Existe la errada percepción que conducir a altas velocidades es sinónimo de libertad y poder. Pero poco se dice de que esta conducta pone nuestra vida en peligro y la de los demás. Especialmente si estamos en vías urbanas donde no sólo transitan conductores de vehículos motorizados; sino también personas que van a pie o en bici, para quienes, en caso de un siniestro sus efectos pueden ser fatales.
La mayoría de las ciudades de nuestra región sufren de congestión; cuando una vía se encuentra despejada, acelerar y sobrepasar los límites de velocidad pareciera el premio por el tiempo perdido. El exceso de velocidad es el principal factor de riesgo en la siniestralidad vial; a mayor velocidad, aumenta la probabilidad de colisión y la distancia necesaria para detener totalmente el vehículo se incrementa; se aumenta la gravedad de las heridas y la probabilidad de lesiones permanentes y muerte como consecuencia. Es especialmente perjudicial para los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas); que reciben la energía de un impacto directamente en sus cuerpos.
Solemos entonces confiar en nuestras habilidades a la hora de conducir y subestimamos la probabilidad de sufrir un siniestro.
Conducir cualquier vehículo debería ser una actividad lenta, controlada y deliberada. La velocidad no es percibida por nuestros cuerpos ni calculada por nuestros sentidos; pero si hacemos una analogía con la altura, atropellar a un peatón a más de 65km/h seria como si lo empujáramos de un sexto piso.
Por esto el límite de velocidad estándar recomendado para zonas urbanas por la OMS[1] es de 50 km/hora. Así mismo, se estima que una reducción del 15% de la velocidad promedio en una vía, mejora las condiciones de seguridad vial reduciendo en 20% los siniestros con heridos y en 45% los siniestros con fatalidades[2].
La Declaración de Estocolmo[3] hace hincapié en la gestión de la velocidad como herramienta fundamental para reducir riesgos. Si bien, las medidas de infraestructura para gestionar la velocidad son esenciales, es importante ejercer controles de velocidad mientras se mejora la infraestructura existente. Controlar el exceso de velocidad es un mensaje claro a la ciudadanía de que esta conducta es inaceptable por el alto riesgo que representa.
El control de velocidad sistemático y automatizado en puntos fijos o semifijos ha demostrado tener una gran efectividad en la modificación de los comportamientos y la consecuente reducción de víctimas de siniestros viales en países como Francia[4], Australia[5] y España.
En España, por ejemplo, la implementación de estos controles permitió entre 2005 y 2010, salvar más de 5.400 vidas y reducir en un 42% los siniestros de alta velocidad[6]. El objetivo clave no es imponer multas y recaudar recursos, sino incidir en el cambio de comportamiento de los ciudadanos.
Chile lidera la apuesta por un Control Automatizado en la región, a través del Proyecto de Ley que crea el Centro de Automatización de Infracciones de Tránsito (CATI) por el cual se cursarían las infracciones a los propietarios de los vehículos que sean detectados sobrepasando los límites de velocidad mediante una red automatizada de detección electrónica. Dicho proyecto se encuentra en etapa de discusión, en la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado.
En Chile, la fiscalización de la velocidad se realiza exclusivamente con capital humano; a cargo de Carabineros de Chile e inspectores fiscales designados por el Ministerio de Obras Públicas, en el caso de las plazas de peaje, operación de túneles y en los tramos en que se estén realizando obras de reparación y mantención de caminos públicos. En Chile fallecen en promedio cada año 2.000 personas y más de 55.000 resultan con heridas producto de siniestros de tránsito. La apuesta del CATI es disminuir estas cifras bajo dos principios fundamentales; transparencia, con la instalación de dispositivos de control debidamente señalizados para conocimiento del conductor; y eficiencia, notificando la infracción de manera rápida y oportuna.
El pasado 18 de mayo, en el marco de la sexta Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, el BID y el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones coorganizaron el evento Desafíos del control Automatizado de Velocidad.
Durante el evento, el mensaje fue claro por parte de la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt.
“Cada vez más nuestra vida la vamos a hacer en el espacio público; vamos a tener que compartir el espacio que es de todos y necesitamos brindar seguridad. Si no hay respeto mutuo, que no ocurre espontáneamente, debemos forzarlo; porque debemos proteger a quien está más expuesto, este el deber de las políticas públicas; proteger a los más vulnerables”[7]
Si la apuesta entonces es el control, ¿dónde queda la educación como parte de la ecuación?
La educación es parte del proceso de explicar por qué y para qué de las medidas. Pere Navarro, director general de Tráfico de España, señaló en el evento que, como parte del proceso de educación y comunicación, se instalaron grandes carteles en las inmediaciones de los radares y se creó una página web con su ubicación para consulta de todos los ciudadanos, la sanción entonces dice Pere, más que por exceso de velocidad, ¡es por distraídos! [8]
La experiencia de Chile, en camino a la implementación, nos deja mensajes clave para avanzar en cambios regulatorios; que permitan impactar positivamente y de manera drástica para lograr una movilidad segura; liderazgo e interés político desde el más alto nivel. Y ganar aceptación y credibilidad por parte de la ciudadanía sobre este tipo de medidas; mediante un proceso y comunicación transparente.
