El fracaso es embarazoso e inevitable.
Es por ello que es muy refrescante encontrar organizaciones que quieren aprender del fracaso, donde el fracaso se reconoce e inspira la acción, como la ONG Canadiense Ingenieros Sin Fronteras, liderada por David Damberger, y que produce un informe Anual de Fracasos.
Una buena razón para el florecimiento de las Evaluaciones de Impacto es la percepción que la economía del desarrollo no ha logrado presentar evidencia concreta sobre qué funciona y qué no. Si las preguntas son genéricas, las respuestas serán ideológicas. Probablemente Sachs nunca va a estar de acuerdo con Easterly o Moyo. Después de todo, en las palabras de Bertrand Russell: “las controversias más salvajes son aquellas sobre los asuntos en los que no hay buena evidencia en una dirección o en otra”. Saber qué funciona y qué no sólo se puede extraer de evaluaciones con evidencia empírica, donde es posible la atribución. El fracaso sólo es posible si la atribución es clara.
Pero no todos los fracasos son creados iguales.
Una evaluación puede conectar causalmente un tratamiento a un efecto. Pero si no se identifica esta causalidad, el fracaso puede interpretarse ya como un fracaso teórico, de implementación o metodológico. Un fracaso teórico puede suceder cuando está equivocada la teoría de cambio que sustenta la hipótesis nula, es decir cuando la teoría que vincula la variable causal con el resultado es deficiente, o cuando la complejidad oculta la causalidad y explicaciones rivales son posibles. Un fracaso de implementación, por el contrario, refleja el hecho de que las evaluaciones se realizan por y con personas reales en entornos de constante cambio y donde no todos los protocolos se siguen a cabalidad. El fracaso metodológico, por otra parte, es esencialmente una falta de potencia estadística. Esta falla puede tomar muchas formas: error I o II, validez externa o validez interna.
Fracasar es vergonzoso e inevitable, pero necesario.
Margarita chacón Dice
Es una buena forma de entrenar a la gente aprendiendo del fracaso de uno mismo y de los demás; pero, hay que dejar claro que no se debe hacer para no repetir la mala experiencia.
Francisco Mejía Dice
Margarita,
Muchas gracias por el comentario. Aprender del fracaso no es facil, pero siempre util. Por eso hemos incluido ya varios blogs al tema.