por Ana María Ibáñez
El fin de un conflicto plantea nuevos desafíos. El post conflicto es un período frágil: las fuerzas políticas tienen que acomodarse a nuevas realidades, entran a la sociedad ex combatientes, las víctimas se convierten en actores políticos activos reclamando verdad y restitución, y la incertidumbre sigue siendo elevada, entre otros factores. Esto implica que el riesgo de la reanudación de la guerra es diez veces mayor que antes de su inicio (Hegre et al, 2001).
El regreso de la población desplazada es uno de los muchos desafíos en los períodos posteriores a los conflictos. La reducción de la violencia le permite instalarse en forma permanente, teniendo que decidir si volver a su ciudad de origen, quedarse en el lugar de acogida o reasentarse en otra región.
El regreso de los desplazados a sus lugares de origen proporciona algunos beneficios y conlleva importantes desafíos.
El volver aumenta la posibilidad de recuperación de activos y redes sociales de desplazados, al igual que hace posible la reanudación de actividades económicas en un entorno conocido.
El conocimiento más cercano sobre normas sociales, mercados e instituciones informales de sus lugares de origen ayuda a las familias a conectarse rápidamente a los mercados de trabajo y a las oportunidades económicas.
Sin embargo, la reanudación de las actividades económicas puede requerir de grandes inversiones y de apoyo institucional.
Además, los lugares de origen de los desplazados se encontraban por lo general en medio de intensos conflictos y de destrucción, lo que implica que posiblemente desaparecieron o se erosionaron los mercados, que las dinámicas sociales cambiaron y que las instituciones se debilitaron.
Pocos desplazados retornan a sus lugares de origen una vez que el conflicto ha terminado. La Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) estima que sólo el 3,2% de los desplazados retorna. Una encuesta reciente de desplazados de Colombia revela que un 20% de ellos están dispuestos a regresar a su sitio de origen.
¿Qué impulsa el retorno de los desplazados a sus sitios de origen?
Un artículo que escribí con María Alejandra Arias y Pablo Querubín examina las correlaciones del deseo de volver de desplazados de Colombia. Utilizamos una encuesta de hogares que pregunta preferencias sobre i) devolverse al municipio de origen; ii) permanecer en el municipio de recepción actual; o iii) trasladarse a un nuevo municipio. Desde que se realizó la encuesta en el período más intenso del conflicto colombiano, sólo el 11% de los hogares expresó el deseo de regresar.
Las causas del desplazamiento forzado moldean las preferencias por volver o no. Las víctimas de violencia no selectiva o quienes han sido objetivo de grupos armados están menos dispuestos a volver. Tanto el estrés postraumático y el temor de ser víctimas de nuevo parecen tener un papel dominante en las preferencias de ubicación de las familias desplazadas.
Los resultados del artículo llevan a cuatro conclusiones:
1. Las causas del desplazamiento forzado moldean las preferencias por volver o no. Las víctimas de violencia no selectiva o quienes han sido objetivo de grupos armados están menos dispuestos a volver. Tanto el estrés postraumático y el temor de ser víctimas de nuevo parecen tener un papel dominante en las preferencias de ubicación de las familias desplazadas.
2. Tanto la existencia de redes sociales y de organizaciones informales son vectores de retorno.. Los miembros de organizaciones campesinas antes del desplazamiento son más propensos a estar dispuestos a volver. A su regreso, las organizaciones sociales pueden proporcionar seguridad, asistencia económica y enlaces a redes de comercio, entre otros.
3. Los mercados laborales y el acceso a la tierra, al determinar las oportunidades de generación de ingresos, influyen en el deseo de volver. Los desempleados antes del desplazamiento y los empleados en los sitios de destino son los menos dispuestos a volver.
Un apego fuerte a las actividades agrícolas es un incentivo para volver: trabajar en la agricultura antes o después del desplazamiento está asociado con más deseo de volver. Esto no es sorprendente. La mayoría de los desplazados de Colombia migraron del campo a zonas urbanas, donde su experiencia laboral se deprecia.
