Finalmente, el mundo se despertó con ganas de promover el reciclaje y reconocer el rol de los recicladores de base. En muchos países del mundo mayo es el mes del reciclaje, y el 17 de este mes, como cada año a partir del 1994, se celebra en diversas partes del planeta el día mundial del reciclaje.
Y solo dos meses atrás, el primero de marzo, se conmemoró, como cada año a partir del 2008, el día mundial del reciclador de base.
Sólo en América Latina y el Caribe, el oficio de reciclador de base da sustento a alrededor de 4 millones de personas, según cifras de la Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo (IRR).
Y como cada mes de marzo y como cada mes de mayo, me siento más hipócrita. Por dos razones principales:
I. Siendo sectorialista (trabajo en el sector), la primera cosa que hice el primero de marzo y el primero de mayo de este año fue entrar en mi red social y twittear como un loco la buena noticia: ¡hoy es el día del reciclador! ¡hoy empieza el mes del reciclaje! ¡Qué bueno! ¡Reconozcamos el trabajo que hacen nuestros compañeros recicladores! ¡Cheverazo! ¡E-viva el reciclaje! Seguro, es importante reconocer este trabajo. Los recicladores son el primer eslabón de la cadena del reciclaje. Son quienes distinguen de los residuos, lo que es un material para recuperar, reutilizar y reciclar. Su trabajo contribuye a reducir residuos que van a disposición final y a recuperar materiales por parte de la industria. Pero también es importante recordar dos hechos fundamentales:
- Si bien los recicladores de base son responsables, en algunos casos, por el suministro de hasta el 90% de los materiales reciclados para uso industrial, su trabajo a menudo no es reconocido social ni económicamente y sólo representa alrededor del 5% de lo que ganan los intermediarios a quienes les venden los materiales. En la mayoría de los casos, esta actividad representa su único ingreso económico, dejándolos atrapados en el mismo círculo de pobreza. Esto no es tan chévere. No lo podemos olvidar.
- No muchas personas saben que la conmemoración del día mundial del reciclador de base nos recuerda un trágico momento que deja en evidencia la vulnerabilidad de quienes viven de este oficio. El primero de marzo de 1992,11 recicladores de base fueron asesinados dentro de una universidad en Colombia, a la cual habían ingresado bajo la promesa de que les donarían material de desecho (cuando la verdadera intención era comercializar sus cuerpos). En respuesta a esta tragedia y marcando un hito de unión en la lucha por sus derechos, en 2008, 34 países reunidos en el marco del Encuentro Internacional de Recicladores establecieron esta fecha como el día mundial del reciclador de base. Este antecedente, tampoco es tan chévere. Y no lo podemos ignorar.
II.La segunda cosa que hice el primero de marzo y el primero de mayo, después de recibir una cordial solicitud de mi esposa, fue tirar la basura. Cerrando la bolsa de plástico gigantesca que usamos para la basura, me di cuenta de la variedad y cantidad de residuos sólidos que producimos. ¡Una barbaridad! ¡Y yo que pensaba que éramos una familia responsable y amiga del medioambiente! Mirando con ojo inquisitorio en la bolsa, me enfrenté con una declaración oficial en contra de las tres R: Reduce-Reusa-Recicla. ¡Y justo había twitteado sobre la importancia del reciclaje! Analizando la basura, me di cuenta que:
- Estoy incrementando de una u otra forma un desperdicio innecesario (¡la maquinilla de afeitar desechable!);
- No estoy haciendo un esfuerzo suficiente para usar un producto o material varias veces (y que tengo un monto de bolsas de tela….¿para qué?);
- No estoy utilizando los mismos materiales una y otra vez, ¡ni estoy facilitando la separación de materiales reciclables!
¡¿Cómo puede ser?! En un momento de crisis de conciencia, me puse a llamar a mis amigos que trabajan apoyando iniciativas de reciclaje y a buscar ayuda en el internet.
Fue así que conocí a ReciVeci, una iniciativa ciudadana enfocada a incrementar y potenciar la labor de los recicladores de base en Ecuador a través de la educación e involucramiento consciente de los ciudadanos.
Fue así que conocí a Lauren (¡trash is for tosssers!), Bea, y otras personas que viven sin producir basura. ¡Es posible!
Fue así que conocí unas iniciativas súper-chéveres para convertir trash-to-treasure (de basura a tesoro) para convertir residuos comunes en herramientas útiles.
Y fue así que, como sectorialista, me enteré de mí hipocresía. Si solo pudiera reciclar la magnitud de mi hipocresía, el mundo resolvería sus problemas con la basura…
Rueda Verde dice
Es muy interesante tu articulo por que queremos crear conciencia estamos haciendo parte del cambio educando y socializando con cada uno de los sectores en las áreas de reciclaje de llantas, reciclaje de neveras, reciclaje de pilas, etc.