Acabo de leer este artículo en la revista Wired que cuenta la interesante historia del fracaso de Pfizer en el lanzamiento de torcetrapib, una droga con potencial revolucionario para el tratamiento cardiovascular. Aunque la conclusión es muy escéptica y el artículo se pierde un poco en la discusión “correlación vs. causación”, creo que es un buen ejemplo de lo que puede pasar cuando la gente se excede en la confianza que tiene en su “teorías de cambio”.
Los prejuicios cognitivos como los de las esferas de Michotte están en muchas partes, como muestra Daniel Kahneman en su libro Thinking, Fast and Slow.
Los científicos de Pfizer estaban tan seguros de haber precisado el camino del colesterol, que la compañía no solo invirtió más de US$1 billón in el desarrollo de la droga, sino también US$90 millones en la expansión de las instalaciones para su producción, sin tener aún los resultados completos de un experimento controlado.
Afortunadamente, en la industria farmacéutica, la realización de experimentos controlados es obligatoria: en vez de salvar vidas, la droga habría matado gente!
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