Por Juan Fernando Fonseca
Siempre se ha hablado de paz pero poco se ha hablado de reconciliación, cuando debería ser al revés o por lo menos igual. Parte fundamental de la reconciliación es la aceptación y reintegración de personas desmovilizadas. Sin reintegración no hay paz, sin perdón no hay paz.
Es entendible el miedo y sobre todo el rechazo a perdonar, más cuando se ha sido parte de una guerra en donde todos de alguna u otra manera hemos sido víctimas.
La historia ha demostrado con hechos que la paz puede ser una realidad cuando hay perdón, pero depende de todos, no solo de los gobiernos o de los gobernantes, es una responsabilidad comunal.
Tuve la oportunidad de estar en Ruanda hace algunos años y conocer de cerca todo el proceso de reconciliación que vivieron después del genocidio de 1994. No se me olvida una frase que me dijo un ruandés estando allá: “No olvidar para que nunca se repita”. Al final de eso se trata, de no volver a repetir los mismos errores, pero también de perdonar.
Recuerdo también que me contaron orgullosos de cómo se reúnen una vez a la semana en las distintas comunidades para discutir lo que a cada uno le molesta y así poderlo hablar de frente para que no se acumulen rencores que después puedan terminar en algún problema.
Hoy en día entre los que alguna vez fueron tutsis y hutus conviven y se dicen las cosas en la cara con franqueza pero con amabilidad.
Lo más increíble es que nunca existió ningún rasgo racial o lingüístico que los diferenciara, simplemente nacían siendo de una comunidad o de la otra y sin ninguna otra razón eso ya los hacía enemigos. Esta situación absurda, no muy lejana de la que se vive en ciertos países latinoamericanos, dejó cerca de ochocientos mil muertos, algo difícil de olvidar pero al final no quedó otra opción que perdonar.
América Latina ha sufrido durante muchos años por violencia, pobreza, desigualdad, hambre y muchas otras cosas. Durante décadas los gobiernos han intentado abordar nuestros males con distintas estrategias, algunas han funcionado mejor que otras pero hay algo claro para mí, combatir violencia con violencia no llega a ningún lado. Al final del día es un círculo vicioso que sigue acumulando traumas y resentimientos. De ahí solo salen mas balas.
La gran mayoría de jóvenes que delinquen lo hacen por falta de oportunidades y por necesidad.
En la ‘1.ª Encuesta Iberoamericana de Juventudes’ realizada por la OIJ y el BID encontraron “diez paradojas de los jóvenes iberoamericanos” que son muy dicientes de lo que buscan las nuevas generaciones versus lo que les ofrece la vida. Acá algunas de estas conclusiones:
– Los jóvenes iberoamericanos tienen más expectativas de autonomía pero menos opciones para materializarla.
– Poseen más acceso a la educación y menos acceso al empleo.
– Son más aptos para el cambio productivo, pero más excluidos de este.
Si hay algo claro es que en Iberoamérica existe una juventud con muchos sueños, con ganas de empujar y salir adelante pero no se están dando las oportunidades.
Cómo pretender la paz si no se generan nuevas opciones de vida para los que se quieren reintegrar. La reintegración es una labor de todos; no solo los gobiernos tienen la responsabilidad de hacerlo.
Yo vengo de Colombia, estamos en medio de un proceso de paz. A muchos les preocupa que haya impunidad, que se perdonen los delitos cometidos, que se les reconozca como partido político, que se haga un borrón y cuenta nueva. Yo lo único que realmente creo es que dentro de todos esos guerrilleros hay una gran mayoría que están ahí porque no tuvieron otras oportunidades, por que los forzaron a estar ahí, por que el Estado no tenía presencia donde vivían, porque mataron a sus familias para obligarlos a irse al monte. A ellos el Estado y la sociedad les deben otra oportunidad. Ellos también son parte de esos jóvenes iberoamericanos que tienen o han tenido expectativas de autonomía pero no han podido materializarlas. Ellos y muchos jóvenes más están no solo esperando ser perdonados sino también quieren perdonar, porque a ellos también les duele que nunca nadie les ofreció un buen lugar. Es hora de ofrecerles ese lugar.
Yo quiero ser parte de la primera generación de paz de nuestra historia. Es momento de perdonar, yo quiero perdonar.
elbert araujo daza Dice
En nuestro pais se exalta la violencia, al punto que en lo musical hubo duras criticas a un cantante vallenato nuestro en traje de campaña con fusiles y gestos belicosos…pero sigue triunfante la 9a batalla, apoyada por los medios. Si un compositor como el que te escribe le da por componer a la paz nadie le da la mano para ser interpretado en su obra, por aquello que no es comercial y claro comdeo va a ser comercial si no se brinda la oportunidad de ser escuchado en los medios masivos…
me agrada y sorprende su articulo, porque tenia otro concepto suyo. Hace unos días le envié por correo una canción de este tipo, pidiéndole su apoyo o por lo menos sus comentarios y no recibí ninguna respuesta…hice de cuenta que por ser tan famoso no tuvo oportunidad de leer y escuchar el audio adjunto, que es un canto por la paz…
Que confortable es saber que compartimos los mismos criterios frente a la paz y reconciliación…
un vallenatísimo abrazo de compatriota…
meliton cid galicia Dice
estoy de acuerdo contigo pero que podemos aser para ayudar porque algunos políticos no les interesa
Carlos Cadavid Dice
Excelente artículo.
Escrito por un artista espectacular.
Esto puede ser una gran canción.
