Y cuánto vale nuestro tiempo. Las respuestas varían en función de las percepciones, de perspectivas y de nuestro entorno. Si me toca hacer fila en un parque de atracciones, la experiencia será completamente diferente si estoy sentado a la sombra o de pie bajo el sol. Si me llevan al cine, necesito saber si es para una buena película antes de decidir si invertir o no mi tiempo. Lo mismo pasa cuando viajamos en transporte público. Las personas tienen mejores experiencias de viaje cuando viajan en sistemas modernos. Pero esto no quiere decir que estén viajando cómodamente.
Los sistemas de Bus Rapid Transit (BRT), en línea hoy en 180 ciudades, aunque han mejorado notablemente los tiempos de viaje, tienen el problema del sobrecupo. Muchos pasajeros, y sistemas cada vez más congestionados. Viajar en un bus repleto es el equivalente a ver la película mala, con la diferencia de que el transporte es una necesidad diaria y no suele haber otra opción.
Para entender mejor el impacto del sobrecupo en la calidad del viaje, realizamos el estudio “Evaluación de la comodidad del pasajero en el transporte masivo” en Santiago de Chile (bus y metro) y Bogotá (BRT) donde hablamos con más de 1.000 usuarios a través de grupos focales y encuestas. Estos son algunas de las observaciones:
Los sistemas de transporte masivo (BRT y metro) mejoran el servicio, pero no necesariamente promueven la comodidad. En América Latina, los diseños se hacen para ocupaciones máximas de 6 o 7 personas por metro cuadrado (pax/m2). De entrada, este es un número muy alto si realmente queremos hablar sobre reducir el uso del automóvil. En la mayoría de los casos, este estándar de comodidad no ha sido definido teniendo en cuenta el bienestar de los pasajeros. Estamos diseñando sistemas donde los buses llevan casi el triple de pasajeros de pie, que los que van sentados (un bus articulado de 40-45 sillas carga hasta 160 pasajeros).
Los pasajeros consideran que el sobrecupo es una problemática seria, aunque destacan la eficiencia de los sistemas. Es de hecho uno de los problemas más agudos en los sistemas y todavía no sabemos cómo resolverlo. Los entrevistados confirmaron nuestra sospecha: los sistemas de transporte masivo ofrecen buenos tiempos de viaje pero las condiciones de comodidad no son buenas y son percibidas como la mayor debilidad.
Los pasajeros perciben un deterioro importante en la calidad de su viaje cuando hay sobrecupo. Con las encuestas de preferencia declarada modelamos las decisiones de viaje de los usuarios. Se les ofrecía escoger entre dos alternativas de viaje con diferentes niveles de ocupación (como se muestra abajo, uno de los casos comparaba un bus con 2pax/m2 y un metro con 5pax/m2). Queríamos entender la percepción del sobrecupo en el transporte masivo.
Los resultados nos dicen que viajar en Santiago con 5 o 6 pax/m2 genera 2,5 veces más disconfort que con 1-2 pax/m2. En Bogotá, este disconfort es 2,3 veces mayor. Estos números hablan de la importancia de la comodidad: un pasajero que invierte 15 minutos de su tiempo en un bus con sobrecupo, podría preferir hacerlo en 35 minutos con tal de viajar cómodamente. Esto me lleva a pensar que los pasajeros están descontentos y aspirando a dejar de utilizar el transporte público apenas tengan la oportunidad.
Es necesario replantear el tema de la sobreocupación. Hoy diseñamos los sistemas principalmente para reducir los tiempos de viaje, pero bajo un estándar de ocupación que está desanimando a los pasajeros. Si bien prestar servicios más cómodos va a incidir en mayores costos, debemos considerar la comodidad como una variable desde el inicio, cuando analizamos las diferentes alternativas de diseño físico y operacional. Esto permitirá entender mejor los impactos del proyecto en el bienestar del pasajero.
En la medida en que aumenta la capacidad de pago de los usuarios en la región, vamos a demandar más y mejores servicios. El transporte público no debería quedarse rezagado pues corre el riesgo de seguir entregándole los pasajeros al automóvil particular.
Descarga aquí el estudio en inglés: Evaluation of Passenger Comfort in Bus Rapid Transit Systems
Este post pertenece a la serie de Transporte del SXXI
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Estupenda reflexion….
Muy interesante el contenido. Efectivamente en Venezuela se incrementa la oferta de Transporte público en especies de sistemas BRT pero el confort en los viajes va desmejorando a niveles a mi juicio intolerables. El subterráneo de Caracas y el único tren de cercanía que opera muestra un caos inhumano. Ni confort ni seguridad vial se toman en cuenta en los últimos tiempos.
El diseño financiero en Colombia para hacer autosostenibles los sistemas los obligó a esa solución, pues nunca se pensó en subsidios y hoy la realidad es otra.
El pilar de una movilidad sostenible es la satisfacción del usuario. Obviamente y por mucho y variado que se ensalcen la rapidez, la seguridad, la accesibilidad, el costo del medio de transporte, es la comodidad del viaje lo que dará continuidad a la opción por tal medio.
Si una sociedad que se precia de actuar inteligentemente es aquélla en la que la gente utiliza los medios de transporte público, masiva e independientemente de su capacidad económica, es cuestión entonces de no contrariar esa inteligencia social con medios de transporte que no sean cómodos.
La felicidad es la mejor rentabilidad para todos.
Buenas tardes desde México, en específico de la Ciudad de México.
Me gustaría saber en terminos técnicos como ha sido esta evaluación muy atinada en el sentir de los pasajeros del transporte público; ¿Cuál es el factor de ocupación más apropiado para los sistemas BRT?.
Considerando que es un dato muy importante para la definición de flota en operación.
Lo razonable para que sea sutentable un sistema BRT sin subsidio ¿qué porcentaje de ocupación correspondería en función de la capacidad del vehículo?.
Quedo a sus órdenes, gracias