Transparencia, rendición de cuentas, participación y anticorrupción son elementos fundamentales para la mejor gestión del agua, tal como lo destacamos en nuestra reciente publicación.
*Por Marcello Basani, Jacopo Gamba y Francesco de Simone.
El escritor italiano Alessandro Baricco, en su libro Océano Mar del 1993, escribía “La naturaleza tiene una perfección sorprendente y esto es el resultado de una suma de límites. La naturaleza es perfecta porque no es infinita”.
Los recursos hídricos no son infinitos, y la gestión del agua – como bien público finito – se vuelve cada día más un indicador de la capacidad de los países de responder satisfactoriamente a las necesidades básicas de los ciudadanos. Más un bien es escaso y precioso, más se necesita cuidarlos con eficiencia y trasparencia, para que todos gocemos de él.
La integridad del sector de agua y saneamiento, tradicionalmente construida sobre cuatro pilares -transparencia, rendición de cuentas, participación y anticorrupción-, es una condición fundamental para la mejor gestión del agua. Desde hace varios años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha adoptado el concepto de transparencia focalizada como parte de su abordaje de los temas de gobernanza.
En el marco de apoyo del BID al sector en el fomento de mayor transparencia entre sus instituciones y operadores de servicios, se ha desarrollado un análisis de los diferentes sistemas que permiten evaluar el desempeño de las empresas prestadoras y entes reguladores del servicio de provisión de agua y saneamiento desde diferentes perspectivas, identificando tanto oportunidades de mejora como debilidades estructurales y organizacionales. Les invitamos a conocer los detalles en esta publicación, que incluye reflexiones sobre como la promoción del uso de determinados sistemas, certificaciones o medidas de desempeño puede promover la integridad en la provisión de servicios.
La transparencia focalizada se refiere a políticas de transparencia de segunda generación, que, más allá de garantizar el derecho a la información, establecen herramientas y mecanismos para transparentar información clave en sectores o áreas específicas. El objetivo es que esta información tenga un impacto claro y logre modificar los comportamientos de los actores (individuos, empresas públicas y privadas, entidades reguladoras) involucrados en procesos específicos.
Ejemplos típicos de políticas e iniciativas de transparencia focalizada incluyen, por ejemplo, la publicación de información sobre el nivel de seguridad de vehículos vendidos en Estados Unidos, que ha tenido un impacto tanto sobre los comportamientos de los consumidores (cambio de preferencias hacia vehículos más seguros) tanto de los productores (aumento del nivel de seguridad promedio de los vehículos) como describe Archon Fung en un fascinante libro llamado Full Disclosure. Por decirlo en los mismos términos del autor del libro, la transparencia focalizada ofrece la oportunidad de aprovechar las decisiones de individuos y organizaciones para propósitos públicos.
Ahora bien, se pueden identificar algunos criterios claves para que una iniciativa se ajuste al concepto de transparencia focalizada. Estos incluyen: 1) si existe demanda o necesidad para la información que se busca transparentar (individuación de audiencia objetivo); 2) cuando sea posible, identificar el comportamiento que se busca modificar; 3) la información publicada debe ser: i) hecha disponible de forma clara, comparable, y fácil para entender, inclusive a los no-especialistas; ii) fácilmente accesible, en un formato y a través de medios que sean amigables y no requieran un esfuerzo excesivo por parte de los usuarios; iii) confiable y actualizada de forma continua.
A lo largo de los últimos años, el BID ha aplicado este abordaje de transparencia focalizada en el área de suministro de servicios públicos, en la que la publicación de información específica puede tener impactos muy significativos y positivos, no solamente reduciendo los riesgos de fraude y corrupción, sino también contribuyendo a crear incentivos para reducir desgastes, aumentar la eficiencia y por ende mejorar la calidad de los servicios, aumentar la satisfacción de los usuarios, y crear incentivos para comportamientos que generen beneficios para todos los actores involucrados.
En el sector del agua y el saneamiento, donde los riesgos de incurrir en prácticas corruptas son más altos, existen importantes incentivos para implementar procesos que mejoren el desempeño de los principales actores y, en particular, de las empresas prestadoras de estos servicios. En un contexto de mejora continua, la gestión de la integridad y el control de la corrupción podrían verse directa o indirectamente fortalecidos: una revisión y una sistematización de los procesos operativos, financieros, de organización y de gestión de estas empresas podría llegar a representar un paso necesario para empezar a erradicar las prácticas corruptas.
Uno de los socios claves que ha venido trabajando en la región de América Latina y el Caribe ha sido el consorcio por la integridad en el sector del agua en América Latina conformado por la Red de Integridad del Agua -WIN, el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo – SIWI y cewas, el Centro de Emprendimiento en Agua y Saneamiento. Con el fin de ofrecer una metodología práctica al abordar temas de integridad en la gestión de organizaciones claves del sector de agua, el consorcio ha venido aplicando en coordinación con el BID la caja de herramientas para la gestión de la integridad (Integrity Management Toolbox). En esta otra publicación, se presenta una recolección y sistematización de los resultados y las lecciones aprendidas durante tres procesos de la caja de herramienta llevados a cabo en la región, que ofrece elementos de reflexión a actores claves del sector para que puedan iniciar un proceso de cambio con la adopción e implementación de instrumentos de integridad que mejoren su rendimiento.
Las dos publicaciones demuestran que el tema no solo sigue relevante, sino va a jugar un rol central en el próximo futuro. El recorrido histórico de la lucha para una mejor gobernanza de los recursos naturales, mediante la transparencia y la eficiencia, a menudo se convierte en una historia de oportunidades perdidas. En este caso, sin embargo, existe la posibilidad de aunar esfuerzos por crear una mayor rendición de cuentas por parte de los proveedores de servicios, concientizando el sector sobre la importancia de la adopción de un enfoque de integridad.
Para descargar la publicación “Control y gestión de la integridad en el sector del agua y el saneamiento a través de los sistemas de evaluación del desempeño”, puede hacerlo desde este enlace.
*Jacopo Gamba es el asesor técnico del Fondo Fiduciario de Transparencia del BID, que apoya reformas institucionales y regulatorias en pro de la transparencia y la integridad. Anteriormente, Jacopo ha trabajado para Water Integrity Network, TI y las Naciones Unidas. Jacopo cuenta con una maestría en derecho internacional de la Universidad de Trento y un certificado para directivos en innovación del sector público de la Hertie School of Governance en Berlín.
Francesco De Simone es especialista sectorial de Modernización del Estado del BID en Kingston, Jamaica. Antes de su llegada a Jamaica Francesco se ha desempeñado durante 4 años como Asesor Técnico del Fondo de Transparencia del BID, la principal herramienta financiera a disposición del BID para brindar asistencia técnica en el área de transparencia en ALC. Francesco también ha trabajado en Transparencia Internacional y en el U4 Anti-Corruption Resource center de Bergen, Noruega.
Leave a Reply