En diciembre de 2011 participé en la Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP17) en Durban, Sudáfrica. Uno de los detalles que más me gustó fue que la ONU prestara bicicletas a los participantes para movilizarse durante el evento. Pero hubo algo que no me gustó en absoluto: los estacionamientos estaban repletos, la cantidad de coches y vehículos motorizados que entraban y salían del centro de convenciones era impresionante. Me preguntaba por qué pasaba esto, si precisamente esa comunidad sabía que a nivel global, el transporte motorizado contribuye con el 23% en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con el uso energético y que contribuyen al cambio climático.
Del 5 al 11 de abril de este año se llevó a cabo en Medellín la séptima edición del Foro Urbano Mundial (#WUF7) que busca soluciones a los problemas urbanos que plagan nuestras ciudades. Esta vez me sorprendieron 2 cosas: la primera, que la autoridad del Área Metropolitana del Valle de Aburra (AMVA) cerró todos los estacionamientos de Plaza Mayor, la sede del evento para desincentivar el uso del coche; y la segunda, que la AMVA, con apoyo de organizaciones de la sociedad civil, y los mismos ciudadanos de Medellín gestionó la implementación de la #rutaseguraWUF7 para incentivar a un porcentaje de los participantes – como yo- a venir al evento de una manera más sostenible y que a su vez, sirvió de demostración de que los eventos internacionales pueden tener un impacto muy importante en la ciudad sede. El desincentivar el uso del automóvil e incentivar el uso de medios más sostenibles va de acuerdo con la visión de transporte sostenible del Banco. Incluso el mismo presidente del BID, Luis Alberto Moreno, hace un llamado a tomar acción sobre la sostenibilidad diciendo que “hay que cambiar cómo habitamos las ciudades”.
La #rutaseguraWUF7 es una ciclovía demarcada con pintura y otros accesorios de seguridad vial, en partes protegida por maceteros que fue construida tomando un carríl de una vía de 4 carriles. Este tipo de infraestructura se caracteriza por ser incluyente y participativa, ya que los ciudadanos mismos y otras organizaciones que abogan por el transporte no motorizado se dieron cita días antes del evento en la calle San Juan para ayudar a pintar señales de tránsito al igual que construir y pintar los maceteros y bolardos que se usaron para embellecer la ruta y proteger a los usuarios. Su implementación es un ejemplo de equidad en el uso del espacio público, manda una señal positiva de apoyo al uso del transporte activo y más sostenible y nos invita a repensar la manera en la que habitamos nuestras ciudades.
¿Dejará la AMVA la #rutaseguraWUF7 después del foro? En México y otros países de América Latina se han dado casos de este tipo de infraestructura ciclista comunitaria, y se ha logrado que las autoridades locales apoyen a los ciudadanos a redistribuir el espacio vial para tener una ciudad más incluyente. Con esta pregunta me gustaría dejar para discusión: ¿Deberían las autoridades urbanas como la AMVA apoyar y continuar estas formas de redistribución del espacio vial? Lo que sí me gustaría es ver que #WUF7, como un evento internacional que busca la mejora de la vida urbana, haya dejado una huella en esta tan bella ciudad de Medellín. Y qué mejor huella que la #rutaseguraWUF7.
* Fotos: Alvaro Caviedes, Carlosfelipe Pardo y Ramiro Alberto Ríos
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