Cada año se desperdicia el 15% de todos los alimentos que se producen en América Latina y el Caribe. La mayoría en los procesos de producción y procesamiento, pero también en la comercialización y el consumo. Esto se da en un contexto donde 42 millones de personas padecen hambre (sub-alimentación aguda). En países como Argentina, se desperdicia un kg por habitante por día, y un porcentaje importante por cuestiones puramente estéticas, no nutricionales.
Para contribuir a solucionar este problema, un grupo de empleados del BID de Argentina, Colombia y Uruguay crearon Nilus, una organización sin fines de lucro que facilita el rescate de alimentos y los distribuye entre comedores sociales, escolares y todo aquel que lo necesite.
A través de una plataforma tecnológica y sustentado en un modelo de economía colaborativa, Nilus conecta tres actores: donantes (como un supermercado), transportistas y comedores. En definitiva, un Banco de Alimentos virtual.
Mediante Nilus los tres actores se benefician: los donantes reducen sus costos de disposición final, los comedores pagan un precio simbólico por kilo (en promedio 10 veces menor a lo que pagarían en un supermercado), y los choferes cobran por su servicio.
La iniciativa toma su nombre del Río Nilo, en cuya cuenca nació el primer modelo de agricultura colaborativa a gran escala.
El proyecto acaba de ser seleccionado como uno de los ganadores del Google Impact Challenge Argentina. Aquí puedes conocer más sobre el mismo y si te interesa, incluso votarlo para que pueda competir como el mejor proyecto regional.
La solución al problema de la inseguridad alimentaria pasa por eficientizar la producción, pero también por desperdiciar menos. #ValoremosLosAlimentos y vota a Nilus: https://www.nilus.org/.
Zoraida Rizo dice
Felicidades por la excelente iniciactiva.