En 1966 el maravilloso Julio Cortazar publicó un cuento titulado “La Autopista del Sur”. Un domingo por la tarde al final del verano, sucede un accidente y el tráfico se detiene. Todos esperan. Poco a poco algunos se bajan del auto, otros estiran los brazos y alguno entabla conversación con el vecino. El tráfico no se mueve. Poco a poco se acerca la noche. Algunos duermen. . El ingeniero del Peugeot y la mujer del Dauphine se enamoran. Amanece y la ruta a Paris sigue cerrada. De repente aun auto avanza 5 metros. Otro. Todos corren a volver a su retorno. Ellos dos se despiden hasta pronto. En un carril el Dauphine y en otro el Peugeot. Poco a poco avanza el tráfico. Al principio lentamente. El Dauphine tres autos adelante. Un par de kilómetros más allá el Peugeot casi no se ve. Ya no se ven y se los lleva la marea de luces rojas.
En estos días de menos poesía, la contaminación y la congestión son problemas cada vez más graves en las ciudades de América Latina. Pero dos experiencias relativamente recientes muestran que algunas soluciones podrían ser eficaces en el corto plazo, pero no a largo plazo. Hoy por hoy es mucho más difícil que hace 50 años de convencer a los conductores a abandonar sus relucientes autos. Así sea por unas pocas horas de felicidad pasajera.
En un esfuerzo por reducir la contaminación atmosférica y la congestión, las ciudades latinoamericanas han experimentado con diferentes políticas para persuadir a los conductores a dejar sus coches en favor del transporte público. Este artículo analiza dos de estas políticas: el programa de restricción de circulación introducido en la Ciudad de México en noviembre de 1989-Hoy-No-Circula (HNC) – y la reforma del transporte público llevada a cabo en Santiago de Chile en febrero de 2007-Transantiago (TS). En base a registros de concentración de monóxido de carbono, provenientes principalmente de los exhostos de los autos, se encuentra que la respuesta de los hogares tanto a HNC como TS ha sido en última instancia, desafortunada – más coches en la calle y contaminación más alta, pero también muy similares en cuanto a lo rápido en que los hogares ajustan su stock de vehículos, dentro de un plazo de un año. Otro hallazgo empírico es que los efectos de las políticas son muy distintos en el corto plazo y en el largo plazo. De hecho, nos encontramos con que una restricción de conducción (permanente) como HNC podría ser eficaz en el corto plazo, por ejemplo, por un mes o dos.
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