[1] Organización Mundial de la Salud
[2] Greibe, Poul. 2005. Hastighedens Betydning for Trafiksikkerheden – Danske Og Udenlandske Studier. Dansk Vejtidsskrift September. http://asp.vejtid. dk/Artikler/2005/09%5C4422.pdf.
[3] Tercera Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial
[4] https://www.securite-routiere.gouv.fr/mieux-nous-connaitre/qui-sommes-nous-0/la-delegation-la-securite-routiere
[5] https://roadsafety.transport.nsw.gov.au/downloads/2019-speed-camera-review.pdf
[6] Dirección General de Tráfico, DGT, España
[7] Debate: Control de Velocidad en Chile, desafíos de la implementación del control automatizado de velocidad, CATI ; BID, 18 de mayo de 2021
[8] Debate: Control de Velocidad en Chile, desafíos de la implementación del control automatizado de velocidad, CATI ; BID, 18 de mayo de 2021
Miguel Rojas V. dice
La velocidad es parte del problema,que se complica cuando las autoridades nacionales,regionales locales y/o municipales, diseñan y promueven proyectos que pretenden imponer y ejecutar,sin tener en consideracióín la información básica,necesaria,fundamental para tener ,la data que les permita formular proyectos,programas asequibles,con tecnologías adecuadas y costes al alcance de los limitados recursos y presupestos,
Qué hacer cuando se inician y proponen proyectos llamados “mega proyectos”formulados por técnicos que desean captar el apoyo de los políticos para poder ejecutarlos y,en este tráfico de un “solo Sentido”,solo se consegui complicar los problemas de la viabilidad,se pierden los escasos recursos y la comunidad afectada reaciona expresando su rechazo a propuestas populistas y de campaña,se pierden credibilidad se agota la paciencia y continu la problemática incrementada por los desaciertos en la ejecución y obras inconclusas.
manuel arturo galvez dice
Con referencia al tema, uno de los peores problemas en transporte es el no cumplimiento del reglamento de transito y la rigurosidad en cada país del mismo. Las personas al tener un vehículo posee un arma que dependiendo de como lo use es el grado de responsabilidad, el exceso de velocidad, la confiabilidad también las infracciones y las sanciones.
La aplicación de una rigurosidad o la sanción debe ser enérgica, la autoridad debe tener un tribunal especializado en transito que pueda sancionar todo tipo de transporte sea ligero que incluya bicicleta, vehículos con energía eléctrica, motos, moto de tres ruedas y cuatrimotos de combustible ahí recién podemos decir que el transporte esta regulado el tipo de reglamento que debe tomar en cuenta, con respecto a la señalización o los avisos que corresponde al reglamento o velocidades o también los desvíos o las personas que hacen cambios brusco o cierran calles o dé repente construcciones empíricas que clausuran calles o fiestas patronales que cierran calles sin previo aviso o clausuran calles.
es necesario cambiar desde el colegio las normatividades para el buen uso de las vías de calles, avenidas, carreteras.
Guillermo Velásquez dice
El tema de establecer límites de velocidad es importantísimo para la seguridad de todos, los que conducimos y los que andamos a pié. Obviamente, cada gobierno lo implementa con un respaldo de ley que autoriza a la Policía de tránsito a la permanente vigilancia (radares) y a la permanente sanción a los infractores de la ley en ese artículo en particular. No obstante, para que esto sea efectivo, se requiere la infraestructura ideal. He sido testigo al conducir, que no existe una adecuada señalización de los límites de velocidad, o en ocasiones existen lo que se llama la “contaminación visual”, a la cual estamos expuestos todos, tanto los peatones como los conductores. Muchas veces los avisos de límites de velocidad se encuentran confundidos y me aventuro a decir “camuflados” entre muchos anuncios de todo tipo, propaganda de empresas privadas, avisos de gobierno, entre otros. Sumado también a que los rótulos son muy pequeños y muchas veces solo existe uno al lado de la carretera, deberían de estar más elevados y un poco céntrico a la vista de frente del conductor, pues al estar pendiente de los avisos laterales te causa una distracción al conducir, lo que puede repercutir en el incremento del riesgo de accidentes.
En relación a este control de velocidad que la policía usa, sabían que esos aparatos deben de regularse cada cierto tiempo?. Quien controla eso?, la misma Policía?, no creen que debe de ser una empresa auditoria externa que no tenga nada que ver con el gobierno y que sea imparcial. En este sentido, dado que los aparatos son de uso permanente y que están expuestos a los factores externos tales como lluvia, sol, polvo, viento, humo, golpes, entre otros, entonces son artefactos vulnerables al mal funcionamiento.
Para implementar el control de velocidad, debe de estar dada la infra estructura. O sea, construir carreteras donde se pueda viajar a velocidades razonables para ir de un lugar a otro, principalmente de un estado a otro o de un departamento a otro. Es del conocimiento de todos los conductores que las marchas bajas (3ra ó 4ta.) consumen una extra de combustible y que las marchas altas y constantes son las que en carretera abierta hace un ahorro considerable del combustible.
En resumen, es todo un balance que debe de existir para la implementación y control de los límites de velocidad en nuestros países. Desde la infra estructura dada, la educación vial, los insumos y controles que son implementados.