Por Felipe Muñoz (Jefe de la Unidad de Migración del BID) y Scarlet Cronin (Directora Ejecutiva de Tent Partnership for Refugees)
Latinoamérica está pasando por la mayor crisis migratoria de su historia. Desde el 2014, más de cinco millones de venezolanos han huido de uno de los peores colapsos económicos y crisis humanitarias jamás vistos por la región; el Fondo Monetario Internacional predice que 10 millones habrán abandonado el país para finales de 2023. Aunque hasta la fecha Colombia ha recibido la mayor parte de esta población, acogiendo a 1,7 millones de venezolanos, otros países como Perú, Chile y Ecuador recibieron también a cientos de miles de venezolanos.
La COVID-19 ha exacerbado esta crisis de dos modos fundamentales. En primer lugar, las condiciones en Venezuela empeoraron drásticamente, lo cual implica que aquellos que se fueron probablemente no puedan regresar a casa, y seguramente continuarán desplazados durante años. Segundo, aunque todo el mundo sufrió los devastadores efectos de la Covid-19, los venezolanos se han visto especialmente afectados. Según un informe por el Center for Global Development (Centro para el desarrollo global), el 64 por ciento de los venezolanos empleados trabajan en sectores fuertemente impactados por la Covid-19 (como la industria manufacturera, los servicios de alojamiento y alimentación y el comercio minorista), en comparación con el 47% de los colombianos empleados.
A medida que las economías latinoamericanas comienzan a salir de la crisis económica, acelerar la integración económica de los venezolanos en sus nuevos países de acogida es absolutamente fundamental, no sólo para garantizar que los venezolanos puedan mantenerse a sí mismos y a sus familias, sino también para permitirles contribuir con su talento a las empresas y economías locales.
En un extraordinario paso hacia la integración, en febrero el Presidente de Colombia, Iván Duque, concedió estatus legal a venezolanos desplazados en Colombia, otorgándoles el derecho a trabajar legalmente en el país. Si bien este tipo de regularizaciones son fundamentales – y muchos países de la región se beneficiarían de seguir el ejemplo de Colombia – este no es un asunto que los gobiernos puedan abordar solos.
Con el objetivo de convocar a la comunidad empresarial, legisladores y otros actores importantes, en marzo, la Unidad de migración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), junto con los gobiernos de Colombia y Canadá, organizó un evento para destacar el papel clave que puede desempeñar el sector privado en el aumento de las oportunidades de empleo para los migrantes y los refugiados. En una línea similar, el BID también lanzó MIGnnovation, un nuevo enfoque para abordar el desafío de la migración. Se centra en apoyar los esfuerzos del sector público e impulsar la participación de la comunidad empresarial para liberar el potencial de la región garantizando la inclusión económica de los migrantes y los refugiados.
La comunidad empresarial de Latinoamérica tiene un papel esencial que jugar para garantizar que los venezolanos pueden contribuir de forma significativa en sus nuevas comunidades, y muchas empresas han dado un paso adelante en los últimos años ofreciendo oportunidades de empleo y otros servicios en apoyo de los venezolanos en toda la región.
Teleperformance, una empresa global de servicios empresariales con presencia en más de 80 países y una plantilla de más de 40.000 personas sólo en Colombia, ha contratado a refugiados venezolanos. Hoy en día, Teleperformance emplea a más de 2.000 venezolanos y ya está experimentando importantes beneficios comerciales como resultado, incluyendo menores tasas de rotación, así como la alta calidad de trabajo y la productividad de sus empleados venezolanos.
Fomentar el crecimiento de las pequeñas empresas de venezolanos es otra forma fundamental de promover su integración económica. Bancamía, una entidad de la Fundación BBVA de Colombia, ha ayudado a los emprendedores venezolanos a tener acceso a servicios bancarios, un gran reto para los refugiados, mediante la adaptación de sus productos y procesos para abrir líneas de crédito y cuentas de ahorro para más de 3.800 empresarios venezolanos.
Para dar apoyo a los venezolanos de São Paulo, Migraflix desarrolló “MigraLab”, un programa de emprendimiento para venezolanos que desean desarrollar negocios en el sector de la alimentación. MigraLab fue uno de los muchos programas financiados por BetterTogetherChallenge, creado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo para financiar soluciones creativas que apoyen a los venezolanos y a sus comunidades acogida.
A medida que la región avanza hacia la recuperación tras la pandemia de la COVID-19, la inclusión de los venezolanos tiene el potencial de brindar beneficios a los negocios individuales y a las economías locales. Esto no sucederá por sí solo. La comunidad empresarial de Latinoamérica debe desempeñar un papel central en la integración de esta población, para cosechar los beneficios de esta talentosa y resistente fuerza laboral.
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