En 1935, un viaje en avión desde Londres a Brisbane, en Australia, llevaba 12 días, con 31 paradas para abastecer y el billete costaba el precio de un coche nuevo. Hoy día, este mismo viaje lleva un promedio de un día (24 horas), con una parada y cuesta unos 4% del precio de un coche. Todo eso fue posible gracias a la evolución de la tecnología en el transporte aéreo y a la respuesta de los gobiernos a esta evolución por medio de construcción de aeropuertos, medidas de liberalización del mercado aéreo, acuerdos de servicios aéreos entre países, normas y regulaciones técnicas, entre otros. Esos factores generaron un aumento exponencial de pasajeros y en el mundo, como, por ejemplo, en nuestro continente.
Más de 300 millones de pasajeros viajan en avión todos los años en la región de la América Latina y el Caribe (ALC), representando el 8% del volumen global. Los mercados de la región crecieron a una tasa de más de 8% anual los últimos anos, siendo que países como Colombia y Panamá alcanzaron tasas de 10 y 13% respectivamente. Asimismo, las proyecciones de crecimiento para los próximos veinte años (2018-2037) en ALC varían entre 4,5 a 5%.
El transporte aéreo en la región tiene un rol fundamental como catalizador de las actividades económicas: es fundamental para el fomento del turismo en el Caribe, por ejemplo; es clave en la integración territorial de países con dimensiones continentales como Brasil y Argentina; contribuye para la integración de regiones remotas, como la Amazonía peruana; y finalmente desempeña un papel importante en la competitividad comercial de países como Colombia y Perú, habilitando las importaciones y exportaciones de productos de alto valor agregado[1].
Sin embargo, los países de América Latina y El Caribe todavía enfrentan desafíos para que el sector aéreo siga con ese ritmo de crecimiento:
- Las políticas aerocomerciales en los países de la región aun son restrictivas, lo que limita la oferta de rutas y frecuencias disponibles, así como la competencia entre las aerolíneas. Estudios indican que la liberalización aérea puede aumentar el volumen del tráfico hasta el 30%, con impacto importante en la actividad económica y en las inversiones extranjeras.
- La infraestructura aeroportuaria de los países de la región en general es inadecuada, en términos de capacidad y calidad, para atender la demanda, lo que impacta en el conforto y seguridad de los pasajeros y en la eficiencia de las aerolíneas.
- El transporte aéreo en Latinoamérica no cumple en su totalidad con los estándares internacionales de seguridad. Además, el aumento del tráfico aéreo en la región ha generado externalidades negativas, como el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero[2].
El BID viene apoyando los países de la región en los últimos años en desarrollar un transporte aéreo más eficiente, seguro y resiliente por medio de diversos instrumentos, desde el apoyo técnico y asesoría en política aérea, hasta los préstamos de inversión y reformas regulatorias amplias.
Asimismo, el Banco trabaja junto con los países en capacitar los funcionarios públicos con el objetivo de fortalecer el capital humano del sector.
Algunos ejemplos del trabajo del Banco incluyen el financiamiento de las rehabilitaciones en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, en Haití, y el Aeropuerto de Trinidad en Bolivia; el apoyo al programa de concesiones aeroportuarias en Brasil; además del curso en línea en regulación aérea ofrecido para 45 funcionarios de gobiernos en la región (9 países).
Con el objetivo de fortalecer y diseminar ese esfuerzo, el Banco ha publicado, este mes, el Marco Conceptual del BID, “Desarrollando un sector aéreo más eficiente, asequible y seguro en América Latina y el Caribe”, identificando las principales líneas de acción del Banco para cumplir su principal meta: mejorar la eficiencia, seguridad, sostenibilidad, calidad y cobertura de los servicios aéreos en América Latina y El Caribe.
Para más informaciones, descargar la publicación en https://publications.iadb.org/handle/11319/9350
[1] Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, la demanda de carga aérea en la región fue la que más creció en el mundo.
[2] Se estima que el 2% de las emisiones de los gases del efecto invernadero viene del sector aéreo (IATA).
*Co-autor Eduardo Café
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