* Por Elena de la Peña
El proceso de recopilación de experiencias de éxito en seguridad vial en América Latina y el Caribe es un reto en sí mismo. En ocasiones no es sencillo identificar esas buenas prácticas y documentarlas de manera que se pueda generar una referencia de utilidad para la comunidad interesada en la seguridad vial.
La recogida de información se basa en la extensa red de contactos del Banco Interamericano de Desarrollo así como de la Asociación Española de la Carretera y el Instituto Vial Ibero-americano. Además de estas fuentes de información, la publicación de numerosos documentos en el ámbito de la seguridad vial es una notable fuente de inspiración. Por último, los eventos en esta materia que se organizan periódicamente en la región (por ejemplo, los Congresos Iberoamericanos de Seguridad Vial – CISEV – o las Semanas de la Seguridad Vial) recogen numerosas experiencias de interés que se consideran como punto de partida.
Pero, ¿qué entendemos por experiencia de éxito?, ¿debe ser una acción claramente ligada a la reducción de la siniestralidad?
En principio podría parecer que sí, dado que la mejora de la seguridad vial es el objetivo fundamental de una iniciativa de este tipo. Sin embargo, no todas las estrategias que se ponen en marcha van ligadas a una reducción inmediata de la siniestralidad. Un ejemplo muy claro es la creación de una Agencia de Seguridad Vial en un país, medida muy positiva para la reducción de la siniestralidad, porque permite poner en marcha políticas coordinadas y estructuradas en la materia, generalmente está asociada a la existencia de un presupuesto propio, recursos humanos y materiales, etc. ¿Genera un efecto inmediato de reducción del número de víctimas? Claramente no puesto que será necesario un tiempo para que las acciones que se pongan en marcha puedan generar impactos positivos de reducción de siniestralidad que, en ocasiones, podrán tardar aún más tiempo en ser visibles debido a la necesidad de contrarrestar otras tendencias (por ejemplo, el aumento de la motorización en un país que casi siempre va ligado al crecimiento de la siniestralidad).

Con vistas a tener en cuenta este aspecto, el criterio de valoración de las experiencias de éxito ha considerado varios factores: impacto en la siniestralidad, alcance, coste y contribución al fortalecimiento de la estructura de la seguridad vial. Medidas con escaso impacto directo en la siniestralidad pueden tener un enorme impacto en la creación de una estructura estable de seguridad vial que será valorada de manera muy positiva.
Es importante destacar que el análisis de las experiencias de éxito no debe llevar a pensar que se trata de acciones inmediatamente replicables en otros contextos (ya sean municipios, ciudades, regiones o países), sino que cada entorno exige un cuidadoso análisis del contexto y una adaptación de las iniciativas para conseguir optimizar su implantación y sus posibilidades de éxito en la reducción de la siniestralidad.
Hoy en día, podemos afirmar que la proliferación de experiencias de éxito es una realidad; hasta hace algo menos de una década, eran contados los ejemplos positivos en seguridad vial en la región, si bien ahora se están desarrollando numerosas iniciativas en el ámbito de la infraestructura, el factor humano, el vehículo, el marco legal e institucional y el control del cumplimiento de las normas.
Es difícil destacar en estas líneas algunas de las acciones, ya que muchas de ellas han sido valoradas muy positivamente. Aun así, merece la pena mencionar estrategias novedosas para mejorar la seguridad de los usuarios más vulnerables de la vía (peatones, ciclistas o motociclistas), así como aquéllas que se llevan a cabo en el ámbito urbano, donde se estima que se producen aproximadamente el 50% de los siniestros y las víctimas.
Descarga los cinco tomos de las Experiencias de éxito:
- Resumen ejecutivo
- Factor humano
- Factor institucional, legal y de control
- Factor vehículo
- Factor infraestructura
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* Elena de la Peña es Subdirectora General Técnica de la Asociación Española de la Carretera. Es Ingeniera civil con 16 años de experiencia en proyectos de movilidad, seguridad vial, conservación viaria, aplicación de nuevas tecnologías al transporte, entre otros temas. Recientemente ha finalizado un doctorado en seguridad vial por la Universidad Politécnica de Madrid. Ha trabajado en varios proyectos relacionados con la seguridad vial en la región de América Latina y el Caribe como los diagnósticos por países que desarrolló el BID, la Guía BID de apoyo a proyectos de seguridad vial o la Estrategia de Seguridad Vial de Nicaragua. Asimismo es Presidenta del comité científico internacional de los Congresos Iberoamericanos de Seguridad Vial (CISEV), cuya quinta edición se celebra en Santiago de Chile entre el 7 y el 9 de noviembre de 2016.
De interés:
Este año, la convocatoria Gobernarte del BID incluye una categoría sobre seguridad vial en acción que busca identificar, reconocer y premiar aquellas iniciativas implementadas por gobiernos sub-nacionales que hayan demostrado resultados en la disminución de las lesiones de tránsito y la implementación de una movilidad segura e inclusiva.
Si trabajas en algún gobierno subnacional o municipal que está implementando prácticas innovadoras en seguridad vial, visita la página de Gobernarte y postúlate: www.gobernarte.org
Habrá que sacar la buena experiencia de seguridad vial que lleva España. Recuerde siempre las reglas de transito en su país:
1. Los cinturones de seguridad deben ser puestos.
2. El uso de teléfonos celulares mientras se conduce está prohibido. Use los kits de manos libres.
3. Respete las luces del semáforo
4. Conduzca según los limites de velocidad fijados.
Todo tan simple como eso 🙂