En su fascinante libro “Mejor” (Better) el Dr. Atul Gawande expresa su perplejidad sobre el misterio de porqué el rigor y la meticulosidad de la sala de operaciones no se extiende más allá de sus puertas: aún después de una campaña de todo un año en el hospital en que trabaja en Boston, el 30% de todos los médicos aún no seguían protocolos normales de higiene.
El Centers for Disease Control and Prevention de Atlanta, calcula que en los Estados Unidos aproximadamente 1.7 millones de infecciones de origen hospitalario causan o contribuyen a la muerte de 99,000 personas cada año.
En Francia menos del el 50% del personal médico sigue los protocolos establecidos de lavado de manos. Y esto sucede en los ambientes más controlados sanitariamente del mundo desarrollado. En Brazil, un estudio del 2006 demostró que, aún en la Unidad de Cuidados Intensivos, el cumplimiento de protocolos de higiene básicos (lavado de manos) podía llegar a apenas el 11.5%.
Es increíble que los viajeros que usan los baños públicos en Nueva York tienen mejores hábitos. Un artículo reciente del New York Times describe cómo el 80% de las personas que usan los baños de las estaciones de tren Grand Central y Pennsylvania Station, se lavaban las manos después de su uso.
Lavarse las manos importa, y mucho. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, casi una de cinco muertes infantiles – millón y medio al año –se debe a la incidencia de diarrea. Se mueren más niños de diarrea que de SIDA, malaria y sarampión juntos. Y lavarse las manos es probablemente la forma más barata y efectiva de evitar la diarrea.
Hay cada vez más evidencia que mejorar el uso y calidad del agua es mucho más efectivo que ampliar su oferta. Un estudio reciente por los investigadores de Harvard Victoria Fan y Ajay Majal muestra que lavarse las manos puede reducir la prevalencia de diarrea aguda en niños en un 58% y reducir su duración en un tercio.
Y los geles antisépticos para manos son también efectivos. Una investigación realizada en jardines infantiles en Colombia mostró que el riesgo de diarrea aguda en niños y niñas se reduce en más de un 50% cuando se usan geles antisépticos de forma regular.
Y lavarse las manos también afecta la asistencia escolar. Un estudio en los Estados Unidos de 2002, mostró que el ausentismo es un 50,6% menor en los grupos que se lavan las manos con frecuencia. En la China también se han asociado programas de promoción del lavado de manos con reducciones significativas en el ausentismo escolar en niños y niñas.
Entonces, sí sabemos que lavarse las manos puede salvar millones de vidas, especialmente de niñas y niños. Lo que no sabemos es porqué no nos lavamos las manos más frecuentemente, especialmente si estamos en contacto con menores de edad.
Un estudio en Colombia, estableció que sólo el 33.6% de los niños manifiestan lavarse las manos siempre o a menudo, y la mayoría identificó a la carencia de infraestructura sanitaria en muchos colegios de Bogotá, como la barrera principal para adoptar buenas prácticas de higiene.
Sin embargo, tanto el estudio de Bogotá sobre dispensadores en guarderías, como el estudio realizado en China señalan que simples dispensadores o campañas de promoción pueden ser muy efectivas.
Parece entonces que buena parte de la solución es tán dificil como lavarse las manos, especialmente después de haber celebrado el pasado 15 de octubre el día mundial de lavado de manos.
Por favor lávate las manos después de leer este artículo.
Mónica Dice
Cifras preocupantes! La diarrea también se da por un virus que se transmite de persona a persona por malos hábitos de higiene. Pereza, descuido, descidia, sea cual sea la explicación, no tenemos derecho a poner en riesgo la salud de quienes nos rodean, y más cuando son niños y sus sistemas de defensa no están tan desarrollados.