No ha sido una sorpresa, pero sin duda, sí ha sido una alentadora confirmación: el uso de algunas rigurosas metodologías de evaluación de impacto se ha extendido más allá de los sectores sociales.
Acabo de participar en la conferencia “Reduciendo la Brecha: de la Evidencia al Impacto en las Políticas Públicas” (“Mind the Gap: From Evidence to Policy Impact”, en inglés) y me sentí gratificado al comprobar que 8 de cada 38 sesiones paralelas, fueron dedicadas a discutir las evaluaciones de impacto de aquellos programas y proyectos que están destinados a fomentar la producción en diversas industrias (un grupo de intervenciones a las cuales nos referimos generalmente como políticas de desarrollo productivo, PDP).
Durante el evento de tres días llevado a cabo en Cuernavaca, México, los investigadores, evaluadores, y los encargados de formular políticas discutieron la existencia de evidencias sobre la eficacia de la igualación de subvenciones en relación con la innovación de las PYME, la asistencia técnica para la diversificación de las exportaciones, servicios de extensión para la adopción de tecnologías y prácticas por parte de los agricultores, etc., y otras específicas cuestiones metodológicas relacionadas con la evaluación de estas intervenciones.
Sin duda quedó claro que aún se mantiene la existencia de una brecha con los sectores sociales. En el caso de las políticas de desarrollo productivo, el uso del diseño experimental es todavía bastante limitado, sobre todo porque las evaluaciones de impacto a menudo han sido conceptualizados ex-post, en vez de ser incluidas en el diseño mismo del proyecto.
Sin embargo, de acuerdo con las conversaciones mantenidas en Cuernavaca, esto también parece que está cambiando: un creciente número de políticas de desarrollo productivo, en particular en el sector agrícola, están incorporando evaluaciones de impacto como un componente de su diseño. Por lo tanto, en los próximos años se puede esperar un número creciente de estudios aleatorios de las políticas de desarrollo productivo.
La reunión en Cuernavaca ofreció un testimonio de los importantes esfuerzos que se han hecho para obtener lo mejor de muchas oportunidades existentes para empezar a generar datos sobre las políticas de desarrollo productivo sobre la base de métodos rigurosos cuasi-experimentales.
Bajo el lema “más vale TARDE que nada”, los investigadores y los evaluadores han producido una cantidad significativa de evaluaciones de impacto basadas en la rigurosa aplicación de métodos de comparación de resultados tendenciales (“propensity score matching“, en inglés), la diferencia en las diferencias (“difference-in-difference”, en ingles), así como variables instrumentales y metodologías de regresión discontinua.
Estos estudios han generado resultados interesantes sobre qué herramientas de políticas funcionan, qué tipo de beneficiarios se benefician mayormente, qué lapso de tiempo es necesario para detectar sus impactos.
A pesar de que esta literatura es todavía demasiado reciente como para arribar a un juicio concluyente, sin embargo sus hallazgos están ciertamente conduciendo al debate sobre la formulación de políticas hacia la discusión de evidencias en las políticas de desarrollo productivo.
Por ejemplo, la discusión sobre la necesidad de programas destinados a fomentar la innovación de las PYME ha estado por mucho tiempo dominada por posiciones ideológicas muy férreas a favor y en contra.
Hoy en día, una creciente literatura está demostrando que la igualación de donaciones (matching-grants, en inglés) para la innovación de las PYME puede ser realmente eficaz tanto en el aumento de las inversiones en I + D en el corto plazo, como en la productividad, a largo plazo.
Ciertamente, aún se hacen necesarias mayores evidencias, pero al menos el debate sobre este instrumento específico se ha desplazado hacia la discusión de evidencias (y la rigurosidad de los estudios a través de los cuales se generan estas evidencias) en lugar de enfocarse en ideas.
También me puso muy contento ver a Guido Imbens presidir una sesión sobre innovación y productividad. La sesión fue organizada en el marco de un proyecto de investigación que tiene por objeto evaluar el impacto de tratamientos múltiples en relación con la innovación y la promoción de las exportaciones, proyecto en el cual Imbens participa como asesor científico.
Imbens proporcionó por primera vez algunas ideas metodológicas sobre cómo lidiar con tratamientos de múltiples valores (multi-valued treatments, en inglés) y después, coordinó un vivo debate sobre dos evaluaciones de impacto de un programa de promoción de las exportaciones en Chile y un programa de innovación de las PYME en Argentina.
Viendo como un destacado estudioso dedica su tiempo y su atención a la evaluación de las políticas de promoción de la innovación y la exportación, ha sido sin duda otra señal muy alentadora de las nuevas tendencias en la evaluación del impacto de las políticas de desarrollo productivo.
walter choquehuanca soto Dice
” NO BASTA SABER CUANTOS POBRES HAY EN CADA PAIS SINO QUE ESTAMOS HACIENDO POR ELLOS”
La nueva esclavitud del mercado es hoy la “esclavitud financiera”, asimismo existen en el mundo millones de ciudadanos que no acceden al credito y son los llamados los “marginados fiancieros”.Una alternativa para ellos son las COOPERATIVAS empresas de la Economia Solidaria
http://www.youtube.com/watch?v=gESqR2BCBLg
SIGAN ADELANTE Y MUCHOS EXITOS EN SU TRABAJO PROFESIONAL EN REDUCIR LA BRECHA SOCIAL DE LA DESIGUALDAD.
DESDE LIMA-PERU .
correo. wchoquehuanca@terra.com.pe
decano@colicoop.com