Hace algunos años, hubo un tsunami de trabajos sobre la relación entre el crecimiento y la corrupción en la literatura económica. Cuando se hizo evidente que correlación no es causalidad, y que la percepción no es necesariamente la realidad, la ola menguó, aunque prosperó – por un tiempo – una industria de construcción de índices de corrupción.
Un paper reciente retoma este tema desde una postura más rigurosa.
La primera [contribución de este trabajo] es simple pero empíricamente importante: Proporcionamos evidencia causal sobre el efecto del crecimiento económico sobre la cantidad de corrupción en una economía. A pesar del gran interés sobre la relación entre corrupción y desarrollo, existía muy poca evidencia creíble de una relación causal.
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Nuestra segunda contribución es describir el mecanismo mediante el cual el crecimiento económico reduce la corrupción.
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Nuestros resultados tienen varias implicaciones para entender mejor los determinantes de la corrupción en los países en desarrollo. El hallazgo que el crecimiento reduce la corrupción sugiere que la corrupción podría disminuir naturalmente a medida que un país crece, incluso sin esfuerzos anticorrupción explícitas.
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Los resultados también ponen de relieve una compleja interacción entre el crecimiento y las instituciones. El hecho que el crecimiento económico es más exitoso en la reducción de la corrupción cuando se combina con derechos de propiedad sólidos, implica una complementariedad entre las políticas para fortalecer las instituciones y aquellas que promueven el crecimiento, y un mecanismo a través del cual el fortalecimiento institucional se auto refuerza.
¿Empieza aquí una nueva ola de investigación?
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