Por Kate Ambler *, Diego Aycinena** y Dean Yang ***
En muchas evaluaciones de proyectos e intervenciones de oferta educativa, tales como transferencias condicionadas o “vouchers” para colegios privados, se ha demostrado que este tipo de programas pueden ser efectivos en incrementar la demanda por educación en países en desarrollo. En un estudio reciente analizamos un programa que busca mitigar los costos de este tipo de programas de transferencias, complementando fondos de donantes con remesas de migrantes internacionales. En 2012, los pagos por remesas internacionales en países en desarrollo excedieron los $400 billones en el mundo, y hace bastante que los formuladores de política han estado interesados en la generación de herramientas que maximicen su impacto social.
En nuestro estudio, encontramos que los hogares de El Salvador incrementan su gasto en educación por montos grandes cuando reciben remesas directas destinadas específicamente a educación.
Nuestro diseño
En conjunto con la Fundación Empresarial Para El Desarrollo Educativo (FEPADE), una fundación educativa en El Salvador, y Viamericas, una compañía de transferencias de dinero, desarrollamos EduRemesa. EduRemesa es una nueva herramienta financiera que permite a los migrantes dirigir sus remesas directamente para la educación de estudiantes de secundaria y universitaria de su elección en El Salvador a través de FEPADE. FEPADE emite una tarjeta de cajero automático para que el estudiante beneficiario (no un padre o tutor) y deposita los fondos de EduRemesa en la cuenta del estudiante en cuotas mensuales durante el año escolar. Los migrantes eligen la cantidad total a transferir al estudiante beneficiario.
Para examinar el grado en que los fondos de donantes dirigidos para educación se pueden complementar eficazmente con estas remesas, estudiamos tres versiones diferentes de EduRemesa:
1) Pareo 3 a 1: cada dólar enviado por el migrante fue acompañado por tres dólares del proyecto
2) Pareo 1 a 1: cada dólar enviado por el migrante fue acompañado por un dólar del proyecto
3) No Pareo: el migrante financia la totalidad de EduRemesa
Los migrantes fueron asignados aleatoriamente para recibir uno de las tres tipos de EduRemesa, o a un grupo de control. Dado que los tratamientos están aleatorizados, las diferencias en resultados pueden atribuirse a los distintos tratamientos que recibe cada uno.
Los participantes del estudio fueron reclutados en los consulados salvadoreños en el área de Washington DC. Los migrantes que decidieron usar EduRemesa lo hicieron enviando una remesa (mediante Viamericas) a FEPADE al comienzo del año escolar, identificación al alumno beneficiario. A dos terceras partes del tiempo transcurrido del año escolar, le hicimos seguimiento a todos los participantes del estudio (migrantes y sus familias en El Salvador) para medir el impacto del programa. El Banco Interamericano de Desarrollo financió la implementación y los costos de la evaluación de impacto del estudio.
Resultados
La tasa de respuesta (“take up”) más alta fue en el grupo de pareo tres a uno: 16% de las estudiantes y 8.5 de los estudiantes recibieron una EduRemesa. En el grupo 1:1, el 7% de las estudiantes y el 2% de los estudiantes recibieron EduRemesas. No hubo demanda por el producto sin los fondos de pareo. (Los datos que reportamos en este blog difieren ligeramente de aquellos del artículo ya que son medias simples, mientras que en el artículo están ajustadas econométricamente.)
La Figura 1 muestra cómo los gastos educativos de los estudiantes se vieron afectados por EduRemesa. Las alumnas del grupo de pareo 3:1 gastaron un promedio de $ 471 más en educación que las estudiantes del grupo de control. Este es un efecto grande: por cada $ 1 recibido en fondos EduRemesa, los gastos en educación aumentaron para estos estudiantes por $ 4 adicionales (no hay un aumento en los varones). Los resultados muestran que, al menos para las estudiantes, cualquier preocupación que los fondos de EduRemesa no se gasten en educación no tiene fundamento. De hecho, EduRemesa parece fomentar el gasto en educación: los hogares aumentaron el gasto en mucho más que el monto de la transferencia. Este aumento es aún más notable cuando se examina cómo EduRemesa afecta la participación laboral de las y los estudiantes.
Figura 1: Gastos en educación de la población objetivo, anualizados
La Figura 2 muestra que tanto estudiantes hombres como estudiantes mujeres en el grupo de tratamiento 3 a 1 están menos propensos a trabajar que los y las estudiantes del grupo de control.
Figura 2: Estudiantes y trabajo
¿Cuál es la explicación económica de esta tasa tan grande de respuesta a los fondos de EduRemesa?
Una posibilidad es que los estudiantes utilizan los fondos para pagar por algo que tenga un gran aglutinamiento en los costos. EduRemesa por sí solo no parece que sea suficiente para cubrir este costo, y por lo tanto debe ser complementado con otros fondos. Un gasto con gran aglutinamiento (lumpiness) en costos es la educación es privada, que suelen ser mayores que los de la enseñanza pública. En efecto, nos encontramos con que las alumnas del Pareo 3:1 tienen 20 puntos porcentuales más de probabilidad de asistir a la escuela privada que los del grupo de control (ver Figura 3).
Figura 3: Estudiantes en colegios privados
Discusión
El resultado principal de nuestro estudio es que los hogares en El Salvador aumentaron los gastos en educación por una gran cantidad al recibir EduRemesa. En este estudio, $ 1 de fondos de donantes genera fondos adicionales por valor de 0,33 dólares de los migrantes y de $ 3,62 desde el hogar beneficiario. Aunque no podemos decir exactamente de dónde provienen los fondos adicionales, mostramos que no vienen por el aumento de las remesas o por cambiar el gasto educativo para otros estudiantes del hogar.
Los resultados se limitan al contexto específico que se estudia en este trabajo, y no es claro que cada familia va reaccionar de igual manera al recibir una EduRemesa. De hecho, los inmigrantes pueden estar jugando un papel importante en la selección. Dado que los migrantes eligen a los beneficiarios ellos mismos, los recursos terminan yendo a los estudiantes que son más propensos a querer, por ejemplo, cambiarse a una escuela privada. Se necesita más investigación para determinar si programas como éste puede ser igualmente eficaces en la identificación de estudiantes beneficiarios fuera de este contexto particular.
* Kate Ambler terminó recientemente su Doctorado en el Departamento de Economía de la Universidad de Michigan (ambler@umich.edu). Desde agosto de 2013 va a ser un “fellow” post – doctoral en la División de Instituciones, mercados y Comercio del International Food Policy Research Institute (IFPRI). Sigue a @ambler_kate
** Diego Aycinena es Profesor Asistente de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquin (diegoaa@ufm.edu). Sigue a @daycinena
*** Dean Yang es Profesor Asociado de Economía y Políticas Públicas del Departamento de Economía y el Instituto Ford de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan (deanyang@umich.edu). Sigue a @deanyang
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