Lograr los objetivos de desarrollo sostenible en agua y saneamiento en el sector rural, requiere no solo invertir en grande, sino invertir mejor.
*Lourdes Álvarez Prado es coautora de este blogpost
Para todos y todas. Accesible. Disponible. A un precio asequible. De calidad. Gestionado de forma sostenible. Las metas del objetivo seis de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han incorporado importantes retos a la prestación de servicios de agua potable y saneamiento. Los indicadores de cobertura dejan paso a nuevas metas asociadas al acceso universal y equitativo a servicios seguros de agua y saneamiento, poniendo fin a la defecación al aire libre, y con especial atención a las poblaciones más vulnerables.
El histórico rezago en el acceso a servicios de agua potable y saneamiento en las zonas rurales de América Latina y el Caribe (ALC) se acrecienta en este nuevo contexto de los ODS, si bien no existe información suficiente que nos permita un análisis en detalle para la región. Los datos disponibles revelan que en 2015 alrededor de 18 millones de habitantes en zonas rurales no contaban con servicios de agua mejorada y 8.5 millones dependían de las aguas superficiales para beber.
Para el logro de las metas del objetivo 6 se requiere no sólo de grandes inversiones, sino invertir de forma diferente, utilizando mecanismos de ejecución alternativos, eficientes y transparentes; priorizando inversiones de forma estructurada y planeada; seleccionando tecnologías adecuadas de bajo costo y que involucren a la población en su selección; desarrollando estudios sólidos de pre-inversión; y diseñando mecanismos post-construcción que aseguren la sostenibilidad de las inversiones realizadas.
En el período 1996-2017 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó 37 operaciones de APS en zonas rurales por un valor aproximado de US$ 2,250 millones, bajo diferentes modelos de ejecución (administración y gerenciamiento, y construcción y supervisión de los sistemas) con el objetivo de adaptarse a las necesidades y realidades de cada país para así lograr la mayor efectividad y sostenibilidad de las intervenciones en el sector rural.
Estas experiencias, así como las de otros actores responsables de la ejecución de programas rurales, se presentan en la publicación “Ejecutar proyectos de agua y saneamiento en el sector rural. Retos y desafíos en América Latina y el Caribe”, que destaca los aspectos clave para el diseño de operaciones para su adecuada ejecución, en relación a la política sectorial, planeación y programación de recursos para el sector rural, la coordinación con otros actores y programas de desarrollo, la definición de soluciones técnicas, los arreglos de ejecución y supervisión de los programas, la prestación de los servicios, los esquemas post-construcción y el desarrollo comunitario en las distintas fases de los proyectos.
Si bien no existe un esquema de ejecución que sea aplicable para todos los contextos, el reconocimiento las singularidades del sector rural en cada país a nivel normativo, institucional, social, entre otros, es clave en la definición de los modelos de ejecución para el logro de las metas e impactos previstos por los programas. El análisis de las experiencias muestra la necesidad de definir políticas nacionales claras y específicas para el sector rural, que incluyan el fortalecimiento de las capacidades a nivel subregional y la integración con otros sectores; la definición de soluciones tecnológicas adecuadas y mecanismos de economías de escala; el desarrollo comunitario reforzando cambios de comportamiento y atendiendo a las poblaciones más vulnerables, de forma planificada con la construcción de la infraestructura; así como la definición de esquemas de seguimiento post-construcción para la adecuada operación y mantenimiento de los sistemas.
Estas conclusiones se discutieron en el III Congreso Interamericano de Saneamiento y Agua Potable Rural celebrado en Ciudad de Guatemala del 13 al 15 de junio.
El Banco está comprometido a acompañar a los países de la región en estos desafíos para mejorar la calidad de vida de la población a través del acceso seguro a los servicios de agua potable y saneamiento. Para todos y todas. Accesible. Disponible. A un precio asequible. De calidad. Gestionado de forma sostenible.
*Lourdes Álvarez Prado es consultora de la División de agua y saneamiento del BID.
Eva dice
Hola, soy Arq. Eva Moran, trabajo en empresa DOVELA, en proyectos de alcantarillado, diseno y ejecucion de plantas de tratamiento, en toda Honduras, implementando metodos no convencionales, sobre todo tratando de darles a las poblaciones en las cuales logran obtener saneamiento capacitaciones para ser emprendedores desde sus hogares y por ende en el medio donde vivien, todo esto lo hemos logrado aprender atraves de Maestria de Ingenieria del Agua en Sevilla Espana