El descuento de flujos futuros es un paso crítico en el análisis de costo-beneficio o de costo-eficacia. Muchas instituciones siguen utilizando tasas de descuento relativamente altas, que podrían no ser aplicables a proyectos en los que los beneficios- o los costos-o van a suceder muy en el futuro en un mundo de rápido declive del costo de capital. ¿Es hora de reconsiderar las estimaciones delas tasas de descuento que se usan en proyectos de desarrollo, particularmente a la luz del cambio climático y las históricamente bajas tasas de interés vigentes?
Si usted trabaja en temas de cambio climático o en intervenciones de educación, donde los beneficios y los costes se materializarán dentro de mucho tiempo, la elección de una tasa de descuento es de importancia crítica. Los documentos de base encargados para el Informe Stern concluyeron que esta tasa – que se base sobre el valor inter-temporal de una unidad adicional de consumo (tasa marginal de sustitución) – es muy baja (en promedio 1,4%) y disminuye con el tiempo.
Este enfoque está en agudo contraste con el que ha sido adoptado por muchos gobiernos y organismos internacionales que basan sus tasas de descuento en un costo de oportunidad del capital uniforme que se aplica a lo largo y ancho de todas sus inversiones. Esto generalmente ha resultado en tasas de descuento en un rango de 7 a 14%, rango que fue inicialmente estimado en los 60s.
Pero esta tensión en la estimación de la tasa de descuento viene de muy atrás: de Arrow a Feldstein o de Sen a Harberger, la tasa – que refleja cual restricción aplica en cada caso – ha ido y venido, fluctuó y se mudó. Pero como los economistas tenemos más de dos manos, en su clásico artículo de 1982 “Tasas de Descuento” J. Stiglitz arguyó que la tasa debería variar de un proyecto a otro, dependiendo de cuáles restricciones son vinculantes.
Pero este debate caliente, se evaporó en el mundo real
Jan Tinbergen propuso en su libro Design of Development (1955) una tasa de descuento del 10%, estableciendo un ancla en el debate. En su historia del Banco Mundial, Mason y Asher escribieron que “si los proyectos del Banco prometen un retorno del 10% – o mejor, del 12%—se consideran aceptables.” Hasta hoy, un tasa del 10% al 12% es la norma usada en el Banco Mundial. El Handbook on Economic Analysis of Investment Operations de 1988 que guía la evaluación de sus inversiones dice: “El Banco no ha tradicionalmente calculado una tasa de descuento pero ha usado un rango del 10% al 12% como un número nocional para evaluar los proyectos financiados con recursos del Banco”. En el BID esta norma es del 12%.
Y esto en un mundo en el que las tasas de interés han fluctuado y cambiado.
Así que es refrescante leer un artículo reciente en el Journal of Benefit Cost Analysis que retoma este tema del descuento.
El resúmen:
Recientemente algunos autores, incluyendo Burgess y Zerbe,han recomendado el uso de una tasa real de descuento (SDR) en un rango de6% a 8% para el análisis Beneficio Costo (BCA) de proyectos públicos. Esta tasa la derivan de una estimación basada en el costo de oportunidad social del capital. En contraste, este artículo arguye que el método correcto de descontar impactos futuros debe estar basado en la tasa de preferencia inter-temporal (STP). Los flujos de inversión privada deben multiplicarse por el precio sombra del capital (SPC). Usando este método y usando información reciente de los Estados Unido, estimamos una tasa STP de 3.5% y un SPC de 2.2.También re-estimamos la SDR usando el método SOC y concluimos que, aun si los analistas continúan usando esta metodología, deberían usar una tasa considerablemente menor de aproximadamente 5%
Discusión: Deberías la tasa de descuento ser un mecanismo de racionamiento de capital – en un mundo con exceso de capital – o un instrumento de distribución inter-temporal?
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