En febrero de este año nos reunimos para celebrar los diez años de trabajo de la Iniciativa Salud Mesoamérica, una estrategia con la que logramos fortalecer la atención a la salud materno infantil de las poblaciones más vulnerables en ocho países: Belice, Guatemala, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y el Estado de Chiapas en México.
Durante el evento, tuve el privilegio de moderar un panel sobre calidad en los sistemas de salud con Rashad Massoud, Jafet Arrieta y Pedro Bernal, tres referentes en salud y políticas públicas con gran experiencia a nivel internacional ––y especialmente en América Latina y el Caribe––, en la mejora de la calidad de la atención de los sistemas de salud.
La calidad de la atención es un reto importante en los países de la región. Un estudio calculó que 7 de cada 10 muertes en exceso en nuestra región podrían ser evitadas por atención de calidad y que 3 de cada 10 están relacionadas a la atención de calidad.
En este artículo, compartimos 10 lecciones para mejorar la calidad de la atención que identificamos a partir de la conversación.
10 lecciones para mejorar la calidad en la atención de la salud
- La mejora de la calidad no debe de ser vista como una intervención aislada, sino como un esfuerzo de todo el sistema de salud para garantizar la atención adecuada en el momento oportuno.
- La calidad de la atención debe contemplar todas sus dimensiones:debe estar centrada en las personas, ser eficaz, oportuna, eficiente, segura, equitativa, integrada y sostenible, combinando la medicina basada en la evidencia y una cultura de mejora continua.
- El contexto importa: cada país y entorno de salud requiere soluciones a medida; no existe una formula universal.
- La recolección de datos por sí sola no mejora la atención medica; es crucial actuar en función de los hallazgos y no sólo utilizar a los datos para el reporte.
- La colaboración entre los distintos niveles del sistema y las distintas áreas es esencial para lograr mejoras significativas.
- La mejora de la calidad debe integrarse en el trabajo diario de los profesionales de la salud y contar con el apoyo de un liderazgo sólido en todos los niveles; no es un trabajo de algunas personas y unos días.
- La mejora es tarea de todos, desde los profesionales a nivel local hasta los responsables de las políticas de salud.
- Son fundamentales: la supervisión capacitante, caracterizada por una relación más horizontal entre supervisor y supervisado, basada en la colaboración, el apoyo y la orientación; la motivación intrínseca vinculada a la práctica sanitaria, que refleja el interés genuino del personal de salud por su trabajo; y una cultura de aprendizaje no punitiva, enfocada en identificar problemas en los procesos en lugar de buscar culpables.
- El concepto de “coproducción de salud”, entendido como el trabajo interdependiente entre usuarios y profesionales de la salud en las relaciones y acciones que contribuyen al bienestar de individuos y poblaciones, resalta el rol activo de las personas y sus comunidades en la mejora de la salud. Además, posiciona a la atención centrada en las personas como un eje transversal en todas las dimensiones de la calidad.
- La mejora es un proceso natural: así como un niño aprende a no tocar el fuego tras una experiencia dolorosa, los sistemas de salud deben aprender de sus errores y facilitar que la mejora de la calidad sea un camino sencillo y accesible para todos.
Estas 10 lecciones muestran que mejorar la calidad no solo es urgente, sino también posible. Es crucial recordar que la mejora de la calidad no es un destino, sino un viaje continuo que requiere el compromiso de todos los actores del sistema de salud. Desde los profesionales de la salud hasta los responsables de las políticas, cada uno tiene un papel vital en la creación de un entorno donde la atención de calidad sea la norma y no la excepción. Para profundizar en estos aprendizajes, el video completo de la sesión —junto con otras conversaciones destacadas— está disponible en la página de la Iniciativa Salud Mesoamérica
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