Además del taller al que se refería Fazia en su blog, un segundo evento de interés tuvo lugar la semana pasada en Chile. En el marco del Encuentro Anual de la Sociedad Chilena de Políticas Públicas se ha celebrado un panel bajo el título ¿Para qué sirve evaluar las políticas públicas? Participaba en el panel con Ignacio Irarrázabal, Director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, que moderaba la discusión, Heidi Brenner, Profesora de la Universidad de Chile y Ex-jefa de la División de Control de Gestión de la Dirección de Presupuestos y Jorge Marshall, Decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello.
Ignacio condujo el debate con habilidad, invitándonos a responder a una serie bien armada de preguntas, orientadas a levantar ideas sobre un tema candente: la propuesta de crear una Agencia de Evaluación de Políticas Públicas, surgida en el programa electoral de la Presidenta Bachelet, pero que se incluía también en el programa del actual Presidente Pinera. Ignacio buscó en el panel claves para iluminar este debate y avanzar en la discusión sobre la propuesta, que el BID está apoyando con una cooperacion técnica.
Voy a extraer del debate 5 grupos de ideas en las que creo no equivocarme si digo que coincidimos todos los participantes:
1. Cualquier fórmula de institucionalización de la evaluación pasa, no solo por elaborar evaluaciones rigurosas, sino por conseguir que el conocimiento surgido de las mismas, influya en los decisores y llegue a producir mejoras en las políticas públicas.
2. La evaluación, mas alla de sus modalidades, ex-ante o ex-post, debe institucionalizarse como un continuo a lo largo de ciclo de las políticas públicas, con funciones asociadas a todos sus actores principales, desde la cúpula del gobierno, la autoridades presupuestaria y sectoriales, el poder legislativo o los gerentes de los servicios públicos.
3. Hay un papel esencial de una instancia central para liderar la realización de evaluaciones de políticas de carácter comprehensivo, sistemático y riguroso, apoyadas en métodos que permitan comparar los resultados alcanzados con contrafactuales y que sirvan para rendir cuentas ante la ciudadanía.
4. Esta instancia debe ofrecer credibilidad, actuando con autonomía frente a los responsables de las políticas, haciendo públicos sus trabajos e incorporando a la comunidad de conocimiento a la realizacion de los trabajos y a la validación de las recomendaciones, bajo procedimientos competitivos y meritocráticos. El caso del CONEVAL en Mexico fue señalado como un valioso antecedente.
5. En el caso de Chile, en el que la evaluación ha avanzado en conexión con el proceso presupuestario, es deseable ampliar su desarrollo, tanto hacia arriba, a una dimension mas estratégica de las políticas públicas, como hacia abajo, conectándola con la gestión de los servicios públicos.
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