Dentro de las políticas públicas, existen varios principios mínimos necesarios que se deben cumplir con el fin de promover el desarrollo urbano, y así obtener un adecuado transporte en las ciudades.
Para llegar a cumplir estos principios se debe considerar dos conceptos que muchos gobiernos no toman en consideración: continuidad y conectividad del entorno construido. Ambos términos deben de estar presentes en toda política de desarrollo urbano. Así se garantiza que está sea sostenible y que realmente promueva una adecuada transitabilidad dentro de la ciudad.
No obstante, tales principios deben ser considerados en la arquitectura construida de la ciudad y cumplir con la continuidad necesaria. Dicha continuidad demanda una constante comunicación y planificación conjunta de los gobernantes de distritos vecinos y/o localidades; esta articulación distrital evitaría la percepción de discontinuidad al recorrer la ciudad por parte del ciudadano.
Los principios básicos a tener en cuenta en cualquier calle son:
- Que invite a caminar (fachadas activas, bien iluminadas y seguras),
- Uso de la bicicleta. Ciclovía aislada pero integrada. Estos conceptos indican que la infraestructura para el ciclista debe de estar físicamente separada del trafico vehicular, pero, así mismo, seguir formando parte de la ciudad.
- Adecuada conectividad entre la movilidad activa con el flujo vehicular (intersecciones bien señalizadas y esquinas peatonalizadas. Estas 2 características brindan una sensación de seguridad, tanto al conductor como al peatón y ciclista),
- Usos mixtos y variedad de servicios. Es fundamental tanto la presencia de parques y/o áreas de esparcimiento, así como de lugares de venta de comestibles, centros médicos, colegios, farmacias, etc.
- Barrios compactos donde se cuente con los servicios y usos necesarios a distancias cortas. También conocidos como súper bloques. Este concepto reduce la dependencia del vehículo motorizado. La idea principal de los superbloques es tener un adecuado balance entre áreas públicas, usos y servicios, y una buena infraestructura dentro de un radio de acción razonable.
- Conectividad entre distintas formas de transitar la ciudad. Transporte público, privado y formas de movilidad no-motorizada guardando cuidado de que estos distintos modos de transporte sean accesibles e inclusivos, con un especial énfasis en los grupos de movilidad reducida.
En la imagen vemos una mitad inferior donde existen fachadas activas, variedad de servicios, una adecuada infraestructura para el ciclista, y una parte de la ciudad que se nota, a simple vista, planificada y pensada para promover, no sólo un transporte público ordenado, si no también, la utilización de formas activas de transporte.
La segunda parte de la imagen (mitad superior) muestra una calle desordenada, con comercio ambulatorio informal que impide el adecuado tránsito del peatón. La interrupción de la ciclovía es notoria. Esto genera un ambiente inseguro para el ciclista quien tiene que interactuar, arriesgando si integridad física, con el flujo vehicular desordenado. Esta mitad muestra una ciudad entregada al transporte motorizado y a un área destinada para estacionamiento vehicular quitando el espacio para el peatón y ciclista.
Queda claro en la ilustración que dentro de la misma calle pueden notarse dos formas muy distintas de planificación urbana sin ningún principio de continuidad ni intenciones de mantener las características de la calle a lo largo de varios bloques dentro de la ciudad. Esta interrupción de principios y/o características básicas desalienta al ciudadano a interactuar con la ciudad. Este tipo de calles es producto de que cada gobierno local tiene su propia idea de planificación urbana. Y al final del día, quien sufre las consecuencias es el ciudadano.
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