Consumo de bebidas azucaradas en México
Un planeta sediento parte 2
En un post anterior hablamos del libro de Peter Menzel y Faith D’Aluisio, “Un planeta hambriento: lo que el mundo come” y cómo sus fotografías brindaban información no sólo sobre los patrones de consumo alimenticio, sino también sobre los patrones de consumo de bebidas.
En el post, nos concentrábamos en lo que bebía una familia (típica) de un país: México, a la que llamamos “Los Hernández” (por ser el apellido más común en este país), analizando sus niveles de consumo de agua embotellada. Adelantamos que la fotografía de los Hernández mostraba un aspecto incluso más interesante que el del agua embotellada: el consumo de bebidas azucaradas.
La fotografía es muy gráfica. En el fondo de la misma, sobre la mesa, puede observarse que la familia Hernández, compuesta por 5 miembros, consume por semana 12 botellas de refresco de 2 litros cada una. Es decir, un total de 24 litros. Asumiendo que no le dan de tomar al niño pequeño este tipo de bebidas (¿será así), el consumo per cápita semanal de esta familia ascendería a los 6 litros (poco menos de 1 litro por día).
Si una botella de 2 litros cuesta unos 20 pesos mexicanos (US$ 1,6), los Hernández estarían gastando semanalmente 240 pesos en refrescos (unos US$19) o 960 pesos (US$ 76) por mes. Lamentablemente, no conocemos el ingreso total familiar de los Hernández, pero si asumimos que es de unos US$ 1000 por mes (que según la Encuesta de Ingresos y Gastos 2012 representa el ingreso total promedio de los hogares mexicanos), el porcentaje de gasto en bebidas azucaradas ascendería al 7.6%.
Sin embargo, los Hernández no parecen ser una típica familia mexicana. Con 117 millones de habitantes, se estima que el consumo per cápita de refrescos en México es de 163 litros por año, uno de los más altos del mundo. Los Hernández estarían consumiendo anualmente más de 300 litros per cápita, incluso si le dieran de tomar a la niña. Definitivamente una familia sedienta… pero de azúcar.
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