Saludos
Mila Dice
En Peru se vivió una guerra de casi 20 años. Usando la violencia se acabó con los altos mandos del terrorismo y se logró la Paz anhelada, pero lamentablemente nunca hubo proceso de reconciliación luego de aquel rendimiento porque muchos sectores del gobierno de aquel entonces insistieron en que era darles mucho espacio a los vencidos. Se impuso el “borron y cuentanueva” . Lamentablemente la reacción ante esta desazón hoy en día el narcotráfico supo aprovechar para avanzar y extender sus tentáculos entre los jovenes y las poblaciones olvidadas por los gobiernos que evitaron iniciar el proceso de reconciliación.
Que pena saber que es algo tan frecuente en Sud América.
Hugo Dice
La paz siempre viene bien sea cual sea el momento en que se presente, no ahí mal que dure tanto tiempo y no ahí bien que resista a tantas maldades, el equilibrio en todo esto es sin duda la Paz.
Hablar de paz ya es hablar de reconciliación y perdón, estos son elementos fundamentales para que haya paz, ya que no sólo significa el cese de alguna hostilidad, violencia o disputa de algo, también lo es para una convivencia entre sociedades en base al respeto mutuo con dignidad y respeto.
El olvido es lo que no se tiene que hacer, porque las cosas que se olvidan tienden a repetirse en el futuro, ahí que aprender con los errores que se cometen, la corrupción que todavía es característico en algunos países de América Latina tiene que darse cuenta que algún día tendrán que cambiar y que los recuerdos de tanta corrupción y maldades cometidos al pueblo sean recordados por siempre para que no se vuelvan a repetir.
Por esto no estoy de acuerdo al borrón y cuenta nueva, pero si a un nuevo comienzo una otra oportunidad a los gobernantes, los culpables de tantas maldades de cada país. Todo mal de un país es producto de algún mal gobierno que no supo prevenir, combatir o solucionar en su momento, ya sea por falta de políticas adecuadas, falta de interés o muchas veces por propia complicidad.
El pueblo es el que siempre termina sufriendo y pagando el precio de toda maldad que sólo beneficia a unos pocos vinculados al gobierno también llamados oligarcas gentes de la alta sociedad sin escrúpulos que asociados a políticos adquieren inmunidad y protección como sea, mismo siendo de las formas más alevoso que pueda existir.
Aquí en Paraguay también tenemos guerrillas que no son más que cuidadores de plantaciones de drogas y que ningún gobierno pudo realmente erradicar, por causa de esa corrupción extrema y la influencia de los oligarcas que siempre están detrás de cada gobierno que responden a sus intereses y si no las hace simplemente se consiguen un golpe de estado y los derrocan esto es Paraguay.
Las drogas son la peor causa de los males en América Latina, y que narcotraficantes tengan vínculos con los gobiernos es muy grave, aquí en paraguay la seguridad es un negocio privado de la policía nacional, que ni siquiera se puede denunciar porque utilizan sus recursos, poder e influencias para salvarse de simples denuncias, simples denuncias a las que les teme por que justamente puede ser que por esa simple denuncia terminen cayendo sus fuertes e intocables protegidos de la oligarquía.
Como se puede explicar que un simple cartel que dice policía corrupto pueda molestarle tanto a una comisaría y que oriente a vecinos a través de intrigas y Falacias para presionarle a la persona quien puso a que lo quite, esto es algo absurdo y que esta ocurriendo en mi comunidad, les molesta ese cartel de policía corrupto porque saben que es la verdad y se incomodan cada ves que lo ven, jamás e visto una comisaría con complejos y esto sólo ocurre aquí en paraguay.
Demuestra como no pueden quitar esa prepotencia y autoridad extrema con todo tipo de abusos y arbitrarieades que se adquirieron durante la dictadura, perseguirle a alguien por causa de la libertad de expresión en tiempos de democracia y que esta persona ni siquiera pueda estudiar derecho en facultades acreditadas que se pasan creando artimañas para perjudicarle a un ciudadano que se puso a estudiar derecho para denunciar una corrupción policial, que no son capaces de practicar su propia filosofía y cumplir sus estatutos, que de esa forma terminan apoyando a esta corrupción con el método equivocado y anti académico en todas sus formas de que LOS MEDIOS JUSTIFICAN EL FIN, que no sabemos si lo hacen de forma voluntaria u obligados, estas facultades y estos corruptos no saben el daño que le causan a la democracia, ni en la dictadura e escuchado algo así, lo cierto es que no ahí forma de denunciar a policías corruptos en Paraguay,
La paz aquí en paraguay es más que necesaria principalmente en lo que respecta a la corrupción, pero que no tiene que ser condicionada, forzada o privando de derechos y libertades de forma arbitraria, innecesariamente.
El pueblo paraguayo no pierde la esperanza de algún día tener una justicia honesta y eso es muy bueno, todo depende de las autoridades que entreguen o por lo menos dejen de proteger a los agentes corruptos que dan una mala imagen al país, como pueden reconocer y decir que están hartos de corruptos siendo que los protegen,
http://www.abc.com.py/nacionales/hartos-de-agentes-corruptos-611574.html?desktop=true
como pueden decir que van a ser implacables con agentes corruptos siendo que simplemente les trasladan de un lugar a otro con total impunidad.
http://www.ultimahora.com/seran-implacables-policias-corruptos-n830505.html#
La paz es necesaria, tal ves algún día esta corrupción se de cuenta de todo el mal que ha causado.