¿Alguna vez de niño jugaste a contar el número de peldaños en las escaleras del parque? Imagina contar hasta 350 todos los días para llegar a tu casa, después de haber tenido un largo día de estudio o de trabajo, cargando un morral con los útiles escolares o las bolsas del mercado que necesitas para la semana.
350 era el total de escalones que debían subir y bajar los habitantes del barrio Las Independencias I en la Comuna 13 del departamento de Antioquia, Colombia para sus desplazamientos diarios.
Para dar solución a este problema de movilidad, la alcaldía de Medellín y la Empresa de Desarrollo Urbano, llevaron a cabo la innovadora idea de reemplazar los escalones por un trazado de escaleras eléctricas de 130 metros lineales separados en seis tramos dobles, un recorrido que dura tan solo seis minutos.
Las escaleras eléctricas son un sistema de transporte vertical que, al igual que los ascensores, sirven para comunicar varios niveles en una edificación, con la ventaja de movilizar grandes volúmenes de gente de manera fluida y veloz. Frecuentemente vemos estos sistemas en los centros comerciales y aeropuertos, pero ¿habías imaginado encontrar unas escaleras eléctricas al aire libre y en medio de uno de los barrios más afectados por la violencia en Colombia? Este proyecto benefició a más de 12.000 personas que viven en las laderas de la ciudad de Medellín y se convirtió en un símbolo de transformación social y paz para la comuna.
El ingeniero civil César Augusto Hernández fue el gestor de esta obra, quien, inspirado por las escaleras mecánicas del Parque Güell en Barcelona, no descansó hasta materializar su idea. El municipio de Medellín invirtió COP 12.000 millones (cerca de US$ 4 millones) en la obra, las escaleras fueron diseñadas por la compañía japonesa Fujitec y fabricadas en su planta en China. Más de 300 hombres levantaron las estructuras sobre una montaña con más de 45o de pendiente y su construcción tardó poco más de un año. La obra entró en funcionamiento el 6 de mayo de 2012, para movilizar cerca de 12.000 personas por semana, de ellas 4.000 niños, a una velocidad de 30 metros por segundo.
Las escaleras eléctricas de Medellín son una muestra de cómo una solución innovadora de transporte impacta fuertemente la situación de una comunidad, más allá de facilitar el desplazamiento de las personas.
La Comuna 13, donde habitan cerca de 160.000 personas, se convirtió en un epicentro para la violencia desde la década de los 80. Conocida por las barreras invisibles que se formaron entre los mismos habitantes de la zona y los grupos armados que tenían control total sobre el territorio, acceder a esta parte de la ciudad era impensable. Hoy la comuna tiene otra cara, la obra generó una sensación de orgullo en los pobladores, rompiendo las divisiones entre ellos y uniéndose para sanar las heridas de la guerra.
La Comuna 13 es ahora uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, donde los mismos habitantes ofrecen recorridos para mostrar cómo las obras urbanas han transformado por completo las dinámicas del barrio y la calidad de vida de quienes allí viven.
Las escaleras eléctricas de Medellín, que en un comienzo parecieron una locura, son ahora un modelo que ambicionan otras ciudades de América Latina, ya que constituyen una solución innovadora de accesibilidad. El norte de España también es un referente a nivel mundial en la instalación de infraestructuras para salvar los desniveles de las urbes, principalmente con la ubicación de rampas mecánicas en lugares como Vitoria-Gasteiz y Santander.
Río de Janeiro y San Pablo en Brasil, La Paz en Bolivia y Lima en Perú son solo algunas de las ciudades latinoamericanas que, dada su geografía montañosa, son importantes candidatas para recibir este tipo de proyectos. Contando con el ejemplo de Medellín y reconociendo las necesidades de otras ciudades que se asemejan en sus características ¿Dónde veremos las próximas escaleras eléctricas construidas en un entorno urbano?
Excelente trabajo, es increíble que en esta zona se logre este proyecto, pero lo más increíble es el beneficio para tantas personas, muy inspirador para otras ciudades!!!
Qué buen articulo y si eso pudo construír en una comuna y zona tan dificil no imagino qué tiene en su mente para hacer en la Alcaldía. Medellín merece un alcalde como César Hernández y le deseo mucho éxito en su campaña.
una velocidad de 30 metros por segundo son 108 km por hora!
Al parecer, fue una decisión acertada, mediante la cual las entidades competentes de la ciudad abordan y visibilizan el problema de accesibilidad de una población vulnerable asentada en una ladera con pendiente pronunciada.
Dicho lo anterior, se evidencia el trabajo articulado entre la municipalidad y la EDU Medellín para abordar la problemática.
Sin embargo, queda la incógnita de cuan escalable es dicha solución, teniendo en cuenta el mantenimiento que requieren las escaleras eléctricas.
Saludos
Los proyectos que se gestan en los barrios incluyendo las comunidades que lo habitan siempre serán eexitosos, porque responden a una necesidad cotidiana y local soportada en la versión de sus habitantes.
Adicionalmente una buena gerencia y gestión interinstitucional son fundamentales para llegar las ideas a proyectos y que sean realidad.
Las obras se deben de adaptar a la topografía y condiciones socioculturales de nuestros barrios.
Al igual que Henry, considero que los costos asociados a la operación de escaleras mecánicas (como las llamamos en mi país) son considerables, y debe haberse estructurado muy bien los esquemas de mantenimiento y los recursos asociados para que sea sostenible en el tiempo. Lastima que no se habla de eso en el articulo, siendo un tema que debe ser abordado ante la eventual aplicación en otros barrios de Ciudades Medias y Metropolitanas de la Región.