El acceso a tenencia de tierra está asociado con más voluntad de regresar. Perder la tierra conlleva altos costos económicos, lo que aumenta el costo de oportunidad de no volver.
4. Las familias vulnerables prefieren permanecer en las áreas urbanas. Dado que estas zonas tienen una amplia oferta de apoyos públicos y de servicios sociales (por ejemplo, escolares y de salud), los hogares encabezados por mujeres o los hogares con un mayor número de miembros menores de 14 años de edad expresan un deseo más baja de volver.
Vale la pena discutir dos advertencias sobre nuestros hallazgos. En primer lugar, nuestro análisis se centra en las preferencias para el retorno y no en el retorno real de los desplazados. Segundo, no estamos afirmando que haya causalidad. Nuestros resultados son descriptivos.
Sin embargo, los hallazgos identifican dimensiones relevantes para las políticas de reasentamiento en el período posconflicto. La incorporación de las preferencias de los desplazados internos es esencial en el diseño de estas políticas. Nuestros resultados también sugieren que los desplazados sopesan beneficios y costos de las diferentes alternativas.
Las políticas públicas, los programas internacionales y los procesos de restitución moldean los beneficios netos de las tres alternativas, potencialmente inclinando la balanza hacia alguna en particular. Las políticas deben proveer suficiente flexibilidad para que las personas seleccionen la alternativa que prefieran de acuerdo con sus experiencias de violencia, los incentivos y las oportunidades económicas.
Los desplazados son agentes activos que deciden en medio de condiciones complejas, no víctimas pasivas de la guerra.
Ana María Ibañez es Profesora y Decana de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes en Bogotá.
diana Dice
no puedo evitar cuestionar algunas argumentaciones que lanza la señora decana de la facultad de economía del Think Tank llamado Universidad de los Andes:
1. Es cuestionable la costumbre de decir que la investigación que uno hace no tiene que ver con causas y efectos y pretende partír de cero, como si los fenómenos fueran aislados. En este caso “describir el desplazamiento” sin por lo menos detenerse a pensar las causas es como un médico que receta sin diagnosticar, la rotación de la tierra se describe porque es un fenómeno natural infinito, la realidad social se interpreta. Lo más curioso de esta falacia argumentativa es que entre más uno dice que no se compromete a decir causas, más las esta afirmando.
2. El fenómeno del desplazamiento no es una cuestión de “querer o no querer movilizarse” y una investigación seria al respecto no puede tener como pregunta-problema “¿porque la gente quiere o no quiere movilizarse al lugar de donde proviene?”. Este segundo planteamiento del articulo es entendible ya que la jóven Doctora Martinez como buena economista solo maneja la teoría del valor que establece que los “sujetos” toman “decisiones” en el marco de sus ” intereses”.
Las dos anteriores cuestiones que atraviesan todo el articulo demuestran cómo el tema de las victimas en Colombia se ha convertido en un tema de política publica de la inclusión y no de reformas estructurales de fondo, EN LAS REFORMAS ESTRUCTURALES, EN LAS CAUSAS Y EFECTOS DEL PORQUÉ DESPLAZARON GENTE EN COLOMBIA están las investigaciones serias….. pero, como estos artículos demuestran, el tema del postconflicto (más los buenos millones de pesos movilizados para proyectarlo y que las burocracias universitarias saben valorar), coparon las agendas de investigación y ahora todo el mundo quiere mirar para adelante sin pensar que pasó atrás, osea le quitaron al postconflicto el conflicto.
Ademas el tema de investigación del postconflicto le sirve mucho a las empresas, familias y consorcios que financian investigaciones descriptivas como éstas que anulan la participación que dichos sectores tuvieron en el desplazamiento y que ahora están preocupados por volver a poblar lo que calladamente permitieron que se despoblara bajo la teoría muy de moda según la cual la guerra en Colombia es un escenario (parqués) de actores (fichas) cuyos intereses (vectores) son distintos (colores) donde hay fichitas armadas y fichitas desplazadas y que como las fichitas armadas ya no van a tener armas entonces sale la súper pregunta de investigación: ¿porqué las fichitas desplazadas no quieren volver?
Vahh, por favor¡