La versión de esta convocatoria en inglés se encuentra en el blog Ideas que cuentan.
En el último ranking de las ciudades más peligrosas del mundo se observa un triste patrón: la inmensa mayoría—43 de 50 ciudades—se encuentran en América Latina y el Caribe, y la lista la encabeza Los Cabos, en México.
Muchos de los motivos que explican este estado de cosas son crónicos—instituciones débiles, impunidad, pobreza, desigualdad y una creciente urbanización—, todos parte del problema que, al mismo tiempo, debilita la capacidad del gobierno para lidiar con el crimen organizado y otras fuentes de violencia.
Los hombres jóvenes entre 15 y 30 años constituyen el grueso de las víctimas y los costos del crimen ascienden a aproximadamente el 3,5% del PIB, por lo cual América Latina y el Caribe está sacrificando una parte considerable de su potencial de desarrollo. La delincuencia afecta a las inversiones y el uso de los recursos, y tiene efectos especialmente perjudiciales entre los pobres. Socava la confianza de las personas en el respeto de la ley y la democracia y erosiona el sentido de seguridad, esencial en el funcionamiento de una sociedad dinámica.
Por lo tanto, es con un sentido real de la responsabilidad que los economistas y los cientistas sociales se reunirán este año en el marco de la Reunión Anual de la America Latina Crime and Policy Network, de LACEA. El objetivo de la reunión, que tendrá lugar el 6 y 7 de septiembre en la sede del BID en Washington, D.C., es comprender y apoyar más adecuadamente para contribuir a solucionar el angustiante problema del crimen y la delincuencia.
Como preparación de este evento, hacemos un llamado a los investigadores interesados para que envíen artículos sobre diversos temas, entre ellos la delincuencia y los mercados laborales, la delincuencia y la formación de capital humano, el análisis de los mercados ilegales y clandestinos y la economía política del control de la delincuencia. El objetivo consiste en contribuir a promover un intercambio fructífero entre la investigación académica y las políticas públicas en la búsqueda de soluciones.
En los últimos años han surgido técnicas de lucha contra la delincuencia cada vez más sofisticadas, entre ellas, la vigilancia policial en puntos calientes y la aplicación de recursos de la policía a unidades geográficas pequeñas. Los micro enfoques, es decir, la focalización en fragmentos muy pequeños de cuadras de la ciudad donde suele concentrarse la delincuencia, parecen cada vez más efectivos. La vigilancia vecinal, la policía de proximidad, las zonas libre de armas de fuego y los mecanismos locales de resolución de conflictos son otras tantas técnicas con que actualmente se experimenta.
Sin embargo, encontrar la fórmula correcta, o la mezcla de enfoques entre éstas y otras opciones para cada situación particular de delincuencia en América Latina y el Caribe, es un reto gigantesco. Se trata de un problema exacerbado por la historia de instituciones débiles, impunidad generalizada y falta de datos que dificultan la asignación eficiente de los recursos para luchar contra la delincuencia. La confianza extremadamente baja en la policía recorre estos problemas como un hilo conductor. En una encuesta mundial de valores de 2010-2014, se observa que, de los 60 países encuestados, la confianza en la policía se encuentra en su nivel más bajo en México (56), Trinidad y Tobago (57), Perú (58) y Argentina (59). Pakistán figura en el último lugar.
Entretanto, las tasas de asesinatos se mantienen altas, a pesar de su disminución en gran parte del mundo desarrollado. El año pasado, sólo en América Latina, 140.000 personas perdieron la vida a causa de la violencia criminal. Esto representa más que en todas las guerras mundiales en casi todos los años desde el comienzo del milenio, según The Economist.
En Colombia, antiguamente conocido como uno de los países del mundo con más episodios de violencia criminal, la tasa de asesinatos el año pasado disminuyó a 24 por cada 100.000 habitantes, su registro más bajo en más de cuatro décadas, producto en parte de un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como de técnicas efectivas de lucha contra el crimen.
Sin embargo, la tasa se ha disparado en México, como consecuencia de las bandas implicadas en el tráfico de drogas y otros grupos criminales que se asesinaban unos a otros y se enfrentaban a las fuerzas de seguridad. De las 10 ciudades más violentas del mundo el año pasado, cinco se encontraban en México, mientras que Venezuela, según Insight Crime, tenía la tasa de asesinatos más alta del mundo.
¿Cómo se percibe esta violencia? ¿Cuáles son sus principales determinantes: las armas, la demografía, los problemas de orden público, los mercados laborales? Y, según las evaluaciones, ¿cuáles son las intervenciones más efectivas?
Esperamos recibir propuestas de artículos sobre estos temas y otros anteriormente mencionados, antes del 30 de abril, para la conferencia de LACEA. Las ponencias principales estarán a cargo de Daniel Mejía, Secretario de Seguridad de Bogotá y Christopher Blattmann, de la Universidad de Chicago. Esperamos que sea un encuentro fructífero. Para más información, haga clic aquí.
Maria Araceli Garcia Carrazco Dice
Estamos interesados en compartir estudios sobre seguridad ciudadana. Desde nuestra experiencia vivencia como desplazamiento forzado de México a USA, Colibrí AC México – USA.
Cesar A. Carvajal Ibarbe Dice
Yo busco intercambiar experiencias de apoyo a municipios en intervenciones situacionales y psicosociales, así también como experiencias de colaboración.
Saludos a todos.
Cesar A. Carvajal Ibarbe
Jefe Unidad Apoyo a la Gestión Municipal
Subsecretaría de Prevención del Delito
Chile