Por Arturo J. Galindo y Tracy Betts
Para aquellos que trabajamos en desarrollo económico y social, es cada vez más crítico entender qué funciona, qué no funciona y por qué, con el objetivo de aumentar la eficacia y eficiencia de lo que hacemos.

Es de ahí que para organizaciones multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sea clave registrar de forma sistemática el progreso de los proyectos que financia, al igual que las lecciones aprendidas durante el proceso. Ese registro y aprendizajes, el BID las compila año a año en el Panorama de la Efectividad en el Desarrollo (o DEO por sus siglas en inglés).
El DEO es la puerta de entrada a las diversas contribuciones del BID al desarrollo de los países de América Latina y el Caribe.
Este año el DEO, titulado “Qué funcionó (y qué no): Lecciones de desarrollo 2012-2015”, se ha enfocado en aquellos instrumentos que le permitieron al Banco medir los resultados de las operaciones que apoya, y su desempeño durante dicho período. Estos instrumentos son el Marco de Resultados Corporativos (CRF por sus siglas en inglés) y las evaluaciones de proyectos.
El CRF, además de permitirle al BID medir y mostrar su avance de manera transparente hacia la consecución de los objetivos planteados en su Estrategia Institucional, le ayuda al Banco a identificar dónde hay que hacer ajustes para alcanzar las metas que se traza en el mediano plazo.
También, le permite al BID contar con un sistema integrado que conecta cada avance de los proyectos en el terreno con los objetivos estratégicos del BID.

El DEO ilustra a través de 13 historias de proyecto cómo se ha ayudado a mejorar vidas en América Latina y el Caribe.
Por ejemplo, ahora podemos ver cómo el apoyo y movilización de recursos por parte del sector privado fue clave para crear la mayor central hidroeléctrica en Centroamérica. Y también, cómo la construcción de una nueva línea de metro en Brasil mejoró la vida de los habitantes en São Paulo.
Asimismo, a través de una selección de 13 evaluaciones de proyectos, se resalta la importancia de analizar rigurosamente el alcance y el impacto de los mismos para entender por qué un proyecto funcionó (o no) para luego incorporar dichos aprendizajes en el diseño de futuros proyectos.
Por ejemplo, por primera vez se demostró cómo un servicio telefónico de atención de emergencia en Medelllín, Colombia ha reducido en un 37% los ataques de violencia física a las mujeres.
También se pudo confirmar que los esfuerzos en Perú por erradicar la mosca de la fruta han conllevado a un aumento de la producción de un 65% para los agricultores beneficiarios del programa.
Los logros y avances documentados en este DEO no han sido ajenos a obstáculos. En el informe, se describen los principales retos enfrentados y las lecciones que de ellos se derivan.
Esto contribuye a que los recursos invertidos y el trabajo de los empleados del Banco brinden el mejor apoyo posible a los países miembros prestatarios del BID para atender sus principales desafíos de desarrollo así como implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Acerca de los autores:
Arturo J. Galindo es el Gerente encargado de la Oficina de Planificación Estratégica y Efectividad en el Desarrollo y Jefe de la División de Desarrollo Estratégico del BID.
Tracy Betts es la Jefa de la División de Monitoreo Estratégico de la Oficina de Planificación Estratégica y Efectividad en el Desarrollo del BID.
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