Por Bruno Aracaty, emprendedor brasileño, co-fundador de Colab.re y Sin Zika. Ambas plataformas buscan generar interacción entre ciudadanos y sus gobiernos para resolver desafíos en conjunto. Síguelo en @Baracaty
Información adquirida mediante crowdsourcing revela que la falta de suministro de agua e infraestructura contribuyen a la propagación del mosquito Aedes aegypti y por lo tanto, a los virus que transmite, en especial los del dengue y el zika.
Hay registros de problemas asociados al Aedes aegypti en Brasil desde comienzos del siglo pasado, cuando era un vector conocido por la transmisión de la fiebre amarilla. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Brasil, en 1955 se tomaron medidas a nivel nacional para contener el virus que lograron erradicar a dicha variedad de mosquito del país. Treinta años más tarde, en 1986, se registró en Brasil la primera epidemia del virus del dengue, también transmitido por el Aedes aegypti. Treinta años después, vuelve a centrarse la atención en esta misma variedad de mosquito por ser el vector transmisor de los virus chikungunya y zika.
Tanto Brasil como otros países de América Latina han estado combatiendo a este mosquito y a los virus que transmite desde hace años. La diferencia radica en que ahora el brote está evolucionando rápidamente y lleva una correlación muy cercana con la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Brasil, el número de casos informados de microcefalia sólo en el estado de Pernambuco (el epicentro de la epidemia en el país) creció desde una cantidad promedio de 8,6 casos entre 2010 y 2014 –lo que equivale a un índice de 0,06 casos por cada 1.000 nacidos vivos– a 646 casos en 2015, o un índice de 4,61 casos por cada 1.000 nacidos vivos. Si uno toma en cuenta a la totalidad del país, el índice aumentó de 0,05 casos a un caso por cada 1.000 nacidos vivos.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social de Pernambuco, un estudio realizado sobre 209 madres de bebés nacidos con microcefalia reveló que el 77% de esas familias vive en condiciones por debajo de la línea de pobreza. El análisis de datos también reveló que la mayoría de esas familias vive en la periferia del área metropolitana de Recife, donde el suministro de agua es escaso y las condiciones de saneamiento básico son precarias, siendo el barrio Coelhos un ejemplo de los problemas aquí citados. Aun cuando dicho análisis se aplica a una ciudad situada en una región más desarrollada, tal como es el caso de São Paulo en el sudeste del país, los barrios más afectados por los virus transmitidos por el mosquito Aedes aegypti son aquellos que se hallan en zonas de menores recursos y que poseen las mismas falencias en cuanto al suministro de agua y saneamiento básico: Penha, Brasilândia y Lajeado.
En febrero de 2016 la Ciudad de São Paulo comenzó a utilizar una plataforma llamada “Sem Dengue” (denominada “Sin Zika”, en los países de habla hispana) que ofrece una app para que los ciudadanos puedan reportar potenciales áreas de reproducción del mosquito Aedes aegypti, así como síntomas de fiebre que ellos puedan presentar. Esta información obtenida a través de crowdsourcing ayuda a los gobiernos a comprender más profundamente dónde radican los problemas y cómo los ciudadanos pueden contribuir a prevenirlos, tratando de evitar la reproducción de este pequeño villano. Las imágenes publicadas por los usuarios denotan claramente las desigualdades y deficiencias de infraestructura en lo que se refiere a alcantarillado, recolección de residuos, desarrollo urbano y especialmente suministro de agua.
Es bastante evidente e intuitivo asociar el reciente problema de la sequía en São Paulo, y el mismo –no tan reciente- problema en Pernambuco, con la expansión de las denuncias de casos del mosquito vector. Basta con simplemente observar lo que los ciudadanos han estado publicando en la plataforma “Sem Dengue” / “Sin Zika” para darnos cuenta que la recolección y almacenamiento de agua en forma inadecuada, así como el desecho de residuos de forma irresponsable por una población sin educación y sin la atención de sus autoridad públicas y sus contratistas, estos son los factores claves que han llevado a la proliferación de estas enfermedades.
São Paulo y otras 50 ciudades en Brasil están utilizando esta plataforma de crowdsourcing con la esperanza de aprender más acerca de cuáles son y dónde surgen los problemas para poder seguir más de cerca a los equipos responsables, y para que estos sean más eficientes en sus acciones. La herramienta de reporte de síntomas mejora dicho análisis, al crear un mapa virtual y ayuda a los ciudadanos a recibir información acerca de los centros de salud adecuados a los que pueden recurrir. Este tipo de plataforma llega en un momento en el que la situación de emergencia global promueve la unión de la sociedad para combatir al vector mosquito por un lado y al virus por otro.
Es hora de comprender quiénes deben estar involucrados en esta batalla, cómo deben coordinarla y qué tipos de compromisos son necesarios. En mi opinión, la sociedad juega un rol clave tanto para identificar dónde y qué, como para saber cómo seguir las recomendaciones de expertos y difundir el conocimiento. Se requiere de la cooperación global para acelerar las búsquedas, educar a la población y comprometer fondos destinados a mejorar las inversiones en infraestructura necesarias desde hace tanto tiempo.
Por último, es importante señalar que la tecnología es nuestra más importante aliada. Cuando desarrollamos la plataforma “Sem Dengue” / “Sin Zika”, decidimos apelar a la colaboración de la población, a que los gobiernos aprendan y tomen medidas, y a los medios de comunicación, corporaciones, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales para contribuir con el conocimiento, investigación y contenido educativo. Todos necesitan hacer su aporte. Es la única manera de ganar esta batalla.
Visite http://semdengue.colab.re para mayor información sobre esta plataforma de crowdsourcing.
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