En abril pasado, el Centro Cultural del BID inauguró “Voces Emergentes”, una nueva exposición de la Colección de Arte del BID. Se trata de un evento trascendental, no solo porque el Centro Cultural volvió a abrir sus puertas después de la pandemia, sino porque presenta algunas de las adquisiciones recientes de la Colección, poniendo el foco en la diversidad y la inclusión.
Organizada alrededor de cinco áreas temáticas relativas al trabajo del Banco en temas de género, diversidad e inclusión, “Voces Emergentes” hace una reflexión sobre temas importantes como feminismo y violencia de género, en las obras de April Bey (Bahamas) y Priscilla Monge (Costa Rica), y la diversidad sexual, en “Paulx”, del artista y activista costarricense Ale Rambar, abriendo así nuevas conversaciones sobre la identidad y la discriminación que enfrentan los miembros de la comunidad LGBTQ+.
La exhibición crea también un espacio en el que nuestros artistas pueden hablarnos sobre sus raíces y sus ancestros, como la fotografía de Koyoltzintli, una colaboración con un artista Tiguan de Ecuador, y la obra de Rember Yahuarcani, en el que podemos aprender sobre el pueblo Uitoto de la Amazonía peruana. Además, dos de los artistas más importantes de origen Maya Tz’utujil en la actualidad, los guatemaltecos Manuel Chavajay y Antonio Pichillá, hacen su debut en la Colección de Arte del BID. Las delicadas obras en papel de Natalia Revilla (Perú) rescatan palabras de la lengua Matsiguenga, hoy en peligro de extinción.
En la sección dedicada a la equidad de género, destacamos las obras de las artistas Carmen Elena Trigueros (El Salvador), Leticia Banegas (Honduras), Juana Gómez (Chile) y Ana Elena Garuz (Panamá), con una mirada firme a los diferentes espacios que ocupa la mujer, y sobre todo como artistas que inspiran y contribuyen a las artes visuales en sus países. Por su parte, los detallados dibujos collage de Simone Asia (Barbados) y las serenas fotografías de Melissa Alcena (Bahamas) ofrecen una narrativa personal sobre sus experiencias como artistas afredescendientes, acompañadas por la obra del artista haitiano americano Charles Jean-Pierre donde el textil y el collage se combinan en una exploración de la memoria.
Finalmente, la sección dedicada al empoderamiento de niñas y adolescentes, la obra de gran formato de la artista panameña Maria Raquel Cochez, una niña sonriente rodeada de sus dulces favoritos, es testimonio de los desafíos que enfrentan hoy las niñas y las mujeres jóvenes para encajar en los cánones de belleza modernos.
Sobre nuestra Colección
En los últimos años, la adquisición de nuevas obras de arte para la Colección se ha centrado en reflejar la misión y los objetivos del Banco y así aprovechar el poder que tiene la creatividad de impactar positivamente en el desarrollo de las comunidades donde estos artistas se desenvuelven. Al desafiar los límites de nuestras propias concepciones, el arte estimula el pensamiento innovador y es una herramienta generadora de empatía y diálogo.
A través de las adquisiciones más recientes, la colección se ha centrado en incorporar obras que respondan a nuestra misión de generar nuevas reflexiones y soluciones a los desafíos de desarrollo en la región a través del arte y la creatividad. ¿Cómo lo hemos logrado? Asegurando la diversidad de artistas y de voces incluidas en la Colección de Arte. La adquisición de nuevas obras se ha ampliado más allá de la disparidad histórica entre artistas hombres y mujeres para incluir también la diversidad de identidades de género y etnias que hoy enriquece las artes visuales de América Latina y el Caribe.
Las colecciones de arte corporativas se han convertido en una parte fundamental de la identidad de una institución y un medio para conectarse con su público y clientes. Pero quizás aún más importante, la Colección de Arte del BID está creciendo para reflejar mejor la diversidad dentro de las personas que trabajan en el Banco.
En el BID creemos que el arte es una de las herramientas más poderosas para la transformación y puede inspirar nuevas formas de pensar en nosotros mismos como miembros de una comunidad global. La Colección de Arte del BID pretende incentivar al espectador a entender la experiencia y el punto de vista de los artistas, así como a ampliar su comprensión de los desafíos y problemáticas que estas obras buscan reflejar. Su presencia e imagen nos ayudan a establecer mejores relaciones con nuestros clientes, mejorar la productividad y el enriquecimiento de nuestros empleados, y darle significado a nuestra misión.
Y aprovechando lo que la tecnología puede ofrecer al mundo del arte hoy, sobre todo a partir de las restricciones impuestas por la pandemia, podemos mostrar a nuestros colegas y público externo de todo el mundo cómo nuestra colección representa los desafíos y las oportunidades que enfrentan nuestros países miembros en la actualidad. “Emerging Voices” también se ha llevado al mundo virtual y se puede visitar aquí.
Los invito a visitarnos en persona en nuestro Centro Cultural en Washington, DC o virtualmente, y tomarse un tiempo para leer las biografías de nuestros artistas y conocer quiénes son. Les dedicamos un área exclusiva en la galería porque representan la diversidad que todos necesitamos ver en nuestra Colección de Arte, así como la igualdad e inclusión que buscamos en cada uno de los proyectos en los que trabajamos para seguir mejorando vidas en América Latina y el Caribe. En el BID trabajamos todos los días para hacer de la diversidad un valor fundamental en nuestra misión como banco de desarrollo. Porque creemos que la diversidad es lo que nos hace únicos y la inclusión es lo que nos hace humanos.
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