Cuando se habla del uso del casco para motociclistas en Colombia, es imposible no recordar aquella campaña en el que un motociclista perdía el control de su vehículo por “tropezar” con una tortuga; al final del aparatoso encuentro y gracias a su caparazón, la tortuga continuaba su camino, mientras que el afanado conductor de moto resultaba seriamente herido. El comercial terminaba con un slogan que señalaba que algunas “especies” no usaban casco. Hoy en día es imposible no hacer la misma reflexión, ya que aún con toda la evidencia científica que existe sobre la protección que ofrece el uso de un casco adecuado, sigue siendo una materia pendiente en seguridad vial de motociclistas.
Con relación a la gestión de la seguridad vial para motociclistas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que una de las estrategias más efectivas para reducir el número de fatalidades es la promoción del uso apropiado del casco, y describe que un buen marco normativo nacional sobre el uso de este debería contener al menos las siguientes características:

Hasta 2018, Colombia contaba en su marco normativo con los tres primeros escaños, en 2019 la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) avanzó en la consolidación de las condiciones faltantes expidiendo el reglamento técnico de cascos protectores para el uso de motocicletas, dirigido a los fabricantes, comercializadores e importadores para que garanticen que el mercado cumpla con los requisitos mínimos establecidos.
En 2020 se establece la regulación del uso apropiado del casco, incluyendo el uso del casco abrochado, inmerso en la cabeza y prohibiendo el uso de equipos móviles entre la cabeza y el casco. Dos meses después de la implementación, datos preliminares mostraron una reducción de las fatalidades de motociclistas por trauma craneoencefálico del 7% en comparación con otras causas de muertes, gracias a la articulación entre regulación, control y pedagogía
Por otro lado, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) se acercó a los fabricantes de cascos para desafiarlos a diseñar cascos asequibles que cumplieran con el estándar ECE 22.05. Ante dicho llamado, entre otros fabricantes, NZI diseñó un casco tipo Jet, ultra ventilado a bajo costo y homologado. Gracias a la coordinación entre el BID, Touring y Automóvil Club de Colombia y la ANSV, llegaron al país cerca de 900 de estos cascos que fueron entregados en 13 municipios, bajo una estrategia pedagógica implementada por la ANSV cuyo objetivo fue sensibilizar y demostrar que es posible acceder a cascos certificados, de bajo costo y que se ajusten a las condiciones del territorio.
¿Cómo se escogieron los municipios?
- Promedio IPF Cascos
El índice de priorización y focalización – IPF relaciona los datos de exposición (Total de motocicletas sobre el total del parque automotor), participación del motociclista en la fatalidad vial (Total de usuarios de motocicleta fallecidos sobre el total de fallecidos por siniestros viales) y el indicador de lesión permanente en cráneo y cuello (Total de lesiones permanentes en cráneo y cuello sobre el total de lesionados por siniestro viales).
El IPF se realizó de manera ponderada dándole a cada uno de los factores un peso, siendo calculado de la siguiente manera:

- Clima
Debido a las características del casco, se consideró efectivo su uso en municipios de clima cálido, los cuales fueron determinados según el Mapa de Clasificación del Clima en Colombia.

Metodología de entrega
La recepción del casco estuvo acompañada de la entrega de contenido útil respecto a la importancia del uso de un casco certificado y cómo elegirlo.

Evaluación de impacto e instrumentos aplicados
Primer punto de medición: dos instrumentos pre-test y post-test, que fueron aplicados en el anonimato. Se aplicaron 1287 encuestas abordando las siguientes temáticas:
- Velocidad
- Frecuencia uso
- Inmersión
- Aseguramiento
- Uso de dispositivo telefónico al interior
- Color como valor agregado de seguridad
- Reconocimiento y preferencia certificación
Segundo punto de medición: seguimiento telefónico 4 meses después de la intervención; evaluando los hábitos y experiencia de uso del casco, se aplicaron 70 encuestas teniendo en cuenta:
- Frecuencia de uso
- Ajuste
- Inmersión
- Aseguramiento
- Visor
- Uso celular al interior del casco
- Reconocimiento calidad
Como resultado del análisis, se observa un impacto positivo respecto a la percepción por parte de los participantes; en el uso, identificación de la talla, calidad y conductas de riesgo asociadas al casco.

Conclusión o Recomendaciones
En definitiva, el ser humano es susceptible de sufrir lesiones graves o incluso perder la vida ante un impacto que se dé por encima de velocidades superiores a los 50km/h. Por lo tanto, se debe continuar desarrollando y aplicando, todo tipo de medidas diseñadas para su cuidado, y que involucren ciudadanía, gobierno y sector privado; tal es el caso del uso correcto del casco para motociclistas.
Para conocer sobre la importancia del uso del casco, su selección y uso correcto, te invitamos a ver los siguientes videos:
Autores Invitados ANSV-CO:

Lina Maria Huari Mateus – Directora de Comportamiento. Abogada egresada de la Universidad Pedagógica y Tecnología de Colombia, Especialista Internacional en Derecho del Transporte de la Universidad Externado de Colombia, y Contratación Estatal y de Negocios Jurídicos de la Administración de la Universidad Politécnico Gran Colombiano y Magister en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad EAFIT. Su experiencia profesional la ha desarrollado principalmente en el sector público en temas de inspección vigilancia y control en tránsito y transporte, asesoría jurídica, administrativa y financiera. Se desempeñó como Subdirectora de Tránsito del Ministerio de Transporte, Superintendente Delegada de Tránsito y Transporte Terrestre Automotor, Jefe de la Oficina Asesora Jurídica de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, Transporte y Directora Administrativa del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entre otras entidades, en donde estuvo al frente de importantes proyectos liderando equipos de trabajo.

Jorge Luis Riveros Rodríguez – Coordinador Equipo Actores Vulnerables y Acciones en Vía ANSV. Ingeniero Civil y especialista en tránsito, diseño y seguridad vial de la Universidad Nacional de Colombia, con experiencia en proyectos de transporte y seguridad vial tanto en el sector público como el privado. En el sector público, trabajó en Transmilenio S.A y en la Secretaría Distrital de Movilidad. En la Agencia Nacional de Seguridad Vial estuvo encargado de liderar la gestión de la seguridad vial para el motociclista, y de liderar el equipo de seguridad vial para Motociclistas, diseñando e implementando estrategias a nivel nacional y a nivel territorial enfocadas hacia la mitigación de los principales factores de riesgo que aumentar la vulnerabilidad y las amenazas en las vías para esta clase de usuarios. Actualmente está encargado de liderar en la ANSV las estrategias hacia el comportamiento de los actores viales vulnerables.

Luis Ernesto Sanchez – Equipo seguridad vial de motociclistas – ANSV. Ingeniero civil y especialista en vías y transporte de la Universidad Nacional de Colombia, con experiencia en planeación urbana sostenible desde los sectores público y privado en Medellín y Bogotá – Colombia. Actualmente trabaja en política pública relacionada con la seguridad vial del Motociclista en la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
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