de un sistema de transporte publico,entiéndase metro,tranvía..
Muchas gracias