Las aguas residuales son un subproducto de la actividad humana y, como muchos subproductos, puede ser reutilizada de muchas formas. Así como el vapor, un subproducto de la combustión y del agua hirviente, se convirtió en el motor de la revolución industrial, ahora mismo necesitamos una nueva revolución que reconozca que las aguas residuales son un recurso y no simplemente un subproducto de desperdicio de nuestras vidas diarias.
Esa revolución está ya en proceso. Se trata de la revolución de la economía circular, en la cual los desperdicios o los elementos residuales de todas las actividades, ya sea industriales o domésticas, se reintroducen en la cadena productiva para maximizar su uso y minimizar las pérdidas. Pero subirse al vagón de esa revolución en América Latina y el Caribe (ALC) requiere adoptar un pensamiento y métodos de trabajo no convencionales.
La necesidad de enfoques alternativos es precisamente el mensaje central del Foco en ALC, una serie de sesiones que el BID coordina durante la Semana Mundial del Agua, un evento global que convoca durante la última semana de Agosto el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI, por sus siglas en inglés).
La lógica de la economía circular es perfectamente aplicable al sector de agua y saneamiento. Ello implica cambiar nuestros puntos de vista, de sacar lo residual de las aguas residuales, y de explorar sus posibilidades de su reutilización post fase de tratamiento. Algunos beneficios clave de la reutilización incluyen la recuperación de nutrientes para usos agrícolas, recuperación de energía a través de generación de biogases y, utilizar el agua residual tratada como un recurso hídrico para los sectores de agricultura, industria e, incluso, para usos domésticos.
Sin embargo, para adoptar este nuevo enfoque, la región necesita dar algunos pasos clave para acelerar la adopción de los modelos de economía circular. Algunos de esos pasos incluyen:
- Reconocer que el agua residual es un recurso, no simplemente un desperdicio
- Integrar modelos de recuperación de recursos en todos los niveles de planificación
- Establecer marcos regulatorios y legislativos apropiados y consistentes
- Mejorar la definición de parámetros de calidad del agua en contextos específicos
- Aplicar las regulaciones de calidad del agua
- Promover la innovación tecnológica
- Incentivar la innovación financiera
Sin este enfoque, con poblaciones en crecimiento y con eventos relacionados al cambio climático potencialmente incrementándose, los desafíos en el sector de agua y saneamiento se volverán cada día más complejos y onerosos de manejar. Al mismo tiempo, las soluciones convencionales se volverán cada día más obsoletas para resolver esos desafíos de manera efectiva y eficiente.
El potencial para la reutilización de las aguas residuales en América Latina y el Caribe es exponencial, ya que la región es la más urbanizada del planeta y el suministro de aguas residuales es abundante. A pesar de ese gran potencial, hoy en día solo el 28% de esas aguas recibe algún tipo de tratamiento antes de ser reintroducida en el medio ambiente. Los potenciales y desafíos de la región en la reutilización de aguas residuales están contenidos en nuestra publicación más reciente.
Así como a finales del siglo XVIII el subproducto del agua hirviente desató la revolución industrial, nuestra generación necesita pensar de manera no convencional para convertir los subproductos de todas las actividades humanas en recursos valiosos.
Para conocer más de las discusiones en el Foco en ALC, consulte la agenda en este enlace.
Carlos A. Vivas T. dice
Está es una realidad que está en Mora de aplicarse, el agua residual tratada debe reusarse y sus contenidos reutilizarlo, tal como lo dice el artículo, pero las primeras en oponerse son las autoridades ambientales, pero pregunta, cuantas de nuestra ciudades toman el agua de fuentes superficiales altamente contaminadas?, miles, no son mejores las AR tratadas?