Puede que si, sin saberlo …
Hace tres años, cansado de la cultura adicta al trabajo, mi familia y yo decidimos mudarnos a otro país. Los criterios de selección para nuestro nuevo destino incluyeron, no necesariamente en este orden: las oportunidades de empleo, la calidad del sistema educativo, la cantidad de áreas verdes, y el nivel de estrés “medioambiental”. En pocas palabras: un lugar donde pudiésemos ser felices.
Pero ¿cómo podemos medir el nivel de felicidad de un lugar? Bután es el único país que mide oficialmente la felicidad nacional bruta, y en ese momento, sonaba como una opción demasiado ambiciosa.
Resulta que tenía que convertirme en un experto en epidemiología de alcantarillado, una disciplina científica relativamente reciente que trata de demostrar objetivamente los peores hábitos de una sociedad. En términos científicos de la epidemiología de alcantarillado, “se utilizan balances de masa para respaldar mediciones extrapolares de las concentraciones en los afluentes de residuos de medicamentos apropiados para evaluar el nivel de uso de drogas ilícitas en las poblaciones río arriba”.
En términos más simples: si suponemos que cuando estamos apagados y deprimidos, tendemos a consumir más alcohol y drogas, de nuestra orina en el alcantarillado se puede producir una especie de índice de “felicidad” que proporcione una fotografía instantánea del estado de ánimo social.
Un estudio realizado en Noruega en aguas residuales mostró patrones muy interesantes en el consumo de drogas durante el año, con el nivel de éxtasis en apogeo en mayo. Sospechosamente estas fechas son cercanas a las celebraciones de fin de semestre de primavera en las escuelas secundarias, periodo que se extiende del 1 al 17 de mayo. ¿Qué quiere decir esto, además de que mi hijo probablemente nunca irá a estudiar a Noruega? ¿Cómo se comparan estos resultados con otros países europeos? En 2012, un ambicioso estudio aplicó el enfoque de forma simultánea en 19 ciudades europeas, lo que facilitó la comparación directa de las descargas en las aguas de drogas ilícitas en Europa durante una semana. El consumo de cocaína, por ejemplo, fue más alto en Europa occidental y central, y menor en el norte y este de Europa.
¡Bingo! La toma de muestras de aguas residuales podría ser mi criterio de decisión final para nuestra mudanza familiar.
Lo que no he tomado en cuenta hasta ahora es que muchos medicamentos, incluyendo antidepresivos y antibióticos, puede que se encuentren en nuestra agua potable. Las plantas de tratamiento de aguas residuales más modernas están diseñadas para eliminar residuos sólidos y bacterias, pero no para detectar productos farmacéuticos. Y adivinen qué: la exposición a largo plazo a este cóctel de fármacos a dosis bajas podría perjudicar nuestra salud. ¡La OMS inclusive tiene una guía sobre este tema!
Después de tanto pensar en dónde vivir, mi nueva interrogante sobre mis criterios se ha convertido en: ¿seremos más felices bebiendo Prozac (y nos mudamos entonces a Londres) u hormonas (y nos vamos de aventureros a la costa Este en San Francisco)?
Vaya usted a saber…
Muy interesante!
Muy interesante!
Muy interesante!
Marcello:
excelente nota.
Humor, realidad, presente y futuro de nuestra visión de felicidad, o por lo menos de estabilidad emocional, más allá del individuo, de nuestra familia.
Mi hija vive en DC, ¿que estará tomando?
Marcello:
excelente nota.
Humor, realidad, presente y futuro de nuestra visión de felicidad, o por lo menos de estabilidad emocional, más allá del individuo, de nuestra familia.
Mi hija vive en DC, ¿que estará tomando?
Marcello:
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Humor, realidad, presente y futuro de nuestra visión de felicidad, o por lo menos de estabilidad emocional, más allá del individuo, de nuestra familia.
Mi hija vive en DC, ¿que estará tomando?