Gracias al programa CRIAR Bolivia, los hogares beneficiarios diversifican su portafolio de cultivos, destinando una mayor superficie a los sembrados no tradicionales con mayor valor agregado. Además, modificaron su economía del hogar pasando de una estructura basada en el autoconsumo a una volcada hacia el mercado.
Carlos Pacheco es uno de los 17.000 beneficiarios de CRIAR en Bolivia. Se trata de un programa que otorga apoyo financiero a pequeños agricultores para la compra de tecnologías agrícolas de bajo costo, y de asistencia técnica sobre su uso y aplicación. CRIAR organiza ferias tecnológicas en áreas rurales de Bolivia para que los pequeños agricultores, como el Sr. Pacheco, conozcan de cerca las distintas tecnologías y puedan adquirir las que mejor se acomoden a sus necesidades.
Los agricultores han adquirido una amplia gama de tecnologías que van desde invernaderos, sistemas de riego y arados metálicos, hasta pequeños graneros y equipos de molienda.
“Cuando oí hablar de la feria, pensé que con este tipo de tecnologías podría salir de la pobreza”, afirmó el señor Pacheco.
La adopción de tecnologías de bajo costo puede generar cambios importantes en los patrones de producción y en la productividad que a la postre se traduzcan en mejores ingresos y mayor bienestar para las familias. Sin embargo, se requieren muchos mecanismos de corto plazo para generar un círculo virtuoso en el que la adopción de tecnologías conduzca al aumento de la productividad. ¿Cuáles son esos mecanismos?
Son muchos los factores que pueden desencadenar este círculo virtuoso en la producción agrícola, entre ellos el mayor uso de insumos, el aumento en las ventas, o una mayor producción de cultivos de alto valor. No obstante la importancia de estos factores, pues hasta la fecha no existían estudios rigurosos en los que se analizaran los mecanismos a través de los cuales se pone en marcha este proceso. Había una “caja negra” por abrir.
¿Qué hay en la caja negra?
Investigadores del BID se pusieron en la tarea de abrir esa caja negra para entender cuáles son los mecanismos a corto plazo que generan un impacto a largo plazo. Los investigadores analizaron el impacto del programa CRIAR con base en una metodología de pareamiento por puntaje de propensión. Este enfoque econométrico, junto con una estrategia cuidadosa de recolección de datos de campo, permitió identificar a un grupo de control apropiado comparable con el grupo de beneficiarios.
Específicamente, los investigadores buscaban responder a los siguientes interrogantes: ¿El programa CRIAR está generando los impactos iniciales esperados? ¿Se están desencadenando los mecanismos de corto plazo para que en el largo plazo aumenten la productividad y los ingresos de los hogares beneficiarios? Más importante aún, ¿cuáles son estos mecanismos y cómo funcionan?
Los investigadores muestran que los impactos a corto plazo más importantes de CRIAR son una mayor diversificación de cultivos, incrementos del gasto en insumos y mayores ventas de la producción agrícola.
Específicamente, con el programa disminuyó la extensión de terreno destinada a cultivos tradicionales como la papa y el maíz y se incrementó la superficie para cultivos modernos que generan mayor valor agregado como la arveja y el haba verde.
Comparados con los no beneficiarios, los hogares beneficiarios del CRIAR incrementaron los cultivos modernos en un 11%. El gasto en insumos agropecuarios como fertilizantes, insecticidas y fungicidas aumentó en un 56%. Entre tanto, la producción destinada al autoconsumo disminuyó en un 10%, mientras que la destinada a la venta aumentó en la misma proporción.
¿Cuáles son los primeros mecanismos que operan a corto plazo en los hogares beneficiarios que reciben la nueva tecnología agropecuaria? Los investigadores sugieren que los hogares beneficiarios diversifican su portafolio de cultivos, destinando una mayor superficie a los sembrados no tradicionales con mayor valor agregado.
A su vez, el aumento en la producción agrícola destinada a la venta, junto con la disminución de la proporción destinada al autoconsumo, indica que los hogares beneficiarios modifican su economía del hogar pasando de una estructura basada en el autoconsumo a una volcada hacia el mercado. Por último, el mayor uso y gasto en insumos agropecuarios indica que la estructura productiva de los hogares beneficiarios se ha modificado.
La importancia de entender y evaluar los mecanismos de corto plazo de este tipo de programas agrícolas es fundamental para lograr su efectividad a largo plazo. Así pues, identificar y medir cuáles son y cómo funcionan los mecanismos iniciales que desencadenan la productividad es esencial para tomar decisiones en política.
En el caso de CRIAR, la asistencia técnica que se presta a los beneficiarios para complementar el suministro de tecnologías y apoyarlos durante todo el proceso productivo ha sido crucial para alcanzar los impactos del programa. La sola entrega de una tecnología no es suficiente para obtener resultados sostenibles a largo plazo.
También es importante capacitar a los productores en el manejo de aquellos cultivos que generen un mayor valor agregado y en el uso eficiente de insumos, así como informarlos sobre el acceso a nuevos mercados.
Esto ayudará a que los impactos iniciales del programa sean sostenibles en el tiempo y a que en última instancia se conviertan en mejoras en la productividad y en los ingresos de pequeños agricultores como el Sr. Pacheco.
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